—Simplemente no me gusta —Rezongo Hyukjae sentado en el amplio sofá de color naranja, las almohadas rosas sandías combinaban con la pared del mismo color donde un enorme cuadro con un árbol dorado colgaba. A pesar del sinfín de colores y adornos en la casa le gustaban, quizá le pediría que remodele el departamento de Donghae, era bastante sobrio, además de que su manager de repuesto quería hacerlo.
—¿Después de que supo que eras su novio se le insinuó o algo así?—Pregunta Yoohyeon mientras se sentaba en el sofá a lado, le dejo una taza de té y un plato de galletas de chispas de chocolate en la mesilla de centro. Los ojos negros la voltearon a ver casi en cámara lenta.
—No realmente.—Murmura con un puchero en sus gruesos labios, se cruza de brazos como niño pequeño. Negándose a escuchar a la peligrisacea.
Desde que Seo-Jung supo que ambos eran parejas dejó de ser tan melosa con su novio, aún era atenta y muy empalagosa pero no tanto. Debía admitir que la chica guardo distancia pero seguía obteniendo la atención de Donghae, el rubio se mostraba maravillado ante cualquier nimeidad que hacia la chica, era tan exasperante.
—No hay porque preocuparse.—Concluye con rapidez Yoohyeon, une sus manos y asiente como si de esa forma diera todo por sentado —Ahora, no es que no me agrade tu visita a las siete de la mañana mientras estoy de vacaciones, realmente la aprecio, pero mi madre llegara pronto y le parecerá extraño ver a alguien aquí tan temprano.—Se pone de pie esperando que Hyukjae la imite pero eso no sucede, él solo bebé un sorbo de su taza.
—¿Tendrás más miel?—Pregunta realmente serio, con un resoplido la chica asiente, se dirige a la cocina para buscarla.
No es que a Yoohyeon le desagradaba tener al novio de su jefe a una hora tan temprana, pero quería seguir durmiendo además de que su madre iba a llegar pronto. Solo traía la camiseta blanca varias tallas más grande y el pantalón corto color perla, sus pies cubiertos por las calcetas blancas y el cabello agarrado en una trenza francesa un poco despeinada. Hyukjae no estaba en mejores condiciones, traía ropa deportiva la cual sospechaba que era de Donghae, se le veían bastante grandes, eran de la misma talla pero el rubio tenía más masa muscular.
—Solo son un par de semanas, ella está haciendo su trabajo y puedo apostar que el señor Donghae te presta más atención a ti ¿No?— Yoohyeon sale de la cocina con el recipiente de miel y una cuchara, ve al joven pelinegro pensar seriamente en sus palabras, para terminar con un suspiro.
—Bueno...—Sede al final. Hyukjae sabía que su novio le dedicaba toda la atención una vez lo llamara, el rubio no ha dejado de ser atento, dulce, amable y amoroso. Debe admitir eso —Aún así no la quiero cerca ¿No pueden cambiarla?—Pregunta de nuevo, es insistente pero la peligrisacea no se puede molestar con dulce puchero en los labios.
—No, no hay nadie más y por muy maduro que sea Donghae debe de tener un(a) manager que lo ayude. El elije en lo que quiere trabajar pero nosotros, o al menos yo soy quien revisa todos los contratos, uno por uno, escojo los mejores, negocio las cláusulas, los pagos, el acuerdo e incluso me hago cargo de sus gastos. En este momento estoy de vacaciones y lo hago, no le iban a dejar eso a un suplente.—Explica tranquilamente, dejándose caer contra el sofá, pasa los dedos por su cabello trenzado sin mucha atención, ve como su visitante asiente y bebe de la taza, con tanta delicadeza y elegancia que Yoohyeon piensa que sería un buen modelo.
—Mencioné que Donghae le dijo a Seo-Jung algo como "Eres la mejor" y según tus argumentos no mejor que yo...—Deja la taza de té en la mesilla y toma la cuchara para endulzar un poco más su bebida. Mira de reojo como el rostro de Yoohyeon va cambiando de confusión a aceptación hasta llegar a la indignación, le gusta el último.
—¿Mejor que yo?—Cuestiona la peligrisacea algo descolocada, frunce el ceño y arruga la nariz.
Después de un par de meses Hyukjae se dio cuenta porque esa chica le agradaba. Tenía una personalidad parecida a la de Donghae, no eran iguales en lo más mínimo pero te daban esa sensación de comodidad y ternura que te hace sonreír, pero también eran torpes y despistados. Dejando que sus emociones o preocupaciones fueran movidas lejos de la razón, así que la manager no se dio cuenta de la treta del pelinegro, estaba demasiado ocupada indignandose.
—No creo que exista alguien mejor que tu, eres maravillosa para ese trabajo.—Halaga Hyukjae con una sonrisa inocente.
—Claro que no, le di una paliza al loco de tu acosador.—Lo señala antes de ponerse de pie furiosa. El más joven asiente a las palabras de la chica dándole la razón.
—Y te lo agradezco tanto, no se que hubiéramos hecho sin ti.—Hyukjae se levanta junto con ella, ve como refunfuña por lo bajo, moviendose de un lado a otro con los puños apretados.— Entonces...¿Regresaras? —Pregunta con esperanza, pone sus ojos de cachorro, con esos que consiguió librarse de algunas reuniones de Donghae del pasado.
—No puedo, estoy de vacaciones ¡No es tan facil!— Se cruza de brazos aún pensando en cómo Lee Donghae se atrevió a decirle a otra manager que era la mejor, ella era la mejor y por mucho.
—Sí tu no regresas, ella tendría que ser asignada a otro artista que la necesite con más urgencia.—Hyukjae la envuelve en un abrazo, donde ambos están en busca del mismo objetivo lo que significa que ahora ha conseguido una aliada.
—Perdón por llegar un poco antes pero ya quiero ir al...
Ambos se separaron por la voz animada de la puerta que se corto al instante, una mujer de cabello castaño y edad madura los veía sorprendida, por unos segundos antes de sonreír de oreja a oreja.
—No sabia que tu novio nos acompañaría.—Dice ella con una risa avergonzada y la voz juguetona. Los dos se miran algo aturdidos, Yoohyeon es la primera en reaccionar.
—El no es mi novio mamá.—Explica la peligrisacea pero su madre no le hace caso.
—Aja.—Responde dedicándole dos guiños a ambos chicos y entrar a la casa. Intentan explicarle pero la señora Kim comienza a hablar sin parar.
Oops.
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My boyfriend is a Pretty Boy
FanfictionHyukjae sale con un chico hermoso y perfecto, solo que tiene un pequeño detalle. Se hace lo que el dice, sí o sí.