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CAPÍTULO 80

Lucille se quedó recargada sobre su hombro tras pasar varios minutos George sintió como la respiración de ella cada vez era más lenta, últimamente la castaña dormía mucho durante el día y ya que no quería que se quedará dormida por más tiempo, la sacudió un poco y le susurró al oído:

-Es hora de irnos de aquí.

Ella se removió un poco abrió los ojos subiendo y levantó la mirada hacía él, sus ojos lucían ofuscados lo que le hacía pensar que aún no estaba bien del todo, unos segundos después ella habló:

-A pasado un mes desde que murió mi hermano y quería deshacerme de sus cosas… la mayoría de las cosas pensaba en donarlas, pero… ni siquiera pude llegar a su ropa cuando vi esa mancha y… - se interrumpió y se quedó en silencio.

-No estás lista para hacerlo ¿verdad?

-Es una tontería aferrarse a las cosas ya se que eso no lo va a traer de vuelta.- respondió negando la cabeza.- Y no pienso volver a vivir en esta casa, cuando la compramos era todo lo que buscábamos en una casa, es grande, bonita, está en una buena zona, le entra una buena cantidad de luz natural, entre otras cosas,  pero ahora no se siente como antes, por eso prendí todas las luces porque me da un poco de miedo estar aquí.

Lucy esperaba que George se burlara de ella, pero él se limitó a asentir para darle a entender que comprendía de lo que hablaba, a él tampoco le gustaba estar en esa casa y mucho menos le gustaba que su hijo estuviera en la habitación donde el hermano de Lucille se había dado un tiro en la cabeza, a pesar de que apenas quedaban pruebas visibles de que algo había pasado ahí.

Lo que más deseaba en ese momento es que su esposa vendiera la casa en cuanto antes y no es que creyera en fantasmas o en casas embrujadas que se le hacía una tontería, pero estaba seguro de que sentiría más tranquilo cuando se deshiciera de la casa, pero por lo que podía observar se notaba que ella, aunque no quisiera la propiedad tampoco quería venderla, así que murmuró:

-No tienes que venderla si no quieres, y técnicamente las cosas de Charles ahora son tuyas puedes hacer lo que quieras con ellas, si deseas conservarlas hazlo.

-Creo que la dejare así durante un tiempo.- coincidió aliviada de que George no insistiera en deshacerse de esa casa.

-Vámonos de aquí Lucy.- se puso de pie dando por concluida la charla- ¿Cómo te sientes?- le estiró la mano para ayudarla a ponerse de pie.

-Mejor.- contestó y era cierto se sentía mejor a comparación como se había sentido durante todo el mes, pero aún estaba muy lejos de sentirse bien, pero no quería desanimar o preocupar al músico así que le dijo.- Creo que me ha servido mucho esta conversación que hemos tenido.- después de ayudarla a ponerse de pie se agachó y tomó en brazos a su hijo listo para irse en cuanto antes de esa habitación.

Bajaron las escaleras para encontrarse a Paul y a Ringo jugando ajedrez en la sala, de inmediato Paul perdió el interés en el juego se puso de pie.

-Menos mal que ya han bajado estábamos aburridos.

Lucille le lanzó una mirada de reproche al guitarrista ya que lo menos que deseaba en ese momento era encontrarse con otras personas no se encontraba en ánimos para establecer una conversación.

-Eso dices tú porque sabes que estabas a punto de perder.- respondió Ringo frunciendo el ceño.

-Nunca lo sabremos tendremos que dejar ese juego para otro día, ni modo.

-Eres un mal perdedor.

-El juego es lo que menos, estábamos preocupado por ti… ¿Cómo estas llevando todo?

It's All Too MuchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora