Capítulo 45: Juguemos a un juego.

53 6 0
                                    

Empecé a escuchar un murmullo, creo que era la voz de Jack y Alex, pero luego escuché, creo que fue, la voz de Carlota, la verdad es que no estaba segura, solo escuchaba murmullos, que venían desde la puerta. Creo que era un sueño hasta que noté que Ian se movía. Estaba despierta, pero con los ojos cerrados, estaba aún adormilada, todo parecía un sueño, pero era real, estaban hablando y seguramente Ian les estaría diciendo alguna cosa. Decidí poner la oreja.

- [...] ella habrá cogido y venido aquí. - Empecé a escuchar a Alex.

- Vino cerca de las 3, me dijo que tuvo una pesadilla. - Dijo Ian, notaba cada pulsación de su cuerpo, cada respiración, cada vibración de su voz.

- Ayer antes de irnos también tuvo una, es extraño que tenga tantas de golpe. - Dijo Carlota, podía sentirla apoyada en la puerta, que estaba cerrada.

- Posiblemente sea porque mañana viene mamá ¿no? - Dijo Jack que estaba en los pies.

Seguía abrazada a Ian, en la misma postura con la que me dormí, pero Ian quería acomodarse y sentarse así que mi cabeza seguía recostada encima suyo, pero en cambio de estar en el pecho, estaba en los abdominales, me hice la remolona para disimular un poco.

- Pero es que es muy extraño, ¿por qué Peter le hace sufrir de esa manera? ¿No se lo puede explicar desde su boca? ¿Por qué enseñárselo, si ve que así le hace daño? A mi Peter no me da confianza, esconde algo que no hemos visto.

- Tú y tus paranoias Alex. - Dijo Ian. - Posiblemente sea más fácil mostrarle a Emily lo que pasó que no explicándoselo, donde puede hacer que se haga más preguntas.

Esa frase, esa respuesta de Ian, me sonaba, la había escuchado antes... Y entonces recordé todo lo que había pasado, el primer sueño, el que estaba Peter en el patio trasero, las escaleras del altillo bajadas, aquella mujer desconocida. Luego el que bajaba a beber agua y volvía aparecer aquella mujer a unos centímetros de mí, mirándome fijamente. El "minori debiles expenderint" de la pared, y la frase que tanto Irene como aquella mujer repitieron " Corre o el lobo te comerá, pero no huyas de él, el lobo es más bueno de lo que crees, él te ayudará a correr, porque si no el cazador te cazará, y te ha cazado", ¿a qué se refería ese "te ha cazado" que me dijo aquella mujer al final? Todas aquellas imágenes, aquellas personas, aquellos momentos volvieron a mi cabeza.

Me senté en la cama de un bote, se asustaron al ver mi repentino movimiento, lo único que me vino a la mente fue que necesitaba correr, nadar, preguntar.

Me levanté de la cama y salí corriendo de aquel cuarto, como si me fuera la vida en ello, ni siquiera me paré a responder, simplemente escuchaba voces decirme algo, pero ni sabía el qué, ni quería saberlo, simplemente quería correr, apagar el cerebro un instante.

- Emily, ¿qué ocurre? ¿A dónde vas? - Me preguntó Silvia, a la que pude ver con un jarrón con flores, flores a las que seguramente les estaba cambiando el agua.

Abrí la puerta de la cocina, que conectaba con el jardín, me detuve. El rayo, el trueno, aquella tormenta me sorprendió, más que sorprender me asustó. Era una tormenta eléctrica, una tormenta típica de invierno. Las gotas caían en diagonal, caían en cantidad, me estaba mojando, estaban frías. Pero ahí estaba mirando al final del lago, al otro lado del charco, simplemente habían arboles más bosque, más lugar por el que perderse. Aquel lugar me daba miedo.

Seguía mirando al frente cuando algo me dijo que mirara al lado, hacía el cobertizo, había alguien, ahí había alguien, no pude saber ni quien era, ni si era una mujer o un hombre, simplemente vi a alguien entre la oscuridad, Ian me cogió por los brazos y me metió dentro de casa. Empezaba a temblar, el viento hacía que las gotas estuvieran congeladas, Alex me puso una manta encima, me sentaron en el sofá. Estaba bloqueada, ¿por qué había hecho eso? ¿Por qué?

No te duermas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora