Capítulo 42

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Donghae despertó a eso de las seis de la mañana, se removió en su lugar estirando la mano en busca de su novio pero no lo encontró, se incorporo algo confuso, prendió una de las lámparas en la mesilla de noche y casi se muere del susto cuando vio un bulto sentado a los pies de la cama. Su cerebro llegó inmediatamente a la lógica de que eso era un fantasma, por lo que su reacción fue gritar y patalear, claro que no era a un fantasma a quien empujó sino a Hyukjae, el cual cayó al suelo en un ruido sordo.

El rubio se puso de pie entre tropiezos ya que se enredo en la sábana, fue casi corriendo a encender la luz de la recamara, cuando todo se iluminó pudo ver con mayor claridad y nitidez con su linda pareja estaba recostado en la alfombra con una mueca de dolor. Se apresura para agacharse a su lado, lo tomó como un muñeco, liviano. Lo alza en brazos y le recuesta en la cama, le revisa como si tratara con un niño pequeño, intentando ver si se lastimo.

—Lo siento, lo siento, lo siento.—Susurra pero Hyukjae se incorpora lo mejor que puede, sentándose en la cama, le toma de las muñecas para que pare de revisarlo y le sonríe.

—Esta bien, no creí que te asustaría.—Una suave risa que se escucho entre avergonzada y burlona salió de sus labios. El anillo plateado brillaba en su dedo y Donghae se sentía tan orgulloso de verlo sin estar seguro del porqué.

El más joven solo despertó temprano para ir al baño, pero de regreso se quedó observando la habitación con cierta ilusión dentro de él. Saber que ahora no era la cama de Donghae sino la cama de ambos, que ya no era la recamara de su novio o el departamento de su novio. Se había sentado a los pies de la cama, tratando de sobrellevar esa enorme emoción y felicidad que no cabía en su cuerpo, estaba tan pleno y alegre que el estar recostado lo ponía nervioso de una forma agradable. Pero obviamente Hae despertó y entró entró pánico confundiéndole con un fantasma, debía admitir que su piel era algo pálida pero no para tanto ¿O si?

—¿Te golpee demasiado fuerte?—Pregunta con evidente preocupación, desliza la mano por la espalda, tocándola como si fuese delicada o lo pudiera lastimar con el simple roce.

—No, fue el puro susto. ¿Acaso soy tan pálido como un fantasma? Debería de tomar más sol.—Dice con diversión Hyukjae, una sonrisa se asoma en sus labios que aparecen estar haciendo un puchero o solo se encuentran algo alzados, como si pudieran un beso.

—¿Para qué te pongas rojo como un tomate? Después la piel te arde y se cae en pedazos.—Le saca le lengua de forma juguetona, se acerca al más joven para besarle, siente como el otro se engancha a su cuello y se permite sonreír reír por ese dulce toque.

—Estoy destinado a ser un fantasma.—El puchero no sus labios se vuelve más marcado, gruesos y rosados lucen tan apetitosos como una invitación algo indecente. El rubio le acaricia la mejilla y con el pulgar recorre el labio inferior, hundiendo un poco el dedo hasta estar dentro de su boca.

—Eres mi hermoso y dulce fantasma, ya te tomaste mi alma y mi vida, si alguna vez las pierdes solo pudemelas, te las daré sin pensar todas las veces que sean necesarias.—Donghae cierra los ojos, se acerca hasta que su nariz choca de forma suave con la de Hyukjae.

—Deja de decir esas cosas.—Titubea con el nerviosismo en su voz.

Donghae se acerca un poco más hasta que están besándose, sonríe en medio del acto completamente feliz. Se incorpora hacia el frente, empujando a Hyukjae sobre la cama, colándose entre sus piernas, profundizando la acción hasta sentir la erección contra su muslo.

—Eres tan sexy ¿Recuerdas la primera vez que te masturbe? Tenias dieciséis años y estabas muriendote de la vergüenza mientras te tocaba y entonces me di cuenta de que quería ver los orgasmos reflejados en tu rostro todos los días que tenía de vida.—Besa sus mejillas, lame la línea de la mandíbula y encaja los dientes en esta, así como en la sensible piel de su cuello. Hyukjae no quiere recordar ese día por lo penoso que es, pero lo hace y se siente igual que esa primera vez. La emoción, la excitacion y el amor es igual, quizá más fuerte y estable.

—Donghae.—Le llama sin saber muy bien la razón, el calor del momento no lo deja pensar con claridad, separa las piernas sin pensar, aún más y las envuelve en el cuerpo de su novio. El moreno podría acostumbrarse a ello todos los días, estar en los brazos de su novio, recibir los besos por las mañanas para verse siempre al final del día.

Hyukjae sabe que el y Hae llevan un estilo de vida muy diferente, empezando por la organización. De solo ver como desordenada su closet para buscar una playera o pantalón de chándal le molestaba ¿Cómo sería ahora que compartieran guardarropa? Puso las manos en el pecho de Donghae y antes de que su cuerpo continuará calentándose, lo alejo lo suficiente para que sus labios se apartaran.

—Necesitamos reglas.—Dice con el aire escapándose de sus pulmones debido a los labios de Donghae bajando hacia su pecho. Las manos hábiles le desabrochan los botones de la pijama y la lengua húmeda pasa por la cálida piel.

—Por supuesto.—Acepta el rubio sin poner demasiada atención, las manos de este lo toman por la cintura mientras sigue entretenido besando todo su cuerpo.

—Podríamos empezar ahora...—Quiere incorporarse pero el mayor le toma del cabello, jalandolo de regreso al suave colchón.

—O podríamos celebrar que estamos juntos antes de que llegue Yoohyeon para llevarme a la sesión de fotos, es una persona muy puntual así que debemos aprovechar esos sesenta minutos lo mejor posible ¿Te parece?—Donghae se separa de su cuerpo y lo ve con los ojos castaños brillantes.

—Suena bien.—Se rinde en cuanto la sonrisa se amplia en los delgados labios. Su novio era una persona maravillosa, era un chico hermoso y consentido, obviamente siempre le tomaba en cuenta pero para detalles, se hacia lo que el quería, si o si.

My boyfriend is a Pretty BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora