Capítulo 14

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—Tenemos a un futuro hombre de familia chicos, ¡Vamos a brindar por eso! —exclamó emocionado Jin elevando su vaso lleno de cerveza, siendo seguido por el resto de personas presentes y un tímido Jimin, quien solo estaba ahí por obligación, sumándole a esto a que él era el único que no había bebido nada.

Él quería ver una película o estar recostado con su pareja en la tranquilidad y comodidad de su casa con los gatos acompañándolos, pero había sido arrastrado contra su voluntad, de una forma muy literal, por el rubio doncel, quien se negaba a aceptar un "No" por respuesta.

Los donceles eran de temer o él se estaba volviendo más dócil. A estas alturas ya ni sabía qué creer.

—¡Salud! —celebraron todos a unísono, estaban animados, por el alcohol que ya estaba haciendo efecto en sus organismos, cualquier motivo era bueno para brindar ¿Y qué mejor motivo que celebrar la unión de dos personas que se aman?

Todos los miembros del equipo de trabajo se encontraban en un gran salón, escuchando música en un volumen ni tan fuerte, ni tan bajo, sino uno ideal. Había mesas con diversos aperitivos deliciosos a la vista, tanto dulces como salados, donde podían escoger según lo que se les apetecía. Aunque tuvieron que pedir comida rápida, porque los aperitivos se acabaron en un abrir y cerrar de ojos.

El doncel de piel levemente tostada había organizado esta pequeña fiesta, la cual ocupaba era una especie de despedida de soltero, aunque solo se tratase de algo tranquilo y privado, que llegaba a pintar en lo sencillo, pero no aburrido, se la estaba pasando bien en términos generales. A pesar de que también asistieron las parejas, amigos y familiares de las de diez personas del equipo de trabajo, logrando así una suerte de cincuenta invitados. En consecuencia, Jimin tuvo que tratar con varias personas que en su vida había visto, quienes lo felicitaban por su matrimonio como si hubieran estado con él desde el inicio de su relación.

No era por ser grosero, pero ellos solos se habían autoinvitado a la ceremonia y ni recordaba sus nombres. Tampoco ayudó que el boca suelta de su mejor amigo les diera la dirección, fecha y hora. 

Estuvo cerca de meterse en su mente y hacer que se callase, pero ya era tarde. Lo que lo consolaba es que ahora estaría a la par de invitados con Yoongi, no sentiría la diferencia entre sus círculos sociales.

—Y pensar que hace poco me pedías consejos para enamorar a Yoongi —recordó el doncel rubio, poniendo su mano en su mejilla, con un leve sonrojo y una sonrisita de nostalgia en su rostro.

—Oye... solo pasó un poco más de cinco meses desde eso. No es para tanto.

—¡¿No es para tanto?! ¡Te vas a casar! —reclamó, dándole un manotazo en su hombro. Jimin a este punto pensaba que Jin tenía cierta tendencia a tirar golpes cuando se emocionaba, pero no entendía por qué siempre debía ser él el blanco de estos—. Hace unos días te ayudé a elegir si iba mejor el color blanco, marfil, crema o hueso. Claro que primero que tuvimos que ver los diferentes estilos de blanco.

—Sigo sin ver la diferencia —admitió con pesar.

Fue duro para Jimin, realmente lo fue. Él había tenido que ayudar a Yoongi con su traje y otros detalles, él creyó que solo se trataba de escoger un diseño y ya, una tarea prácticamente sencilla. Así que por eso aceptó sin rechistar, realmente confiado.

Nunca imaginó que iba a tener que elegir entre el blanco puro, blanco nieve y blanco roto ¿Cuál era el propósito de todo esto? ¿Por qué debía de haber tantas variaciones de blanco? ¡No tenía sentido alguno! ¡Era blanco al fin y al cabo! Yoongi se había fastidiado por su poca cooperación, pero no era su culpa ¡Era rarísimo! Lucía exactamente igual y por más esmero que le había puesto, no acertó en nada. Su último recurso fue Seokjin, quien al menos sí pudo hacer diferencia entre esas tonalidades y ayudar al reportero que necesitaba la opinión de alguien más.

Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora