Capítulo 46

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—Así que... ¿una pastelería? —La mujer depositó las tazas de té en la mesa una vez que terminó de escuchar atentamente lo que su nieto le relataba. 

Jimin asintió para luego proceder a beber el contenido de un solo trago. Hyomin quiso reír al verlo con ese entusiasmo contenido y algo ansioso al respecto, era obvio que la idea le hacía mucha ilusión, pero estaba frenándose a sí mismo por alguna razón.

Al menos Yoongi lo apoyaba. Desde un primer momento, le llamó la atención ese doncel algo mandón que hacía un minúsculo escándalo en el supermercado, pero un escándalo igualmente. Nada que su nieto no permitiera ni le entretuviera. Lo mismo para ella, Yoongi la mantenía divertida con esa personalidad tan peculiar suya.

—Eso es interesante —comentó la mujer mayor con una sonrisa de por medio—. Puedo pasarte algunas recetas que tengo.

—¿Qué? —replicó asombrado por lo que oía ¿Acaso ella...?

—¿No te lo conté? —preguntó y al recibir la negativa de su nieto, sonrió con más ganas—. Yo solía dedicarme a la repostería en un puesto simple cuando vivía en Busan, por si no lo sabes, por parte de tu madre, somos originarios de ese lugar —Jimin se alegró por conocer más de sus raíces. Siempre era bueno escuchar las historias familiares de su abuela, algo que no involucrara nada de poderes, sed de venganza y mucha violencia—, pero me casé, vine a la capital con mi esposo por su trabajo y tuve a mi hija. Abandoné ese pequeño puesto, por obvias razones, pero igual preparaba algunos postres para mi familia y amigos cuando la situación lo ameritaba.

Decir que Jimin no estaba emocionado era una gran falacia. Se sentía muy conectado con su abuela, ahora más que nunca.

—¿Me... me podrías ayudar? —preguntó tímido.

—Me encantaría ¿Qué te parece si comenzamos a practicar ahora para ver qué es lo que tienes? Tu madre era buena en la cocina, pero nada que le gustase hacer por cuenta propia, moriría en paz al saber que mis recetas pasaran a mi nieto que comparte mi mismo gusto por los postres.

—¿Y los mellizos? —No podía quedar fuera, lo peor era que con cada día que pasaba, Yeji estaba siendo instigada por su mellizo para hacer travesuras y parecía más dispuesta que nunca a secundar a Hyunjin. Eso lo tenía de los nervios.

—Créeme que con un poco de miel fresca ellos estarán bien quietos sin ni una queja —Sonrió con complicidad—. Ha pasado un tiempo, si no venías a visitarme, yo iba a aparecer un día de estos ¿Cómo vas con Yoongi?

—¡Excelente! —La mujer sonrió para sí ante la sinceridad de su respuesta. Se notaba que adoraba al doncel ante la sola mención de este. Por su parte, también lo quería—. Solo que me entristece un poco que a medida que pasa el tiempo, más sea el tiempo que trabaja fuera de casa. Lo veré menos ahora que va a la oficina y yo me acostumbré a tenerlo siempre a mi alrededor... así que también debo hacer algo. Creo que es una señal, no sé. No puedo depender de su presencia para no entristecerme.

Hyomin sintió algo parecido al orgullo. Cada vez lo corroboraba, lo único bueno que había hecho en vida Seojoon era haber engendrado a Jimin, nada más.

—Eres un chico muy razonable y sensato —No le importaba si su nieto tuviera casi treinta años, era mucho menor que ella y no lo había gozado en su niñez.

—¿Lo crees?

—Sí, tu madre... —Hizo una mueca—. Ella era muy débil de mente. Se deprimía y aislaba fácilmente. Podría querer algo, pero si alguien le daba una negativa, por más mínima que fuese, ella ya no lo hacía —Soltó un suspiro, afectada por los recuerdos—. Supongo que con tu padre no fue diferente, ¿cierto?

Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora