Capítulo 29

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Llego a la casa de sus suegros y tomó un baño listo para dormir, hasta que le dijeron que Yoohyeon lo esperaba para una sesión de fotos por su cumpleaños. Suspiro agotado pero fue de todas formas, a su novio le gustaba tomarse fotos, colocarlas en las enormes pantallas planas de un salón y que se reprodujeran por toda la noche por su cumpleaños, no había forma de que escapara de ello. Uno de los chóferes lo llevó dejándolo en la puerta de la cabaña, los guardias de la entrada de la propiedad los revisaron a ambos antes de dejarlos entrar.

Le pareció raro que solo estuviera el auto de Donghae, se encogió de hombros y entró a la casa, la luz del recibidor estaba encendida iluminando, al igual que la de la cocina. No veía a Yoohyeon ni nada más en todo el lugar ¿Habrán confundido los lugares? Cuando creyó que así era escucho la dulce voz de su novio a la vez que la sala de estar era iluminada por las lámparas que simulaba ser velas y la chimenea comenzaba a arder.

—Happy birthdat to you. Happy birthday to you. Happy birthday my "H" oppa, Happy birthday my love.—Su voz es tan dulce y tierna, realmente melódica y armoniosa, además de su adorable inglés.

—Mi cumpleaños es en una semana.—Susurra con las mejillas calientes. El rubio llevaba un enorme suéter rojo y un pantalón deportivo a juego con unas orejas de gato que lo hacían lucir tremendamente adorable, no parecía ser el adulto responsable de la relación.

—La sorpresa se arruino así que pensé en adelantar un poco el festejo.—Sonríe tan tierno, las velas ensendidas en el pastel parpadean, se siente tan amado que el corazón se le derrite.—Vamos pide un deseo.—Alienta el mayor acercando el pastel con fresas encima, el moreno se para de puntillas, cierra los ojos pidiendo su deseo con fuerza, sopla apagando todas las velas con una sonrisa en sus gruesos labios.

—Hae.—Murmura sin saber que decir, el mayor sostiene el pastel con una mano y con el brazo libre lo toma de la cintura para darle un beso en sus dulces labios. Con cuidado el más joven se encoge en los brazos de su novio feliz.

—Mi hermoso bebé.—Le da otro beso en la punta de la nariz y en el pómulo. Hyukjae envuelve sus manos en los hombros ajenos y hunde el rostro en su cuello, absorbe el dulce aroma de Donghae como el de su perfume que olía muy bien.

—No me digas bebé.—Se queja, contra la piel del otro, suena como un niño berrinchudo y lo era.

—Pero si eres mi bebé hermoso, pequeño e indefenso que debo cuidar. Mi dulce adolescente de temperamento explosivo y novio como una mula.-—Dice divertido por los quejidos del moreno, quien le muerde el cuello como protesta.

—No estoy chiquito.—Alza la cabeza para verlo de frente con el puchero acentuado en su rostro. El rubio ríe divertido antes de darle otro besito en la nariz. Se da la vuelta y camina hacia la sala de estar, cuando Hyukjae tiene una visión más amplia del lugar y gritito agudo sale de su garganta, de pura felicidad.

—¿Te gusta?—Se saca los zapatos y va hasta los colchones en el suelo, se sube de rodillas a el y abraza al enorme oso color blanco. Mira los pétalos, la leche, el Champán, las fresas y el delicioso pastel.

—Es hermoso, muchas gracias.—Murmura con una sonrisa tan amplia que sus preciosas encías rosadas se ven tan tiernas.

Donghae deja el pastel en la mesa y se va para regresar en segundos con otro par de orejas de gato blancas, se arrodilla con Hyukjae y con cuidado le pone la diadema sobre sus cabellos negros. Se veía tan hermoso y fallable pero si esa noche iba como la planeaba ninguno de los dos se podría levantar al día siguiente.

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Dos años, once meses y veintisiete días atrás

Hyukjae caminaba nervioso de un lado a otro en la habitación, sus suegros fueron muy amables con el después de preguntarle una y mil cosas, al parecer les agradaba que su papá fuera cirujano dentista y su mamá terapeuta, parecían agradables, tanto que le pidieron que se quedara a dormir, el se negó una y otra vez e incluso se despidió de Donghae, se escabulle para salir sin que lo vean pero lo cachan.

No es que no quiera dormir ahí, la casa es un sueño, es enorme y elegante, todo brilla en ella mientras el no puede aunque lo intente. Aún así los padres de su novio vieron algo algo el que les agrado, porque entre más se negaba a quedarse, más felices se veían, realmente empezo a confundirse respecto a si querían que se fuera o se quedara.

Al final terminó en la habitación de Donghae, estaba en el sofá color menta. Se había parado y sentado tantas veces por los nervios. Cierta parte de él ya estaba un poco más calmada por el hecho de que no estaba en la fiesta, a pesar de llevar su mejor ropa se sentía fuera de lugar, ni siquiera tenía una cara bonita para recompensar, aún así nadie lo trató mal pero la sensación incomoda no se iba.

Cuando la puerta se abrió y Donghae entró salto en su lugar asustado, salía del cuarto de baño con una nube de humo a sus espaldas. Sólo llevaba un pantalón deportivo y nada más, cuando lo vio le sonrió y se acercó para darle un beso en los labios.

—Eres tan precioso.—La voz sincera y los ojos honestos del castaño le derritieron el corazón y a pesar de que sabía que no era así, le creía por esa brutal forma de decirle tan real. Había llegado a la conclusión de que Donghae solo lo quería para un rato, que tarde o temprano vería a alguien guapo y lo iba a dejar, pensaba que no era la intención de este pero iba a pasar.

Se besan en un suave toque, ambos terminan durmiendo bajo el edredón azul, abrazados el uno con el otro. Hyukjae no creía que el hermoso chico estuviera más con el que un par de meses, se empezaba a encariña del guapo moreno y no quería perderlo pero lo único que podía hacer era disfrutar del tiempo juntos, sea mucho o poco.

My boyfriend is a Pretty BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora