Ambos padres estaban nerviosos, después de un par de meses de visitas, los mellizos iban a reencontrarse con los gatos. Tommy y Blanca se quedaron donde Seokjin y Namjoon, siendo bien cuidados por ellos. Joy era grande y tenía un tacto y delicadeza no correspondientes a su edad y, al ser una humana común y corriente, no había mayor riesgo para los mininos. Por eso estuvieron tranquilos, pero ya había llegado el momento de llevarlos a casa.
Hyunjin había madurado, o eso querían creer.
Entonces aquí se encontraban, rezando para que su hijo se comportase. Respecto a Yeji, no tanto, ella nunca pasó más allá de quedarse dormida al lado de los mininos. Usualmente, no hacía mucho.
—Tú puedes, Hyu. Con calma —indicó Jimin mientras lo sostenía de las manos. El bebé estaba de pie, había aprendido a caminar, a su opinión algo no necesario si la capacidad de volar estaba en él, pero Yoongi había insistido en instruirlo de ir a pie. Por practicidad y que se adhiera a la normalidad.
Sus métodos, Jimin no lo cuestionaría.
Hyunjin arrugó su entrecejo y presionó sus labios con fuerza, haciendo alarde de sus mejillas rellenas. Jimin arqueó una ceja por esa pose que adoptó... como si fuera a hacer una misión de lo más complicada, igual de exagerado que Yoongi. Daba gracia, luego le tomaría una foto.
Lo observó ir con determinación hacia los mininos que se mantenían cautelosos como si la mera presencia de su hijo significara peligro. Hyunjin caminó a pasos torpes hasta quedar cara a cara con los gatos ya grandes. El de pelaje gris lo observó por unos segundos, pero luego lo ignoró, mientras que Blanca pareció erizarse un poco ante el acercamiento del infante.
Cuando Blanca se alejó sin mirar atrás, los ojos de Hyunjin se llenaron de lágrimas.
—Oh, Dios mío —Yoongi llevó sus manos a su boca por la conmoción. Jimin se asustó, pues no había sentido su presencia—. Mi bebé es un bebé llorón.
—¡Yoongi! —le reclamó al verlo carcajearse. Burlarse de su propio hijo si era franco—. No digas eso.
—¡Pero es la verdad! Míralo —Señaló a su bebé que estaba llorando desconsoladamente al ser ignorado sin más por la gata—. Bien, bien. Lo que tu digas —Alzó ambas manos a modo de rendición—. Los gatos son el verdadero enemigo. No tu hijo, que no puede lidiar con un simple rechazo.
—No seas duro con él, apenas es un bebé. Con suerte puede diferenciarte de Jihoon.
«Así que en estas estamos...», pensó Yoongi ya sin ningún ápice de broma en su rostro.
—Retira lo dicho o juro que mañana a primera hora tendrás los papeles del divorcio esperándote.
—Ya quisiera ver cómo sobrevives por tu cuenta en la cocina, cariño.
—¡Eso es jugar sucio! ¡Eres cruel!
Hyunjin, ajeno a la gresca entre sus padres, se dejó caer al suelo de trasero mientras comenzaba a hipar, no fue una sorpresa para nadie, él a su manera quería mucho a Blanca y Tommy, pero cuando intentó acercarse a ellos no fue de la mejor de las formas en un principio. La que parecía recordarlo más fue Blanca y, por ende, se le notaba arisca al tan solo verlo. Incluso si lo hacía desde la esquina de la habitación.
El gato gris observó al bebé regordete con el rostro rojo y lleno de lágrimas. Algo ruidoso y molesto, pero lo recordaba perfectamente, solo que más pequeño y como una amenaza regordeta para su supervivencia. Se le acercó a pasos lentos y, haciendo uso de su cabeza, le dio un golpecito amistoso en su pancita hinchada.
El rubiecito paró de llorar para observarlo.
Otro golpecito.
Luego, comenzó a frotarse y unos ronroneos se escucharon por la habitación.
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Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ Jimsu
FanfictionA Jimin le habían enseñado que un villano no podía sentir amor, era simplemente imposible para ellos, por su misma naturaleza malévola. Sin embargo, Yoongi, junto con sus peculiaridades hacía que él cada vez más dejara de lado todo lo que alguna vez...