La cena fue tranquila, la comida era deliciosa y las provocaciones de Hyukjae eran una tortura que solo lo iba encendiendo lentamente. Los labios rojos lucían tan obscenos en cada segundo, cuando bebía de la copa de vino, cuando sonreía, cuando llevaba un bocado de carne a la boca o cuando saboreaba la cuchara con helado. Sabía que estaba arrepentido por lo de su espacio, Donghae entendía lo que el moreno le estaba pidiendo pero al principio le sorprendió.
Era normal que les costará sintonizar un poco, además de que era el departamento de Donghae, todo a su gusto, así que darle la habitación y la mitad de su estudio estaría bien. Además serviría para cuando tuviera sesión de fotos, tenía que ir con la piel lo más uniformemente posible y eso incluía no traer chupetes. Por lo que estar separados ayudaría a la tentación, aún así le enojaba que fuera Hyukjae quien lo pidió pero lo entendía. Era complicado, le gustaba el aroma de su cuerpo, la suavidad de su piel, el sabor de los labios y la dulzura de su personalidad, quería tenerlo siempre pero no era posible, no del todo.
—...manager llamara, ella es con quien contactamos.—La voz del anfitrión lo saco de sus pensamientos, alzó la vista para ver como el hombre le hablaba a Hyukjae quien tenía las mejillas encendidas y asentía. La copa en sus manos estaba siendo rellenada y una sonrisa brillante se reflejaba en sus gruesos y rojos labios.
—Siempre me pregunte como funcionaba todo esto, lo del modelaje quiero decir.—Dice Hyukjae luciendo tímido de pronto, el rubio solo frunce el ceño confuso.
—Creo que tu podrías modelar, tu rostro no cumple con los estándares pero es muy atractivo, aunque tu cuerpo si que entra en estos.—Se encoje de hombros el señor Kim bebiendo de su copa, Donghae sabe que siempre es así de directo cuando se trata de conseguir modelos, si quisiera algo con Hyukjae se lo habría dicho aun más explicitamente además de que no era así. Pero eso no impidió que el rubio sintiera celos, en especial porque su precioso novio parecía una colegiala apenada por los halagos.
—¿Enserio?—Pregunta con ilusión en su voz, Hyukjae se gira hacia el rubio dando pequeños saltitos en su lugar—¿Lo oíste? Podría modelar—Sonríe ampliamente, arrastra las palabras y sus ojos brillantes demasiado, quizá había tomado bastante.
—Claro bebé, eres hermoso.—Donghae lo toma de la mejilla dándole un beso en los labios, deja que la lengua se cuele para lamerlos. Se aparta y sonríe, tomando la servilleta y limpiándose como si acabará de comer un platillo, la tela blanca queda manchada de rojo, por el labial de su hermoso novio.
La conversación se mueve entre ambos, va de un lado a otro como juego de ping pong. Hablan de las sesiones, de la competencia de las apuestas y porque no modelan en pasarela, al parecer a nadie le gustaba la exigencia en esta última. Mucho tiempo, poca comida, todo un dolor de cabeza, aunque las pagas eran exquisitas. A los presentes les gustaban las sesiones, modelar, entrar en un papel y tratar de cumplir lo que pedía el fotógrafo. Quizá era muy sencillo pero les gustaba.
—Entonces Hyukjae, ¿has pensado en volverte el señor de Lee Donghae?—La sonrisa del señor Kim se vuelve peligrosa, era un hombre que adoraba el chisme, no importaba de quien o el grado, no los divulgaba pero amaba oírlos, como música para sus oídos.
—Apenas nos estamos mudando pero quizá en el futuro, su padre me ha ofrecido una oportunidad de trabajo en su empresa.—Hyukjae se encoge de hombros restándole importancia, toma un sorbo de su copa y sonríe felizmente. Se ve bastante completo para llevar un cuarto de botella, solo algo descuidado y alegre.
—¿Enserio?—La voz del hombre se vuelve intrigante, se ha dado cuenta. Por supuesto que lo a hecho con esas simples palabras. Es fácil llegar a la conclusión de que el señor Lee quiere a un buen yerno para que tome las riendas de la empresa ya que su único hijo no tiene conocimiento de cómo hacerlo. Uno de los modelos exterioriza su pensar.
—Entonces tu seras el director de la empresa de la familia de Donghae, ¿Cómo te ganaste a tus suegros?—Min-Young pregunta con inocencia y curiosidad pura. No había veneno en sus palabras, simplemente todos estaban demasiado tomados como para medir lo que salía de su ser.
—¿Yo?—Hyukjae abre los ojos sorprendido, su rostro refleja la emoción, parece un niño pequeño mientras se señala a sí mismo con el dedo, sus ojos negros viajan alrededor de la mesa como si hay estuviera la respuesta a todas las preguntas.
—Bebé.—Llama Donghae tomándolo de la mano, no le gustaba el rumbo que tomaba la conversación. Sabía que si se desviaba aún más terminarían hablando de cosas incómodas, el manejo de la empresa de su padre no era tema de conversación para ese tipo de reuniones.
—¿Nos vamos a casar?—Hyukjae ladea la cabeza inocentemente, hay cierto brillo esperanzador en sus ojos pero también miedo.
Entonces Donghae se da cuenta, se acababan de mudar juntos, están en ese proceso. Hyukjae tiene diecinueve años, claro que quiere su espacio, su privacidad, aún no tiene la edad para compartir con su pareja, una cosa era una casa y otra la habitación y tu vida. Por supuesto que se sintió intimidado, además de que sabía que su padre lo quería en la empresa de la familia, en el cargo de director, bueno ahora había más presión y mencionaban una boda. No le sorprendía si se levantaba y salía corriendo, como pudo enojarse con precioso novio, aún era un adolescente. Su madre tenía razón, no podía abrumado tanto.
—Espero que algún día sea así cariño, pero ahora solo seremos tu y yo.—Le da un beso en el dorso de la mano que deja a Hyukjae algo atontado y con una sonrisa nerviosa. El rubio les dirige a todos una mirada de advertencia que dice hasta aquí, parecen captarla y eso espera. Debía de ser paciente con el moreno, ambos querían estar juntos pero iban a ritmos diferentes y el esperaría, todo una vida si era necesario.
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Hola, que tal. Espero les guste el capítulo. Espero que estén bien y cuídense. Les quiero, besos 💋 y abrazos 🤗
Lo mire en una página y me acordé de este fic. Encaja bien.
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