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CAPITULO 29

Lucy pareció animarse un poco cuando comenzaron a bromear, pero pasado un tiempo su ánimo decayó quedándose seria y callada por el resto del camino, cuando llegaron al hotel tomó las llaves de su habitación y se quedó encerrada todo el día.

Todos pensaban que estaba enfadada o de mal humor, pero en realidad es que una vez que se le bajó el efecto del alcohol se sentía muy avergonzada de lo que había sucedido, Lucy siempre brillaba en frente de las cámaras porque solía ser carismática, y vomitar en frente de la prensa fue una de las cosas más vergonzosas que había hecho y estaba dispuesta a no salir hasta que salieran de Francia.

Al que le disgustaba que no saliera de su habitación era Brian que se suponía que al estar George y Lucy en una de las ciudades más románticas del mundo se suponía que deberían salir fotos de ellos juntos paseando por las calles, pero la chica se negaba a salir pesé a su insistencia.

-Me prometió Charlie que su hermana no haría más complicado el viaje y ya lleva tres días y ya causó problemas.

-Probablemente se sienta mal por lo que pasó en el aeropuerto.- comentó McCartney intentado tranquilizar al mayor.

-Pues tiene que salir no puede quedarse ahí encerrada la única razón por la que acepté que viniera fue por eso y no está cumpliendo con su parte.

-Déjala en paz, Brian.- comentó George que estaba a gusto con la decisión de Lucille de no salir, cada vez que tenían que fingir estar enamorados hacía que se sintiera confundido y que se preguntaba si todo era falso.

-Yo hablaré con ella.- se ofreció Paul.- A pesar de todo Lucy es profesional y lo entenderá.

-No me lo parece.- murmuró con amargura Epstein.

Tocó la puerta un par de veces cuando dijo que era él se esperó unos segundos y la puerta se abrió, cuando entró Paul esperaba ver a Lucille en pijama, desarreglada, con la habitación desecha y oscuras, en cambio se encontró a la castaña completamente vestida y arreglada, con una tasa café medio vacía en la mesa de un lado y lo que se veía los restos de un desayuno, además de que la habitación estaba completamente limpia e iluminada por la luz del sol.

-Te vez hermosa Lu- comentó sorprendido.

-Lo sé, lo que me desconcierta es que lo digas con tanta sorpresa ¿A qué has venido?- sé sentó en una silla abrió un periódico que le cubrió todo el rostro y comenzó a ojearlo.

-Brian quiere que salgas a dar una vuelta con George que la gente los vea por ahí paseando juntos como una pareja enamorada en la ciudad de París.

-Eso no se podrá ser posible, porque no quiero salir.- dijo aún oculta tras el periódico que estaba en francés.

-Solo será una vuelta después puedes volver a encerrarte en esta habitación.

-Nunca pensé que precisamente tú estuvieras animándome a salir con otra persona, no sé cómo sentirme con eso ¿ofendida? ¿triste? ¿decepcionada? quizá un poco desilusionada, si puede ser.

-Por supuesto me encantaría que en lugar de que te acompañará George fuese yo, pero no me molesta porque sé que es falso, porque lo es ¿no?

Lucille bajó un poco el periódico lo suficiente para ver la expresión de Paul donde se veía inseguridad pensó que probablemente se estaba acordando de cuando los vio tomados de la mano dentro del avión.

-Claro que es falso no seas tonto.- contestó después de unos segundos y poniendo los ojos en blanco.

Los segundos en donde se había quedado ella en silencio no habían servido para animar al castaño es más lo tomaba como una especie de duda en su afirmación, quería quedarse con ella en esa habitación o el mismo proponerle salir a pasear por aquellas calles, pero sabía que no podía aún no por lo menos, así que en su lugar le dijo:

It's All Too MuchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora