Capítulo 12: 3:14

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- ¿Querías verme? - Dijo una voz, la reconocí y decidí abrir los ojos.

- ¡Peter!

- Yo también me alegro de verte.

- Para empezar, ¿estás ahí abajo? - Dije señalando al lago que estaba a mi derecha. No recordaba haber llegado ahí, pero estaba tranquila, como si haber olvidado como había pasado de mi cuarto al jardín trasero no tuviera importancia.

- Mmm... ¿cómo te lo explico? - Empezó a rascarse la nuca, alzando las dos cejas y mirando al suelo.

- Peter. - Dije con un tono insistente.

- Vale si estoy ahí abajo.

- ¿Fuiste tú quien ha intentado ahogarme esta mañana? - Sabía que la respuesta iba a ser no, pero no sé porque mi boca dejó salir esa pregunta.

- No exactamente. - Entre cerró los ojos y meneó su cabeza, tanto su gesto como su respuesta me desconcertó, ¿qué quería decir con eso?

- ¿Qué quieres decir con no exactamente? - En ese instante se escuchó un ruido dentro de la casa. - ¿Qué ha sido eso?

- Emily no tenemos mucho tiempo, recuerda esto 3:14 y no te olvides de ir al desván.

- ¿Qué dices?

- Mira tú reloj. - miré mi reloj y eran las 3:13. - No te preocupes todo saldrá bien, no tengas miedo.

- ¿Miedo a qué? No entiendo nada Peter. - Volví a mirar el reloj y ya eran las 3:14 como había dicho que recordara, en ese instante se abrió la puerta de atrás y en ella salía mi madre hacía mi corriendo con cuchillo en mano.

- ¿Peter? - Pero Peter ya no estaba, me había dejado sola.

Volví a mirar en dirección donde estaba mi madre, cada vez más cerca de mí, se me abalanzó y caímos al agua, me volvía a ahogar, tuve que cerrar los ojos esa mirada que tenía mi madre me daba verdadero miedo, a pesar de tener los ojos cerrados veía algo, no con mucha claridad pero lo veía, me concentré más en esa escena hasta que lo vi perfectamente era Peter en el desván, estaba escribiendo en un diario y de repente se levantaba y dejada el bolígrafo junto al diario, él bajaba, miró su reloj eran las 3:12 había escuchado ruidos en la cocina, bajó las escaleras y ahí estaba mi madre jugando con un cuchillo.

- Marta, ¿estás bien?

Mi madre seguía jugando con el cuchillo con la mirada fija, parecía que no hubiera oído a Peter. Esa escena me hizo recordar la noche anterior cuando fui a beber agua, era verdaderamente idéntica.

- ¿Marta? - Mi madre seguía sin responder a su pregunta, ni siquiera lo miraba. - Perdón, que cabeza la mía, quería decir Claudia, Claudia ¿estás bien?

De repente mi madre reaccionó como reaccionó conmigo la noche anterior, fijó su mirada a Peter, él se le veía muy seguro de lo que estaba diciendo. ¿Claudia? ¿Quién era Claudia?

- Pronto dejarás de entrometerte...

No hubo tiempo a hacerse más preguntas, mi madre se abalanzó hacía Peter y yo me desperté empapada junto a Alex también mojado.

- ¿Pero a ti que te pasa?

- ¿Dónde estoy? ¿Qué hora es?

- Estás en el muelle de la parte trasera de tu casa, y son exactamente las 3:24 de la madrugada.

- Peter...

- ¿Qué quieres decir con Peter...? - dijo imitando mi tono de voz.

- Peter me ha enseñado como murió, le pedí respuestas a mis preguntas y él me las ha dado.

- ¿Tirándote al lago?

- ¿Qué?

- Pues que has tenido suerte que estuviera despierto te oyera salir de tu cuarto y te siguiera, estabas hipnotizada o algo por el estilo.

- ¿Qué es lo que ha pasado Alex?

- A ver estaba yo tumbado en mi cama cuando he oído que la puerta de tu habitación se abría, entonces me he levantado y te he visto a ti ir escaleras abajo te he llamado varias veces pero no me has hecho ni caso, por lo tanto he bajado las escaleras y te he visto parada delante de la isla de la cocina te he vuelto a llamar pero ni caso, te has dirigido al jardín y sin querer a mí se me ha caído un vaso menos mal que no he despertado a nadie y entonces te he seguido y veía que te habías parado justo al borde del lago te he estado llamando varias veces pero no me has hecho ni caso y me he ido acercando y cuando estaba a unos centímetros de ti te has tirado al agua y hacías unas cosas raras.

- ¿A qué te refieres a raras?

- Pues que te estabas ahogando a ti misma, suerte que me he tirado y te he sacado del agua sino no sé qué hubieras hecho.

- Gracias, muchas gracias Alex. - Me abalancé a Alex para abrazarlo.

- De nada, - dijo devolviendo el abrazo- pero Emily, ¿qué es lo que ha pasado?

- Carlota se había ido a cenar, y os oía hablar hasta que me quedé dormida y de repente aparecí al lado del lago junto a Peter y estábamos hablando y oímos un ruido y entonces él se puso tenso, nervioso me dijo que no olvidara una hora y que me acordara de ir al desván y de repente apareció mi madre corriendo como una loca con un cuchillo en su mano derecha y venía hacía mí y Peter me repetía una y otra vez que estuviera tranquila que todo iría bien y que no me olvidara de lo que me había dicho y entonces mi madre se abalanzó hacía mí y caímos al lago y cerré los ojos su mirada me daba miedo estaba muy asustada Alex.- Cada palabra que decía la manifestaba con más rapidez, me había puesto nerviosa y Alex lo percibió.

- Eh tranquila, todo está bien solo ha sido un sueño. - Noté su mano en mi brazo, Alex era divertido nunca se podía estar quieto, pero cuando se tenía que poner serio se ponía.

- Pero es que es uno detrás de otro y yo ya no puedo más, necesito volver a ser la misma que hace tres meses.

- Eres la misma Emily, solo que ahora tienes un... ¿cómo llamarlo? ¿Un don?

- Yo no lo llamaría don, yo lo llamaría una verdadera mierda, y no soy la misma desde que empecé a ver a Peter he cambiado, lo sé.

- No digas tonterías eres la misma chica deslumbrante de siempre, solo se echa a faltar una cosa.

- ¿El qué?

- La sonrisa que tenías. - No reprimí las ganas de sonreír al oír eso. - Lo ves, como esta que tienes ahora mismo.

Me lancé a sus brazos    


No te duermas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora