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CAPÍTULO 101

No sabía porque había pensado que asistir a una fiesta le subiría el ánimo si nunca lo había hecho en el pasado, pero aun así estar en su casa tampoco le parecía una alternativa, ni siquiera en el trabajo lograba olvidar lo que sucedió, apenas había pasado una semana desde que se había enterado de todo y en su cabeza aún todo estaba demasiado fresco.

Odiaba ser de aquellas personas amargadas que se quedaban sentadas en una esquina viendo como todos se divertían, y en ese momento estaba haciendo eso, queriendo terminar con eso se acercó a la primera persona conocida que vio.

-Muy pronto para comenzar a tomar apenas va comenzando la fiesta.- saludó a Eric poniéndose a un lado de él.

-¿Esto?- mencionó mirando su vaso.- No es nada, tendría que tomar mucho más para ponerme ebrio, y nunca es demasiado pronto para comenzar a tomar de hecho lo más recomendable es tomar antes de llegar a una fiesta para que resulte divertida y que poder lidiar con personas desagradable.

-Oh me has iluminado ahora comprendo muchas cosas.

-Hablando de eso ¿Quieres algo de tomar?- mencionó sin su habitual buen ánimo.

-Agua o nada- al ver la cara que ponía la cara de incredulidad de Eric y le explicó- creo que dejaré de beber por algún tiempo la última vez que bebí hice algo por lo que me arrepentí demasiado.

-La resaca moral es peor que la física ¿no? ¿Y ya se ha solucionado?

-No, creo que únicamente ha empeorado todo- mencionó con ambigüedad no quería entrar mucho en detalles.

-Espero que todo se arregle pronto.

-Gracias, Eric, pero dudo que lo haga.- le sorprendía que parecía sincero a pesar de no saber su problema.

-Lu quería decirte algo estoy preocupado por George últimamente lo he visto desanimado y ahora viéndote a ti tampoco lo parece no sé qué haya pasado no me ha querido decir nada, pero tal vez si nosotros...

-Esa perra.- susurró sin hacerle caso a Eric en cuanto escucho nombrar a su marido había dejado de ponerle atención y la había enfocado a cuantas personas en esa fiesta conocía y se había encontrado con Maureen que parecía estar buscando a alguien con la mirada y ya podía imaginarse perfectamente a quien buscaba.

-¿Qué?- preguntó extrañado buscando, dirigiendo su mirada hacía donde miraba la castaña.

-Nada. Tengo que hablar con alguien.

Sin decir nada dejándolo completamente confundido fue hacía Maureen caminando con decisión sentía su cara arder de la furia, no la había vuelto a ver desde la última vez que habían despertado en su cama, cuando llego se puso en frente de la rubia falsa.

-No esta aquí.- le dijo mientras se cruzaba de brazos.

-¿Quién? Hola Lucy.- la saludó Maureen con una sonrisa incomoda haciéndose la desentendida.

-Sabes perfectamente a quien me refiero, no puedo creer que te haya dejado cuidar a mi hijo una semana ahora me preguntó ¿si me ayudaste como una especie de aliviador de ti conciencia porque te sentías culpable por acostarte con mi esposo o era una excusa para verse a diario y acostarse?

-¿Qué estás diciendo?- susurró escandalizada volteó a ver hacía todos lados para ver si alguien alrededor la había escuchado, pero parecía que no había demasiado ruido y todas las personas parecían estar en lo suyo, después la volteó a ver de nuevo y le dijo- Mira Lucille mejor hay que hablar de esto en un lugar privado ¿Qué tal si nos vemos mañana y...

It's All Too MuchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora