Capítulo 17

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Dicen que el día de tu boda, es uno de los días más felices de toda tu vida, pues resulta obvio; ya que, si decides compartir tu vida con la persona que más amas, la felicidad es inminente y esta solo incrementa por cada segundo que corre en el reloj. Aunque, también es común la presencia de los nervios, por la expectativa de que todo salga perfecto como uno imagina o soñó.

Algunas personas se dejaban llevar por esto, unos en mayor grado de comparación que otros y más arriba de la lista, se encontraba Yoongi.

—Me va a dar algo, un calmante ¡Necesito un jodido calmante! —gritó, removiendo todos los cajones.

Jihoon solo miraba todo en silencio, no sabía exactamente qué decir.

Desde que llegó para hacerle compañía como había ordenado su señora madre, fue el espectador número uno de cómo su hermano mayor, quien siempre se mantenía en calma y parecía preocuparle nada, estaba entrando en una crisis.

Se iba a casar, en parte entendía que se pusiera así, lo extraño sería que estuviera sin emoción.

—¿No eras tú el que quería casarse en primer lugar? —preguntó al ver cómo el doncel se estaba dando aire con las manos. Si sudaba mucho, se arruinaría su leve maquillaje y esa no era una opción—. Uy, hermanito, creo que no habrá boda, al menos hoy.

Y como si ese fuera el peor de los males, Yoongi giró su cabeza como la niña de la exorcista para darle una mirada asesina.

—¿Y si en lugar de tomarme un calmante por qué mejor no te uso como saco de boxeo para desestresarme? —cuestionó más animado y acercándose amenazadoramente hacia él.

—¡¿Qué clase de hermano eres?! —gritó presa del pánico.

—Eso es lo que me pregunto desde que naciste, pero nunca dije nada para no bajarte la autoestima.

—¡¿Qué clase de novio eres?! —reclamó asustado—. El pobre de Jimin cree que se va a casar con un lindo y tierno doncel, ¡No sabe que está a minutos de arruinar su vida! ¡Voy a hacer que abra los ojos!

Jihoon iba a salir por la puerta con decisión, pero Yoongi hábilmente lo agarró de la corbata, jalándolo a su lado. Importándole poco que le estuviera faltando el aire.

Oh no, esta boda se iba a llevar a cabo sí o sí.

—¡Si dices una maldita palabra, lo único que se va a abrir serán tus ganas de no haber nacido si sigues diciendo estupideces! —volvió a amenazar.

Aunque en el fondo, el castañito no se preocupaba; es decir, Jimin ya lo había visto a punto de golpear a alguien y lo único que hizo fue engreírlo para subirle los ánimos.

—¡Sueltaaaaa! —vociferó Jihoon, intentando liberarse del agarre que le estaba poniendo la cara azul.

Ambos estaban muy concentrados en pelear. Yoongi en similitud con un gato, jugando con su presa, mientras que Jihoon no podía creer lo maquiavélico que se había vuelto su hermano.

¡Era injusto! No podían pelear como los viejos tiempos, porque no tenía permitido arruinar el peinado ni el maquillaje y le daba miedo lo que su cuñado pudiese hacerle si siquiera le tocaba un pelito al doncel.

Parecía realmente embobado y no dudaba que su hermano mayor haya hablado mal de él.

Ambos se miraron con desprecio, uno con una sonrisa de superioridad al saber que ya había ganado desde antes que comenzara esta tonta pelea. No obstante, el ambiente fue arruinado al escuchar unos toques en la puerta que los puso en alerta.

—¿Yoongi, estás ahí? —Se escuchó una voz relajante que envió miles de sensaciones al novio—. Soy yo, Jimin.

Yoongi entró en pánico al escuchar eso, miró amenazante a su hermano diciéndole en silencio que se callase o verá lo que es capaz de hacer, Jihoon, quien rápidamente entendió la indirecta, asintió con la cabeza, claramente temeroso.

Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora