Capítulo 53

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A Jimin aún se le hacía raro asimilar que el chico que le saltó encima hace semana procediera de una familia pudiente y asistiera a una de las universidades más exclusivas del país, como si eso no fuera suficiente, que también haya vivido en diversos países que incluso le hacían falta dedos para enumerarlos, y, para rematar, que tuviera un don con las palabras.

Se sintió abrumado si era sincero. Yoongi con el pasar de los días solo se hacía más brillante a sus ojos, su misma personalidad efervescente se encargaba de ello. Le gustaba, no iba a negarlo, pero ahora le gustaba aún más. Desde su sonrisa de gomita hasta su poca vergüenza para reclamar en voz alta algo lo que le molestaba.

Un exceso de confianza. Demasiada. Dios santo, sabía que su personalidad era una recatada, incluso algo santurrona, lo había sacado de su madre. Lo reservado y callado de su padre, pero solo necesitaba tiempo para poder desenvolverse.

Sin embargo, con Yoongi no necesitaba tiempo. Por el contrario, se le hacía insuficiente.

Quería más.

Lo cual era raro, en relaciones anteriores había demorado en llegar a cierto nivel de confianza y comodidad para ser más abierto, pero con el doncel... fue sencillo. No necesitó de mucho. Solo sucedió.

Era extraño, era como si como si ya lo conociera de antemano. Sentía eso. Por más loco que sonara.

—Esto... —dijo Jimin con sorpresa y una inesperada nostalgia lo inundó. Qué extraño—. ¿Takoyaki?

No supo por qué, pero al pronunciarlo en voz alta un jalón en su pecho se hizo presente.

—Caseros —dijo con orgullo Yoongi—. Me he esforzado, la cocina me odia.

Incluso en esta nueva realidad reescrita, el aceite seguía siendo su peor enemigo y siempre quería caerle en su precioso rostro.

—Uhm... sí, dijiste un picnic —respondió distraído el mayor. Seguía pensando por qué había algo de tristeza en esta cita, porque sí, era una cita. Hace días dejó de vagar y decidió ser más directo. Tener iniciativa, quería que Yoongi supiera que él también estaba interesado—. Así que hice unos postres como acompañamiento.

—¿En serio? —agregó emocionado el doncel—. Tus postres son los mejores.

Jimin frunció el ceño con confusión.

—¿Cómo lo sabes? Es la primera vez que vas a probarlos.

Yoongi sudó frío ante su traspié.

Claro... no podía decirle por qué lo sabía. Si Jimin siendo autodidacta hacía maravillas, ahora que asistía a un centro especializado y estaba a punto de culminar, no dudaba que iba a ir al cielo con el primer bocado.

—¿Estás admitiendo que eres un genio en la repostería? —preguntó con burla para cambiar de tema.

Jimin volvió a sonrojarse, olvidándose de su duda principal, mientras que Yoongi no le dio importancia a su error, sino que se alegró de que el ahora azabache tuviera confianza suficiente en sus habilidades en la cocina. Siempre le dijo que era un genio, que no había otro como él al hacer postres, pero Jimin tendía a ser más modesto y negarlo fervientemente. Además de nombrar mil razones de por qué estaba exagerando solo para animarlo. Él luego le diría que, si supiera a mierda, se lo diría sin importar herir sus sentimientos, pero ni así entendería.

Lo cual lo frustraba, pues antes era difícil que aceptara que era bueno en algo, no se daba el crédito suficiente, pero ahora era reconfortante ver un cambio. Uno positivo.

Se preguntaba qué más sorpresas tendría Jimin para él. Habían muchas, llevaban saliendo alrededor de un mes y ahora pasaron a ser oficialmente citas, sentía que faltaba poco para que le pidiera formalizar. No hubo muchos cambios en su dinámica en general, se seguían entendiendo, conectaron como tantas veces en el pasado. Jimin como se lo esperaba, era responsable y un obseso de la organización. Además, cuando salían a veces se encontraban con algunos amigos de Jimin y pudo ver el cambio en su entorno, antes, él estaría aislado y solo, incluso podría conocer personas, pero no tenía la disposición de mantener la comunicación, no si la otra persona no mostraba interés. Ahora lo veía saludar a otros e iniciar la conversación, estaba orgulloso, no sería lo conocido como una mariposa social, pero había un mundo de diferencia en ese aspecto.

Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora