—Yoo...
—¡No te voy a abrir!
—Yoongi.
—¡No digas mi nombre! —gritó molesto, metiendo a su boca las brochetas de cordero y masticándolas sin cuidado. Estaba hambriento y furioso—. ¡Dormirás en el sofá! Que yo y mis hijos no queremos saber nada de ti.
—También son míos... —respondió en voz baja. Le dolió pronunciar eso, no debía encariñarse.
—¡Los querías matar! —refutó en un grito doloroso que provocó que Jimin mordiera sus labios, culpable por lastimar a quien menos quería dañar.
Solo quería protegerlo.
—No quise sonar tan duro —confesó con tristeza—, yo me preocupo por ti. No quiero que te pase nada.
—¡Eres un imbécil! ¡Que no me pase nada mis huevos! ¡Estoy más que saludable por si no te has dado cuenta!
Jimin quedó sorprendido, jamás Yoongi lo había insultado. Lo había visto ser déspota con otros. Tenía claro cuando se casó que esa actitud algo difícil venía dentro del paquete. Sabía que no era alguien tímido, menos una santa paloma. Si algo le molestaba, lo decía sin dudarlo. Lo había visto a punto de golpear a alguien, pero nunca su desprecio había sido dirigido hacia él.
Le dolió. No iba a mentir, siempre Yoongi había sido tan lindo con él, pero ahora estaba mostrando ese lado del cual solo fue espectador.
—Lo siento.
—¡Obvio que lo sientes! ¡Eres un tonto!
—Supongo que lo soy —dijo para luego sentarse en el suelo, viendo con añoro la puerta, sabía que Yoongi estaba ahí. Fácilmente podía derrumbarla, pero respetaba la decisión de su pareja.
Si hacía eso, sería como echarle más leña al fuego y debía mantener la cabeza fría. Era difícil, pero haría su mejor intento. Después de todo, Yoongi estaba embarazado y no sería conveniente provocarlo.
—Lo eres... eres un tonto, porque d-dudas de mí... sabes que soy fuerte, que lo que hago, lo cumplo. E-eso no va a ser diferente con ellos... —mencionó, sintiendo una nueva oleada de lágrimas llegar a él—. Voy a tenerlos —dijo seguro. No importaba el resultado, él quería tener a sus hijos, independientemente de si iba a sobrevivir o no—. Serán unos bebés sanos y podré cuidarlos debidamente. Los criaré bien.
—Pero... —intentó decir con preocupación.
—¡Pero nada! —Lo cortó. El doncel se negaba a oír otra negativa más—. ¡Seré capaz de manejar esto!
Jimin sonrió amargamente. Yoongi no escucharía razones, le había dado los suficientes motivos para que tuviera esa sensación de ser invencible. En su primer encuentro, debió alejarlo, darle un buen susto para que no se le cruzara por la mente siquiera compartir el mismo espacio con él. Tampoco debió mostrar interés, fue tan obvio, porque el doncel era su primer amor y su primer todo. Ahora, por su culpa alguien tan brillante como Yoongi iba a morir tan joven.
Se arrepentía de no haberlo alejado desde un inicio. Gradualmente iba a lastimarlo.
Como ahora.
Tontamente creyó que podría ser feliz y hacerlo feliz de igual manera.
—Creo que te he subestimado, mi valiente y muy capaz de pareja podrá llevar a nuestros hijos hasta el final, ¿no?
Yoongi paró de comer por la sorpresa, luego negó con la cabeza. No iba a abrirle la puerta. De seguro era un truco.
«pero Jimin jamás me ha mentido», completó en su mente.
—No... no va a pasarte nada, e-estaremos juntos, viendo como nuestros pequeños cre-crecen —Tragó con dificultad el nudo de su garganta. Intentado ser fuerte—. Seremos una familia muy fe... feliz.
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Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ Jimsu
FanfictionA Jimin le habían enseñado que un villano no podía sentir amor, era simplemente imposible para ellos, por su misma naturaleza malévola. Sin embargo, Yoongi, junto con sus peculiaridades hacía que él cada vez más dejara de lado todo lo que alguna vez...