Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ Jimsu

Capítulo 31

—Nuestro Yoongi dijo que iba a venir de visita para la cena —comentó Sohee con una sonrisita al saber que su hijo mayor iba a estar con ella de nuevo—, junto con Jimin. No puedo creer que esté casado, aún es difícil de asimilar, pero estoy contenta. Se escuchaba tan feliz en la llamada —Suspiró con satisfacción por el recuerdo—. Estoy preparando su comida favorita ¡Hace un tiempito que no aparece por aquí!

Jihoon puso sus ojos en blanco. Tantos preparativos eran innecesarios a su parecer.

—Es Yoongi, no la reina de Inglaterra —aclaró con reproche.

—¡Aún así! —Miró al menor con una mueca ante su poca emoción—. Lo extrañé mucho y dijo que nos tiene una sorpresa ¿No es emocionante?

—Eso solo puede significar una cosa... —dijo Jihoon mezclando el repollo con la crema picante.

—¿Qué sucede? —preguntó su madre confundida ante el rostro pensativo del menor—. ¿Acaso tu hermano no puede volver a casa solo porque sí? —cuestionó recibimiento un asentimiento por parte de su esposo, quien estaba tomando café y escribiendo en su laptop.

Jihoon chasqueó su lengua, fastidiado por lo ingenuos que llegaban a ser sus padres en algunas ocasiones.

—Papá —llamó a su progenitor con la emoción palpable en su voz—. ¿Quieres apostar?

—¡Jihoon! —reclamó Sohee molesta. No le gustaba que se pusieran a hacer esas cosas, su hijo por alguna razón tenía esas malas prácticas.

—Mamá, necesito dinero y ninguno de ustedes me aumenta la mesada. Debo buscar medios.

—Si necesitas dinero, encuentra un empleo entonces —respondió con obviedad.

—Habla, chico —interrumpió Changsub sin apartar la mirada de su laptop. De seguro era una tontería más.

Jihoon sonrió con malicia por lo que diría.

—¿A cuánto a que Jimin ya dejó su masa calentándose en el horno de mi hermano? —preguntó socarrón.

Lo siguiente que se escuchó fue el caer el cuchillo con el que Sohee estaba cortando la carne, siendo seguido al poco tiempo por la taza que contenía el café que anteriormente estaba bebiendo el señor Min.

—¡JIHOON! —gritaron ambos a unísono.

—Ups~

Desde tal supuesto por parte del menor de la familia Min, la pareja de casados no estuvieron tranquilos, especialmente Min Changsub.

No, su pequeño Yoongi no podía estar embarazado. Se negaba a creerlo.

Su bebé iba a tener un bebé ¿Acaso Jimin no podía dejar de ser así de malévolo después de todo? Le dio su bendición para casarse con su hijo ¡Clemencia!

—Sabes que a Jihoon le encanta hacer bromas algo pesadas —dijo con calma Sohee para luego darle una taza de té para calmarlo—. Tampoco es como si fuera malo, ¿no sería grandioso tener otro mini Yoongi correteando por el patio? —preguntó encantada.

Changsub la miró como si hubiera dicho que el diablo los visitaría.

—Te recuerdo que mi rostro estaba liso hasta que nació él —declaró con pesar para luego mirarla inquisitivo—. Y tú no tenías que teñirte el cabello cada mes.

—Pero no vas a negar que Yoongi no fue una alegría cuando vino al mundo —Sonrió enternecida ante la ráfaga de recuerdos que la asaltaron de repente y le tomó de la mano, brindándole caricias reconfortantes.

—Solo... no estoy preparado —confesó afligido—. Un día dijo que iba a quedarse en Corea, luego nos sorprende con un novio que ni siquiera es humano ¡No sabemos qué es para comenzar! —gritó frustrado por la situación—. Después se casan a tiempo récord y ahora posiblemente estén esperando un bebé... —Tapó su rostro con sus manos. Era demasiado para asimilar.