Jimin sonrió instantáneamente cuando tres pares de ojos chocolate lo miraron con interés al ingresar a la habitación.
Ver a Yoongi junto a los mellizos era el tope de su euforia ¿Cómo no? Las palabras quedaban cortas para explicar todo su sentir. Su maravillosa pareja al lado de sus hijos es lo más hermoso que pudo haber experimentado. A pesar de que aún seguía sin asimilar el que Yoongi estuviera con vida. No, lo correcto es que se le era inconcebible que Yoongi se encontrara en perfectas condiciones, ni siquiera le había dado un resfriado. Nada.
Fuera del común cansancio y el hambre que lo atacaba luego de darle de lactar a los mellizos, todo seguía su curso natural.
Incluso después de que Jungkook revisara a su esposo e hijos, asegurándole que los tres gozaban de una excelente salud, no podía calmarse. No del todo.
Disipó esos pensamientos negativos de su cabeza al ver el rostro cansado, pero satisfecho de Yoongi.
—Pensé que podrías estar hambriento —comunicó dejando la bandeja con comida en la mesita de noche.
Cuando Yoongi rápidamente tomó el tazón con kimchi para devorarlo con prisa supo que había hecho una buena elección. Guio rápidamente su mirada a los dos cuerpecitos pequeños que reposaban en medio de la cama matrimonial que compartía con Yoongi, quiso carcajear al ver sus barriguitas hinchadas y sus rostros adormilados.
Era su primera semana compartiendo con los mellizos y todo iba relativamente bien, no ocasionaban demasiados problemas, por no decir ninguno. Los gatos de vez en cuando iban a verlos por unos minutos para luego volver a retirarse, era extraño, pero aún estaban algo suspicaces con relación a estas dos nuevas personitas que formarán parte de sus vidas hasta el final.
Seguía sin creérselo. Era padre, había colaborado en la creación de esos dos adorables bebés y aún no se acostumbraba a la idea. Tal vez le tomaría más tiempo de lo debido hasta que pudiera asimilarlo del todo.
Hasta se le hacía extraño ya no ver la redonda curvatura en el vientre de Yoongi, ahora el castaño usaba prendas anchas y muy cómodas. Por lo que era difícil de adivinar cómo había quedado después el embarazo con precisión. Aunque no le importaba, Yoongi siempre sería hermoso a sus ojos.
—Siento que esta es una paz temporal —dijo el doncel de la nada.
—¿Por qué lo haces sonar como si estuviéramos en medio de una guerra? —preguntó Jimin divertido mientras buscaba unas mantas para abrigar a los mellizos. Una ráfaga de viento atravesó la habitación y no quería que se enfermaran.
Aunque dudaba que eso pasara, pero no podía evitar estar alerta.
—Es que, Seokjin me dijo que no supo lo que era dormir al tener a Joy y ella es muy tranquila —Mordió su befo inferior con duda, dándole una mirada fugaz a sus hijos—. Y nosotros tenemos el doble de responsabilidades, el doble de todo básicamente.
Jimin se acercó a los mellizos para envolverlos y quiso sonreír por el contraste entre ambos.
Físicamente eran como dos gotas de agua, pero la expresión que mantenían fue más que suficiente para decir quien era quien. Yeji estaba con su rostro relajado y tranquilo, una paz lo inundó al verla dormir plácidamente. En cambio, Hyunjin tenía sus manos en forma de puño y su entrecejo fruncido, sus labios parecían hacer un puchero.
Era divertido ver cómo ya había una marcada diferencia en tan poco tiempo.
—No importa, para eso estoy aquí —Miró a Yoongi y rio al ver sus mejillas rellenas de comida—. Nos turnaremos. Si te sientes cansado, solo dime, yo me encargo. Somos un equipo desde el inicio.
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Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ Jimsu
FanfictionA Jimin le habían enseñado que un villano no podía sentir amor, era simplemente imposible para ellos, por su misma naturaleza malévola. Sin embargo, Yoongi, junto con sus peculiaridades hacía que él cada vez más dejara de lado todo lo que alguna vez...