Capítulo 52

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Dasom dejó un plato en la mesa del comedor mientras escuchaba el relato de su único hijo con atención.

—¿Así que un chico llegó de la nada, se lanzó encima de ti y aclamó ser tu alma gemela? —preguntó la bella mujer mientras se reía ligeramente. Jimin asintió, obvió la parte del beso, no quería alarmarla—. Sabía que eras atractivo, pero esto... perdón, hijo, no puedo evitarlo. —Carcajeó con más ganas.

Jimin bufó al ver a su madre reírse a rienda suelta. Estaba riéndose de él.

—¿Y tú, papá? —le preguntó esta vez al hombre mayor que estaba con una mueca en su rostro. Él era el más razonable, aunque su madre prefería el término aguafiestas para su esposo—. ¿Qué opinas?

Seojoon dejó su taza de café en la mesa y suspiró con pesadez. Acomodó sus lentes para luego darle una mirada seria a su hijo.

—Yoongi, ¿no? —preguntó, queriendo asegurarse de no haber escuchado mal.

—Sí.

—Suena como un tipo problemático —respondió sin rodeos. Tomó otro sorbo de café ocultando una pequeña sonrisa—, pero creo que es una buena persona. Si te gusta, solo sal con él y ya. —Se encogió de hombros mientras Dasom estaba con la boca abierta por lo que escuchaba—. Mencionó mellizos, ¿no? Me encantaría tener nietos... Ya estamos en la edad de ser abuelos.

Dasom frunció su entrecejo. Eso no le hizo ni un poquito de gracia.

 —Habla por ti. Tú te sentirás como un abuelo, pero yo no. —La mujer le tendió su plato con su desayuno bruscamente. Estaba molesta—. Después de todo, eres mayor que yo por doce años. —Se lo sacó en cara, luego miró a su hijo para sonreírle dulcemente—. No le hagas caso.

Seojoon rodó sus ojos. Aquí vamos de nuevo. Quién diría que cuando decidió cambiar todo, el carácter de Dasom también se vería afectado.

De igual manera, no se quejaba. Le gustaba cuando le llevaba la contraria.

—Digo, él tiene veinticinco y si el otro está más que dispuesto... ¿por qué no?

Jimin se sonrojó y le falló la voz. Fue incapaz de decir algo al respecto. Esto debía ser una broma o los primeros signos de demencia en su padre. Park Seojoon era conocido por su carente sentido del humor. Bueno, si era franco, a su progenitor le faltaba gracia en términos generales. Aún sabiendo eso se negaba a aceptar que estaba hablando en serio. Si él estuviera en sus cinco sentidos no dudaría en decirle que aleje al desconocido lo más rápido que pudiera, incluso sugeriría una orden de restricción como la solución definitiva. Pero no, ni lo conocía y ya parecía tener su aprobación.

Lo cual lo dejó pensando, ni su ex novia con la que estuvo alrededor de tres años tuvo la aprobación de su padre y eso que Sana era una chica bien portada, pero no, solo obtuvo desplantes de su padre y uno que otro comentario malicioso, fiel al estilo de Park Seojoon.

Debía ser una broma. Tal vez cosas relacionadas a la edad. Su padre estaba viejo de todos modos. Sí, de seguro era una broma tonta.

Solo que Jimin no sabía que Seojoon hablaba muy en serio.

Él quería conocer a sus nietos, porque antes no había tenido la oportunidad.

—Suena como un muchacho encantador —dijo Hyomin esta vez. Otro milagro, su abuela jamás estaba de acuerdo en algo con su padre—. No sé por qué, pero tengo esa sensación de que será bueno para ti.

Jimin lo pensó un poco y le dio la razón a su abuela en silencio. ¿Qué más daba? Estaba soltero desde hace un tiempo y como dijo su padre, si le gustó, solo debía ir a por ello. No perdía nada con intentarlo. Si su familia estaba bien con eso, y él personalmente quería saber más de Yoongi... pues bien, no había nada más qué considerar. Estaba interesado.

Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora