Capítulo 46: Hagamos la cuenta atrás.

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Me fui a mi cuarto, me duché rápido, no quería que la luz se fuera en mitad de mi ducha, así que en menos de 15 minutos ya estaba vistiéndome. Me sequé el pelo, me puse los tejanos pitillo, me puse una camiseta básica y una sudadera de Ian, seguía siendo suya, pero la tenía desde hace meses, a la que podía me la ponía. Olía a él, y eso era lo mejor, acordarme de él donde fuera que estuviese. Me puse las converse negras y miré como iban de batería los móviles, los ordenadores, todo estaba cargándose lento, pero sin pausa. Lo único que quería es que no llegara la tormenta y nos quedáramos sin que hacer.

Bajé las escaleras, Silvia y Sandra estaban ayudando a Irene a meter bolsas ¿de hielo? Encima de la encimera. Ian, Alex y Matt metían en casa leña, y Carlota y Jack los iban guardando en el cuarto al lado del baño. Miraba por donde podía ayudar, descarté la idea de salir fuera para ir a la cabaña y coger troncos, coger bolsas de hielo no es que me hiciera demasiada ilusión así que para no quedarme allí mirando sin hacer nada, decidí preguntar.

- ¿Y yo qué hago?

- Puedes ayudar a tu hermano y a Carlota. - Dijo Silvia.

Giré la cabeza para mirarles y ellos encogieron los hombros, como si dijeran "si te apetece", así que cogí dos troncos y empecé a meterlos dentro del cuarto. No sé porque, pero escuché un ruido abajo, en el sótano, donde estaban las calderas, intenté no hacerle caso, pero era extraño, luego me dije que seguramente eran las tuberías y calderas que por el movimiento o vete a saber, sonaron. Exigí dejarme de hacer paranoias.

- Dicen que la tormenta vendrá por la tarde, hacía las 18:00 aproximadamente, así que cuando se vaya la luz bajaremos abajo y pondremos en hielo la comida de la nevera, no sabemos cuánto durará así que he ido a por comida que puede estar en los armarios sin necesidad de nevera. - Dijo Irene, a la vez que Alex, Matt y Ian entraban y cerraban la puerta trasera. O habían dejado de entrar leña porque consideraban que ya había suficientes o los habían traído todos.

Dejé los troncos y me puse a guardar comida en los armarios, la tormenta parecía que ya venía, pero lo único que se alcanzaba a escuchar eran truenos y rayos que se veían a lo lejos, era un buen momento para hacer una foto, asustaba un poco esas vistas magníficas, pero a la vez tan escalofriantes a lo largo del otro lado del bosque, esperaba que nuestra casa estuviera bien, que no se inundara, ni le pasara nada extraño, con extraño también me refería a paranormal la verdad. "Llegados a este punto, todo era ya un mundo de vivos y muertos, ya no me asustaban, ya era complementos de mi vida." Pensé.

- Así que soy un complemento...- Dijo David por detrás.

Se me cayó el paquete de cereales de las manos, y fue a parar a la encimera, agaché la cabeza suspirando, eran un complemento, y odiaba cuando hacían eso, más valía al resto de fantasmas no hacer eso porque no les voy hacer ni caso por las molestias, pero David era un caso especial, no sé cómo ni por qué, pero le había cogido cariño, había una sensación de que no se iría nunca y eso no me desagradaba la verdad.

- No vuelvas hacer eso. - Dije, guardando la caja de cereales, y cerrando el armario.

- ¿Que no volvamos hacer qué? - Preguntó Silvia.

- Me iba a esperar a que giraras la cabeza, después de guardar esos cereales, pero nos has llamado complemento. Pero me gusta que hayas cogido cariño.

- Es que sois un complemento la verdad. - Dije mirándole a la cara.

- Emily, ¿con quién hablas? - Preguntó Silvia, todos estaban perplejos.

- Así que somos prescindibles, ¿si nos vamos no pasaría nada?

- Pues sinceramente sí, no me pasaría absolutamente nada. - Dije con franqueza, escuchaba a Silvia, notaba que el resto me miraban incrédulos, pero estaba hablando con David y me impedía, no sé si yo misma, poder contestar a lo que me decía Silvia.

No te duermas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora