Yoongi mantenía su nariz fruncida por la situación.
Estaba comiendo papas fritas bañadas en chocolate, mientras veía una película romántica con Jimin. Ambos se encontraban en silencio, solo disfrutando de la compañía del otro y ese no era el problema. Claro que no.
El problema era que se sentía caliente y a la vez estaba molesto, debido a los malestares comunes del embarazo, más ahora que estaba en el penúltimo mes.
Era un bonito momento de pareja, los dos solo escuchando la respiración del otro, mientras compartían calor de una manera inocente. No podía quejarse. De vez en cuando los sutiles toques de Jimin en su vientre le provocaban un revoleteo en su pecho que se expandía sutilmente por todo su cuerpo, haciéndole olvidar su molestia, aunque sea por unos minutos.
Pero seguía caliente.
Malditas hormonas.
No es como si no lo hubieran hecho estando él embarazado, solo que desde que lo supieron, Jimin lo satisfacía, pero sin llegar a la penetración. Se negaba a meterle su amiguito, con persuasión logró obtener dos dígitos de él dentro suyo, pero solo eso. No le decía directamente que no, pero era obvio que evitaba llegar a hasta ese punto.
Había pasado tanto tiempo a su parecer que estaba presente la necesidad de sentirlo dentro suyo. Era injusto. ¡Vamos! Todo este tiempo antes de casarse parecía el genérico patán tratando de llevarse a la cama a la chica virgen que vivía su primer amor y cuando finalmente se estaban aventurando en ese sentido más que nunca de un momento a otro lo dejaba en una abstinencia interminable. Era injusto.
Tal vez estaba exagerando con su comparación inicial. Su situación no era así. Al menos no tanto.
Cuando conoció a Jimin él era virgen y sí, sabía que era su primer amor, y si hacía cuentas, los dedos de sus manos no se le eran suficiente para contar cada momento en que se le insinuó para luego fallar estrepitosamente ante la inocencia de su ahora esposo.
Aunque su persona también era virgen antes de casarse, pero a diferencia del mayor él sí contaba con experiencia por sus anteriores parejas. Incluso algunas ocasiones estuvo a punto de hacerlo, pero jamás se dio por motivos de fuerza mayor que llamó "el mundo conspira en mi contra".
Ladeó su cabeza ante las tonterías que estaba pensando. Realmente no tenía sentido. Era culpa de esa maldita película que gritaba toxicidad por todos lados, pero por alguna razón entretenía a Jimin.
Miró al protagonista prometerle a la inocente chica que no haría nada que no quisiera mientras la apresaba contra la cama.
«Cuéntame otro chiste, bastardo», pensó divertido para luego sentir un escalofrío ante un recuerdo similar.
Sin querer se le vino a la mente cuando le preguntó hace casi un año a Jimin si confiaba en él y de igual manera lo acorraló, pero contra el sofá.
Dio un vistazo al peliazul y a la rubia de la película. Ambos igual de inocentes al no saber qué haría el otro.
Arrugó su entrecejo con disgusto al compararse con el tipo de una estúpida película para adolescentes hormonales.
«Estoy divagando mucho», pensó para luego bufar aburrido y dejar el tazón con comida en la mesita en su delante.
Realmente el doncel estaba considerando la posibilidad de comprar un vibrador o un dildo a estas alturas de su matrimonio y todo por culpa de los mellizos. Los quería y no esperaba el momento para tenerlos entre sus brazos, pero en serio, no debían castigarlo así.
Observó el perfil del peliazul y tragó fuerte al verlo. También se sintió un poco inseguro. Jimin seguía tan apuesto y atlético como siempre, mientras él parecía que iba a reventar en cualquier momento. No ayudaba tampoco verlo a veces hacer abdominales o flexiones. Lo hacía sentir más gordo de lo que estaba.
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Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ Jimsu
FanfictionA Jimin le habían enseñado que un villano no podía sentir amor, era simplemente imposible para ellos, por su misma naturaleza malévola. Sin embargo, Yoongi, junto con sus peculiaridades hacía que él cada vez más dejara de lado todo lo que alguna vez...