Capítulo 22: Ayúdame a salvarla.

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Nos estábamos riendo cuando me quedé en una especie de trance, escuchaba una voz que suplicaba mi ayuda ¿Peter? ¿Quién era?

- Emily, Emily...

- ¿Quién eres?

Alex y Carlota dejaron de pelear al escucharme hablar sola y mirar a la nada, bajaron las escaleras y Jack se puso delante de mi junto a Ian.

- ¿Emily qué te pasa? - preguntó Jack.

- Ayúdale. Tienes que ayudarla.

- ¿A quién tengo que ayudar? ¿Dónde estás?

- Yo estaré siempre que me necesites y cuando tengas a mi hijo al lado.

- ¿David?

- Ves a ayudarla, necesita tu ayuda.

- Pero ¿quién?

- En la vieja capilla del bosque. No vayas sola o te matará. No confíes en él.

- No te entiendo. ¿En quién no debo confiar? ¿Quién hay en la capilla? ¿Quién necesita mi ayuda? Dime David, ¿quién?

- ¡Emily!

Volví en sí.

- ¿Qué? ¿Qué ha pasado?

- Estaba todo oscuro había como unos ventanales grandes, hacía mucho viento fuera y era de noche, había asientos de madera, era como estar en una iglesia.

- A eso vendrá lo de la capilla... también has dicho algo de no debo confiar y quien había en la capilla.

- No lo recuerdo muy bien, estaba todo muy oscuro y había un altar y había alguien sentado en el suelo al lado de esta, lo recuerdo como si fuera un sueño.

- Tranquila Emily, poco a poco iras recordando.

- ¿Con quién hablabas por cierto? - preguntó Carlota.

- ¿Era David? - preguntó Silvia.

- Era David. - dije intentado recordar lo que había pasado. Era todo tan borroso en mi mente, no habían pasado ni un minuto que ya lo había olvidado todo.

- ¿Nos va ayudar?

- Creo que tenemos un problema y es que me parece a mí que primero tendremos que encontrar a su hijo, ¿Marc?

- Entonces, ¿nos ayudará cuando le encontremos?

- Eso es lo que me parece que ha dicho, si me acordara podría asegurarlo.

- Emily no vas hacer nada.

- Si no hago nada seguirá torturándome.

- Pero si le sigues el juego no solo será peligroso para ti, si no para nosotros también.

- Creo recordar la parte de que estáis aquí y dentro de unos días viene la loca de mi madre, y que nos quiere asesinar a todos. - Paré para respirar, y para poder seguir haciéndome la sarcástica con Ian- Así que creo que sí, creo que es mejor quedarnos en el sofá todos sentados viendo Heidi y su abuelito...

- La estás pagando con todos nosotros cuando ni siquiera te hemos hecho nada. - replicó Sandra.

- Seguís sin entender que, a lo mejor, ayudar a David es la solución a todos nuestros problemas. Con vosotros a mi lado o no voy a ir a ayudarlo. - Subí las escaleras para ir a darme un baño, un baño en el que tenía la esperanza de que fuera eterno.

- Yo voy a ir a fuera a dibujar... se me ha quitado el hambre. - Dijo Jack.

- Voy contigo Jack. - Dijo Carlota, pasando su brazo izquierdo por sus hombros.

El resto se quedaron quietos mirando como subía las escaleras con desesperación, porque eso es lo que estaba, desesperada con encontrar una solución.

Me encerré en el baño, me metí en la bañera con un agua más que caliente, me recogí el pelo, me estiré y intenté relajarme, coloqué la alarma para dentro de 30 minutos y lo dejé justo al lado del champú. Entonces cogí y me hundí en el agua con el fin de no escuchar prácticamente nada, solo el silencio y la paz que hay en el agua. Cerré los ojos y dejé de pensar.

- Emily, ayúdame, ven y ayúdame.

- ¿Cómo?

- Sigue mi voz... solo eso.

Me levanté de la bañera vestida, miré hacia abajo y vi que el agua estaba repleta de moho, a decir verdad, todo estaba repleto de moho. Abrí la puerta del cuarto de baño y vi que estaba en medio del bosque.

- Ven, corre, ayúdame a salvarla. Antes de que te vea.

Escuché que una ramilla se escuchaba desde la distancia y resonaba por todos lados. 


No te duermas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora