Capítulo 31

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Donghae tenía el rostro sobre la almohada, se abrazaba a ella mientras mantenía el culo en alto y las piernas separadas, los largos y delgados dedos de Hyukjae tomaban el consolador sin mucho cuidado, metiendolo y sacándolo de su interior tan despacio que lo volvía loco. Lo llevaba profundo hasta que tocaba su próstata haciéndolo delirar, lo retiraba nuevamente y volvía a meterlo dentro del el con fuerza, dando en el lugar indicado una y otra vez.

Una de sus manos lo sostenía de la cadera, lo escucho removerse tras el, sacar el objeto que cayó en el piso. Ambas manos fueron a sus glúteos, algo húmedo y caliente paso por la piel acercándose a su entrada, los dedos largos separaron las nalgas, trato de empujarla hacia tras buscando un toque o algo pero el más joven no se lo permitió.

Hyukjae deslizó la lengua por la piel rosada y delicada, soplo provocando que Donghae gimiera dolorosamente, su pene palpitaba por la poca atención que estaba recibiendo. El moreno lo tomó con fuerza de los muslos, hundió los dedos disfrutando de los músculos y la piel.

—Deja de jugar y follame.—El rubio habla con los dientes apretados, la risa suave y melódica de su novio solo aumenta su impaciencia y no de una buena forma.

—Siempre has sido tan desesperado, quieres todo cuando lo pides y como lo pides, pero yo siempre soy paciente contigo.—Hay un puchero en los gruesos labios, alinea su pene a la estirada entrada de su novio y empuja deslizándose con demasiada facilidad, después de jugar con el dildo...—Estas tan abierto.—Jadea can el cuerpo en llamas, siente como la calidez de Donghae lo envuelve, adora esa sensación de que a pesar del carácter y los berrinches del mayor, lo tiene tan...sumiso y a su merced. Es divertido.

—Solo para ti.—Lloriquea por lo bajo, desesperado pero obediente y en espera a que le diga algo. No podría con el hecho de que su novio fuese así siempre pero ocasionalmente era de cierta forma satisfactorio.

—Lo se.—Toma el pene de Donghae y lo empieza a acariciar, cierra los ojos tratando de aguantarse las ganas de follarlo con fuerza, lo masturba con las manos temblorosas, el sudor aparece en su frente por el esfuerzo y la situación, lleva el pulgar a la punta y lo mueve en círculos antes de retirarlo, dejándo al mayor retorciéndose por la necesidad de más.

Hyukjae decide que es suficiente de la tortura para ambos, lo toma de las caderas y se deja llevar, embistiendolo una y otra vez sin parar, ambos empiezan a gemir sin control y demasiado alto. Es lo único que se oye junto a él sonido de sus pieles chocando una y otra vez, mantiene el ritmo hasta que no puede esas y se corre en el interior de Donghae, se deja caer a su lado entre las almohadas, el otro lo imita pero quedándose boca abajo, por un largo rato solo son sus respiraciones subiendo y bajando. El menor empieza a sentirse adormilado cuando el sonido de algo metálico sonando contra el suelo lo asusto.

Abrió los ojos para ver a Donghae tomar otro tenedor limpio y tomar una rebanada de su pastel, se lleva una fresa entera, con chocolate. Se llena la boca y mastica feliz.

—Es mio.—Se queja con un puchero, aún así no se mueve de su lugar, las sabanas, eran cálidas y los colchones cómodos.

—¿Esto?—Donghae se gira hacia el, esta de rodillas y desnudo así que su semierección está demasiado cerca de su persona como para ignorarla, aprieta las piernas pensando en lo adolorido que quedara después de haberlo provocado así.

El rubio solo ríe y toma con el tenedor una fresa con pastel, la acerca a los labios de su novio y Hyukjae la toma con gusto, mastica con cuidado para no atragantarse. Donghae deja el cubierto, jala la sabana tomándolo por sorpresa y se cuela entre sus piernas, las toma por la parte trasera de las espinillas y las empuja hasta que sus rodillas tocan su pecho. Sabía que las clases de baile que el castaño insistió que tomara tenían dobles intenciones.

—Espera, trabajaré doble turno por la tarde, mis vacaciones se terminaron. No puedo ir...—No termina de hablar cuando Donghae se inclina para besarlo, con fuerza y determinación, saboreando cada centímetro de su boca.

—Lo siento pero al menos seras un precioso pingüino con tu traje negro y caminaras igual que uno.—Le muerde los labios, las mejillas y el cuello, le pide que el mismo se sostenga las piernas en esa posición tan abierta pero lo hace. Toma sus delgadas piernas por detrás de los muslos y se queda esperando al otro. Aun siente el sabor a fresas de su pastel, el cual sea delicioso, Donghae lo besa, lo penetra y se lo folla con la misma fuerza que el lo había echo antes.

—Haa...ee.—Lo llama entrecortadamente, siendo incapaz de terminar de pronunciar su nombre, el solo se clava las uñas en su piel dejando líneas rosas. Las manos de su novio se apoyan al lado de su cabeza y la vista es espectacular.

El cabello rubio cae como una cortina, desordenado sobre su rostro, los ojos fuertemente cerrados en señal de que esta a punto de terminar pero Hyukjae lo hace primero. El musculoso torso se contrae haciendo que los músculos se marquen más, el rubio abre los ojos castaños viéndolo directamente y lo besa mientras se corre dentro de él. Él orgasmo fue como una explosión de fuegos artificiales para ambos, Donghae se negó a apartarse de entre sus piernas, se siguieron besando a pesar del cansancio.

Después de un par de rondas más, dos botellas de leche de fresa menos y medio pastel se quedaron dormidos frente a la pequeña llama en la chimenea que ardía solo lo necesario, las sabanas estaban estiradas, las almohadas regadas y el suelo lleno del champán que se derramó. Descansaron en los brazos del otro como siempre lo han hecho y lo seguirán haciendo. .


My boyfriend is a Pretty BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora