Empezamos a comer las hamburguesas, las patatas, tenía Jack y al otro lado a Ian, Jack tenía al lado a papá, este último había insistido en sentarse junto a Jack y mamá... mamá estaba enfrente de Jack, entre Irene y Silvia. Habíamos acordado que ninguno de nosotros, excepto ellas dos, nos sentaríamos al lado de mamá. No hubo discusión para aquello, nadie quería sentarse al lado de una loca. Yo miraba mi vaso con agua, pero desvié la mirada cuando Ian entrelazó nuestras manos. Me sonrió, le sonreí, y cerré los ojos con motivo de alivio, le tenía a mi lado. ¿Qué importaba lo demás?
- Mira los tortolitos enamorados. - Dijo Irene al percatarse de la escena. Teniéndola enfrente la miré a los ojos, noté como me ponía roja. Hablar de mi relación con papá delante francamente daba vergüenza.
Con la única que hablaba de mi relación con Ian era Silvia y mamá.
- ¿Cuánto lleváis ya chicos? - Preguntó mamá.
¿Por qué lo preguntaba? Uno sabía perfectamente que me daba vergüenza habar de ello con papá delante y dos sabía cuánto tiempo llevábamos juntos. Sonreía, la miré y estaba sonriendo, estaba jugando. Muy bien, si quería jugar íbamos a jugar.
- El tiempo suficiente para confiar en el completamente y contárselo todo.
- Pues eso está muy bien, pero te diré algo Ian, - ya venía señor papá protector a dar el discurso de cómo le hagas daño a mi hija...- te las verás con el sheriff no con Dann Carter.
El sheriff del pueblo ahí estaba mi padre. No pude evitar reírme.
- Creo que hay otras personas sueltas que me pueden hacer más daño que Ian papá.
Recibí una patada de Irene en la espinilla, pero intenté que no se notara que me había hecho daño.
- Sí, cierto, pero esas acabarán en la cárcel, Ian con buena suerte acabará siendo atendido por una enfermera.
- Y con mala suerte será enterrado. Sí papá. - Rodé los ojos y dirigí mi mirada a Ian, que se estaba divirtiendo un rato.
- No se preocupe señor Carter. A su hija no le pasará nada conmigo, y si yo mismo le hago daño me entregaré a las autoridades.
- Así me gusta Ian. - Dijo papá. No sé por qué me daba a mí que esa conversación padre-novio ya la habían tenido antes.
- ¿Desde cuándo somos señor y señora Carter, Ian?
- Solo está siendo formal. Para que luego digan de los jóvenes de hoy en día somos unos informales.
- Tienes razón Emily, pero por favor Ian, todos, llamarnos Dann y Marta.
¿Cuándo acabaría ese circo?
Acabamos de cenar, y yo me fui a mi cuarto. No aguantaba más verle la cara. Todos habían notado que nos íbamos devolviendo las pullas, pero era lo que había, ¿quería jugar? Pues si lo hacíamos, teníamos que jugar bien.
Estaba sentada mirando por la ventana, ya se veían los primeros rayos al fondo. No tardaría en llegar la famosa tormenta. Picaron a la puerta y giré la cabeza.
- ¿Si? - Pregunté al ver que no abrían la puerta.
El pomo se giró y vi como papá asomaba la cabeza.
- ¿Puedo pasar? - Asentí con la cabeza. - Vaya, sí que han hecho un gran trabajo decorando este cuarto, ¿te gusta?
- Mucho.
- ¿Estás bien? - Se sentó en la cama.
- Sí, ¿por qué?
- Mientes, pero solo te voy a decir que por favor se suave con mamá, solo te pido eso. No lo ha pasado nada bien, y cuando estabas en aquel hospital estaba peor, por las noches apenas dormía.
- Sabes papá, es curioso, tú siendo el sheriff, tú teniendo trabajo hora si y hora también fue el que más veces me visitó y esa mujer que es mi madre, ama de casa, teniendo horas libres para dar y regalar no fue ni una sola vez, ni una. Y luego el día que por fin salgo de allí, esperando que al menos esté en casa para darme un abrazo, al menos un "bienvenida a casa hija" ni siquiera estaba, se supone ¿qué era lo que me dijiste? ¿Indispuesta y en casa de los abuelos? Papá no tengo tres años, no me sirve ese cuento de no se lo tengas en cuenta ella te quiere con locura porque los que me han demostrado que me quieren han estado aquí estas últimas semanas.
- Vaya. Supongo que debo dar las gracias por la parte que me toca.
- Papá...- rodé los ojos, me levanté y me senté a su lado de la cama. - Sabes a lo que me refería.
- Emily entiendo que estés enfadada con ella, pero debes comprenderla, ver a su hija con un brazo donde pone que va a matar a su otro hijo no es muy agradable.
- Sonaré repetitiva, pero sin embargo Jack es tu hijo, yo soy tu hija y tú no tuviste la reacción que tuvo ella.
- Vamos Emily, haz tiempo muerta, por tu viejo anda.
- ¿Por mi viejo? Deja de habar de esa forma, por tu hija endemoniada anda.
- Enróllate tronca. - Me dio con la mano en el hombro.
- Enserio papá deja de hablar así.
- Vamos que nos vamos de fiestorra ¿quieres? Va a ver un mega botellón tronca. Vamos venga enróllate.
- Oh por dios, está bien, trataré de sonar menos pedante con mamá.
- ¿Un piti? ¿Una birra? ¿Un tuya mía?
- Madre de la virgen santísima. - Me pasé las manos por la cara. - Que sí, que también te quiero.
- ¿De verdad tronca?
Me abalancé a él abrazándolo por los hombros, haciendo caer los dos en el colchón.
- Cállate ya. - Dije riéndome.
Él se reía debajo de mí. Ese era mi padre, podría decir que era el mejor padre. Y la verdad es que lo era.
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No te duermas [Editando]
Mystery / ThrillerEmily es una chica con unos sueños, con unas metas que algún día quiere conseguir. Tiene sus estudios, un hermano y a sus padres. Con ella están también sus amigos, su novio que nunca le falla, pero desde hace unos meses en su vida se ha incorporado...