Capítulo 22

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Jimin no aguantaba esta incertidumbre. Miró la suela de su zapato como si esta fuese lo más interesante del mundo y chasqueó su lengua con molestia. Era tonto. Él llevaba más de diez minutos frente a la casa de Seokjin y este no le explicaba el por qué lo había llamado con tanta urgencia para luego solicitar que llegase a su hogar, para que luego no hubiera ni su rastro.

Estaba demás decir quien no estaba contento con esta situación y a quien le iría mal si el rubio se demoraba más de lo esperado.

A veces se preguntaba en qué le dirían sus ancestros al ver que su mayor temor es ver a su esposo —aparentemente inofensivo—, molesto y celoso. Agregando que últimamente Yoongi andaba más sensible de lo normal.

Soltó su suspiro y negó con la cabeza, regañándose internamente por su comportamiento. Él tenía poderes, podía destruir edificios de más de cincuenta pisos, pero ahí estaba teniéndole miedo a un doncel malhumorado que era más bajito y delgado que él.

—Jimin —Se escuchó tímidamente por el lugar, casi como un susurro.

—Seokjin —Lo llamó sorprendido, recién se dignaba en aparecer el otro doncel—, ¿por qué me citaste aquí?

—T-tengo que... —Jimin frunció su ceño al verlo mirar a los lados como si se asegurara de que nadie los vigilara. Jin estaba actuando extraño—. Contarte algo.

Bien, ahora no entendía nada.

—Jin, Yoongi está molesto porque ni bien volvimos a Corea tuve que venir aquí, porque así me lo pediste —recalcó con seriedad. Era cierto, el castaño le hizo un drama que fácilmente fue obviado al ver a los gatitos, pero no debía provocarlo—. Si no es importante, me largo.

El rubio se alteró y tomó su mano con fuerza, rápidamente la soltó, no quería que sus intenciones se malinterpretaran. Solo necesitaba darle a conocer esto que tenía como secreto y listo, podría irse como el mandilón que era.

Porque sí, a los ojos de Seokjin, Jimin estaba muy pisado por Yoongi.

—Es importante —aseguró como si se tratara de un tema de vida o muerte—. Me da pena verte así, viviendo en una mentira —Ni bien dijo aquello Jimin abrió sus ojos con total sorpresa ¿Qué quería decir? A veces Seokjin era más dramático que Yoongi, pero de una forma diferente—, pero debes jurar que no dirás nada.

Jimin arqueó una ceja. No le gustaban los secretos.

—No puedo ocultarle nada a Yoongi —sentenció firme.

«Además, no quisiera ver cómo reaccionaría si supiera que tengo un secreto con Seokjin», completó en su mente con culpa.

—Bien, a él sí le puedes contar —agregó algo inseguro, el pálido no parecía una persona chismosa, por más de que se tratase de un reportero. Sino hace rato hubiera contado todo lo que sabía de Jimin a los medios, pero no lo hizo. Eso hablaba muy bien de él—. Pero solo a Yoongi. Esto debe quedar entre nosotros, ¿entendido?

El moreno estaba ahora sí realmente curioso. ¿Qué tanto tenía que contarle Seokjin? Lo miró y verdaderamente parecía preocupado y algo indeciso.

—Trato. ¿Qué quieres contarme?

Seokjin sonrió levemente y por fin se dignó en dejarlo pasar a su departamento. Abrió la puerta y con la mirada le dijo que lo siguiera. Jimin dudoso entró, vio el lugar y comprobó que era muy al estilo del rubio doncel.

Nada exagerado y muy pulcro.

—Es gracioso... —Oyó que le decía con una voz temblorosa—. Jimin, ¿qué ves en el sofá? —preguntó con nervios Seokjin.

Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora