Jimin jamás pensó que esto le podría suceder al ir de compras. Se demoró más de lo esperado debido a que se entretuvo charlando con Namjoon mientras este le daba consejos, pues contaba con experiencia respecto al cuidado de un recién nacido y él necesitaba todo lo que le pudiera servir, ya que en su caso era premio doble.
Solo que no esperó la llamada repentina de su abuela en eso que salía de la tienda diciéndole que se dirija a la clínica porque el doncel ya estaba en labor de parto. No se lo pudo creer en un primer momento, pero los gritos de Yoongi al fondo como si lo estuvieran matando, Seokjin maldiciendo e insultando a otros conductores, mientras Jihoon le pedía a su hermano mayor que soltara su mano porque le dolía, fueron suficientes para convencerlo de que estaba sucediendo. Los mellizos iban a nacer.
Fue demasiada información que procesar en solo un minuto que casi se desmaya de la impresión, pero Namjoon le había hecho reaccionar a tiempo por medio de un golpe.
Se sentía frustrado. En serio que lo hacía, estuvo todos los meses siendo cuidadoso hasta más no poder, para que la única vez que salía de casa sin Yoongi él iba a dar a luz.
Una pésima broma del destino, pero no era momento para quejarse. Esto era importante.
—Recuerda, Jimin —advirtió Namjoon serio—. Vas a ver a Yoongi en su peor faceta, va a maldecirte, incluso insultará a los bebes, lo más probable es que te amenace con castrarte o te pida el divorcio, pero no pierdas la cabeza. Mantén la mente fría y una sonrisa en tu rostro. Es momentáneo.
Jimin estaba sin palabras ¿Tan horrible era? El mismo Yoongi se lo había advertido meses atrás, pero que Namjoon también lo hiciera... no era alentador.
Sintió escalofríos. Al menos ahora sabía lo que era un condón, cómo debía ponérselo y su función a cumplir. Eso lo aliviaba.
Con prisa se acercó a la camilla donde vio a su esposo y se sintió mal. Su rostro lo decía todo, cuánto estaba sufriendo.
«Por favor», rogó. Esperaba que fueran los dolores típicos del parto como decía Namjoon y no otra razón.
—Ji-Jimin, te juro que me duele como la misma mierda... no lo resisto —dijo con la voz entrecortada el doncel—. Es insoportable. No podré, no p-podré —Lloró por la impotencia del momento. Se sentía ridículo, esto era una locura. No sería capaz de lograrlo, sentía que lo estaban partiendo en dos.
Era insoportable, el dolor seguía ahí, parecía aminorarse por unos segundos para luego volver a arrasarlo con mayor intensidad. Lo peor es que habían dicho que aún no había llegado al nivel de dilatación requerida y que debían esperar.
Jimin guardó silencio en todo ese momento mientras se debatía sobre si debía o no hacerlo.
Era una práctica que consideraba muy baja, desde antes de conocer a Yoongi, por eso no estaba tan familiarizado. No obstante, sería tan fácil para esta labor. Debía ayudarlo. Verlo llorar desconsoladamente le afectaba directamente. No quería verlo sufrir, en ningún sentido.
Incluso si luego lo odiaba, estaba bien.
—Yoongi, ¿el dolor que sientes es debido únicamente a las contracciones? —preguntó con una calma que fue inquietante para el aludido.
¿Por qué se lo preguntaba?
—¡¿ACASO TENGO OTRO DOLOR MÁS?! ¡¿QUÉ NO ME ESTÁS VIENDO?! —bramó colérico para luego dar un alarido que lo calló por unos segundos—. So-solo eso. Nunca fui bueno manejando el dolor, pe-pero ¡AH! —gritó al sentir una contracción atacarlo de nuevo—. Carajo, ¡Sí! Solo son los dolores del parto ¡Su puta madre!
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Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ Jimsu
FanfictionA Jimin le habían enseñado que un villano no podía sentir amor, era simplemente imposible para ellos, por su misma naturaleza malévola. Sin embargo, Yoongi, junto con sus peculiaridades hacía que él cada vez más dejara de lado todo lo que alguna vez...