Capítulo 25: ¿Posesión?

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- ¿Emily? ¿Hola? - Veía que Irene estaba justo delante de mí y me saludaba con la mano para ver si volvía en sí pero no, David conseguía que solo pudiera responderle a él.

- "Ve a ayudarla, te necesita o la matará."

No me dejó ni decir palabra desapareció y volví a estar en la tierra, por llamarlo de alguna manera, tuve que parpadear varias veces para poder ver con normalidad.

- ¿Qué? ¿Qué ha pasado? - Preguntó Jack, ya sabían que después de estas cosas siempre había algo, una pista, un recuerdo, algo.

- Te has quedado como ida, ¿estás bien?

- Sí solo es Peter y David que no se cansan de jugar conmigo.

- ¿Esta aquí? - Preguntó Silvia con un hilo en su voz. - ¿Peter?

- No sabría decirte si está aquí con nosotros, solo lo veo cuando estoy durmiendo.

- ¿Cómo descubriste que era él? - Preguntó Irene.

Le conté todo, lo que habíamos descubierto, lo que necesitábamos descubrir, quien era la responsable, nuestras sospechas, todo absolutamente todo.

- ¿Puedo matar a tu madre?

- Mientras no lo tenga que ver, ni estar presente, adelante. - Dije consintiendo lo que me pedía Irene.

- ¿Cómo es posible que los veas y el resto no?

- Peter en una de nuestras conversaciones me contó que yo de pequeña creía en los fantasmas y que por eso los veía y que nunca he dejado de verlos, solo que no los sabía diferenciar, y que he estado conviviendo con fantasmas alrededor de mi toda mi vida y no me he enterado, supongo que será por eso, porque yo nunca he dejado de creer en los fantasmas.

- ¿Entonces si yo digo ahora que creo en los fantasmas empezaré a verlos?

- No funciona así exactamente. Peter me dijo que tenía un don, pero no entiendo como la verdad.

- Léete sus diarios, a lo mejor hay algo que te resuelva tus dudas.

- Pero es algo muy íntimo, es su vida.

- Pero ahora es todo tuyo.

- ¿Entonces es verdad que ves a los fantasmas?

- Difícil de creer, lo sé. - Dije sacando una sonrisa de lado tímida.

- Cuando la veas en plan soy un zombi voy a por ti, te lo creerás de seguida, te lo aseguro, da verdadero miedo.

- ¿Sabes que te escucho verdad Alex?

- Lo sé, por eso lo he dicho.

- Que gracioso.

- Cuando me contaste lo de los sueños, el hombre y descubriste que era Peter no me llamaste para contármelo. - Dijo Irene con un tono echándomelo en cara.

- No lo pensé, simplemente él al principio me sonreía en medio de la oscuridad con maldad, me daba miedo y cuando descubrí que era él cambió completamente la forma de ser, empezó a ser cariñoso, más o menos como yo recordaba, ya te lo he dicho antes. Y luego empezaba a hacerme ver esas visiones y ni siquiera pensé en nadie solo en descubrir que pasó y aún intento saber la verdad.

- ¿Maldad?

- Si no se, si estaba en la cama estirada él estaba en la puerta mirándome y sonriendo con malicia, en medio de un cuarto oscuro donde solo iluminaba la luz de la luna ¿por qué? ¿Por qué era así de malvado, por decirlo de una manera, y luego me pedía ayuda?

- Porque podría ser que él y tu madre estuvieran en el mismo cuerpo. - Dijo Matt que miraba fijamente al suelo pensativo.

- ¿Una posesión? - Preguntó Alex alterado abriendo los ojos como platos, seguía abrazado a Jack, pero ahora los dos ya estaban relajados, simplemente se habían acomodado el uno de otro.

- No exactamente, no estoy diciendo que tu madre poseyera a Peter esa noche, pero si puede que lo hiciera en tu sueño para asustarte y para alejarte de Peter.

- ¿Estás diciendo de que Marta entra en los sueños de Emily, para que Peter no se acerque a ella y así él no poderle contar la verdad a Emily? ¿Es eso lo que nos estás diciendo Matt? - Alex parecía cada vez más alterado.

- No exactamente, yo le he entendido, lo que quiere decir Matt es que Peter de alguna manera estaba representando como era mamá aquella noche y a la vez estaba siendo él.

- Exacto.

- Además me da igual si mamá se mete en mis sueños lo único que quiero es que esto acabe de una vez por todas.

- ¿Y dejar de ver a Peter?

- Sí, dejar de ver a Peter, fantasmas y olvidarme de que tengo una madre loca psicópata.

- Bueno si no os importa, yo me vuelvo a mi cuarto y me voy a dormir estoy bastante cansada del viaje. - Dijo Irene, la verdad es que el sol iba a desaparecer dentro de unas pocas horas y aún teníamos que comer, pero por la cara que ponía ella se la veía exhausta, cansada.

- Si claro, voy a por unas sábanas y te ayudo.

Irene se fue a su cuarto y Silvia subió las escaleras a por las sábanas. El resto nos quedamos allí pensativos, sin decir nada, simplemente pensábamos en una explicación, una razón que tuviera lógica. Pero seguíamos sin tener nada. Todo era una mezcla que seguía sin tener un buen sabor, era un puzle que lo estábamos montando a la inversa y estando donde estábamos no sabíamos cómo desmontarlo y empezarlo de nuevo, era prácticamente imposible.


No te duermas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora