Epílogo

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Sora y Yoohyeon inflaban los globos de aire a puro pulmón, ambas tenias las mejillas rojas y parecían estar a punto de desmayarse. Hyukjae les pidió por no decir ordenó, amablemente que llenarán el puso del departamento que compartía con Donghae, era su aniversario número diez de novios y quería que fuera perfecto, por ello lo celebraría tres días antes. Donghae siempre le daba regalos y detalles hermosos, esforzándose al máximo y ahora el quería sorprenderlo.

—Estoy agotada —Se queja Sora al terminar de inflar el último globo, se deja caer en el sofá con un gemido de dolor, los brazos estirados y la soberanas colgando. Inmediatamente después, su acompañante también finaliza con la ardua tarea.

—Quisiera decir que no me pagan lo suficiente por esto, pero lo hacen —Yoohyeon se pone de pie, estirándose para que se le desentuman los músculos. Mira a su alrededor satisfecha, desde la cocina hasta las puertas del balcón, las escaleras y el pasillo en dirección a la habitación habia globos color blanco con confeti en el interior. Parecía que caminaban sobre nubes.

Hyukjae y Yoohyeon se pusieron de acuerdo para hacer que Donghae terminará durmiendo en un hotel por la agenda apretada y que no iba a alcanzar a llegar a su casa por ello mismo. Y de ahí se fue a su sesión esa mañana, en ese momento Hyukjae se dirigiría a recogerlo.

Cuando ellas llegaron solo faltaban los globos, la mesa tenía la vajilla puesta, un ramo de flores en medio, unas velas y pétalos de rosas. Del techo colgaban tiras de flores y había unas pequeñas velas esparcidas por el lugar, en una de las paredes estaban las letras que decían "Feliz aniversario" en la mesa de centro un sobre grande color blanco se recargaba contra el florero. En general era sencillo así que se imagino que habría algo mas, una sonrisa apareció en su rostro.

—¿Cómo crees que dejo la habitación?— Pregunta Yoohyeon pasando las manos por su cabello ahora castaño, Sora se incorpora de inmediato viéndola suspicasmente.

—No es correcto...—Murmura con seriedad, después se pone de pie repentinamente —Pero a mi no pagaron por los globos así que...—Se ven por unos segundos hasta que después las dos salen corriendo o lo intentan.

Avanzan lo más cuidadosamente posible entre los globos, llegaron a la puerta, tomaron el picaporte, un movimiento y se abrió. La cama estaba cubierta solo por sabanas y un sin fin de almohadas, olía a rosas y dulce, el piso estaba cubierto de pequeños papelitos blancos y había ropa doblada cuidadosamente en una esquina.

—¡Quiero ver!— Pide Yoohyeon pero Sora la toma de la oreja dándole un pequeño jalón.
—Me duele—Se queja con un puchero, se cruza de brazos y le saca la lengua. La mayor ríe, la toma de las mejillas y le da un beso en los labios.

—Eres una bebé ¡Vamonos!— La regaña Sora con una sonrisa. Saca los globos que se colaron en la habitación y vuelve a cerrar la puerta.

—Pero soy tu bebé— Dice ella alegremente poniendo los dedos en sus mejillas y sonriendo. Camina tras su prometida listas para irse del departamento y dejar a los tórtolos disfrutar.

—Voy por las bolsas— Le sonríe dándose la vuelta hacia la sala de estar, Yoohyeon toma sus llaves, va por el pasillo hacia la puerta de entrada, la abre y ve a su ex jefe hecho una furia.

—¡Hyukjae es un idiota!— El ahora castaño parece alma que lo lleva el diablo, tiene la mandíbula apretada, la mirada es filosa y desafiante y parece que va a matar a alguien.

Donghae intenta entrar al departamento pero la castaña se lo impide. Alza la mano y le da una bofetada, lo hace trastabillar hacia atrás completamente sorprendido. Mirándola como si la viera por primera vez, Yoohyeon siente el pánico y arrepentimiento en un instante pero debía hacer lo que fuera para que no entrara ahí.

—¡No hables así de...¿mi cuñado?— Dice no muy convencido de lo último, aún le parecía extraño que al chico que llamó "Señor Hyukjae" ahora sea su casi hermano en ley, era incómodo pero superable.

—¿Que..? ¿Pero? —Tartamudea confuso.

—¡Vamonos! La sor.. ¡Ahh! —Grito Sora cuando Yoohyeon le jalo el cabello para que no estropeara la sorpresa.

Justo en ese momento las puertas del elevador se abren y aparece Hyukjae. Lleva dos bolsas que parecen ser de comida, esta sudando, sus mejillas tienen manchas rosadas y parece que va a desmayarse. Cuando ve a Donghae corre apresuradamente.

—¡Amor..! —Llama el pelinegro, sonríe pero el gesto no le es devuelto.

—Te espere por dos horas en el edificio, comí en todas las cafeterías y conocía tres estudios más y jamás apareciste para recogerme. — Le avienta su bolso de cuero y se cuela entre las dos mujeres dentro del departamento, inmediatamente su novio grita "¡No!" Pero es ignorado. Yoohyeon va tras ellos pero Sora la toma del brazo para llevarla fuera.

—¡Quiero ver! —Pide la chicha pero la otra la toma de la mano para salir de ahí cerrando tras ellos.

—Me dijiste "Iré por ti mi amor" y no lo hiciste, ni siquiera me mandaste un mensaje sobre...—Donghae alza la mirada, tropieza con los globos y cae al suelo reventando unos cuantos en el proceso.

Hyukjae deja las bolsas donde puede y va en busca del más joven, lo toma del brazo ayudándolo a ponerse de pie. Los ojos castaños viajan por todo el departamento, ve las letras en la pared, las velas apagadas alrededor y las flores en la mesa, entonces siente ganas de llorar.

—Hae— Llama el menor con delicadeza, esperando a que su novio digiriendo todo —Quise celebrar antes para que fuera una sorpresa...

No termino de hablar porque su novio se lanzó a sus brazos, lo beso como si no hubiera un mañana a la vez que lloraba de felicidad.

—Eres un tonto, pero eres mi tonto —Sonríe Donghae con las mejillas encendidas y húmedas.

Se ve tan tierno que Hyukjae no puede esperar a la cena, y no quiere. Ve al hombre que lo ha hecho feliz por diez años, al joven que se sentó en su mesa hace diez años y a quin lo llevó a la playa y le compraba lo que quisiera, a quien le dio cada detalle lleno de amor. Se dejó caer de rodillas, listo para ser quien le diera algo a su niño bonito, saco la cajita de su bolsa y la abrió, mostrando el anillo en el interior. Era sencillo y elegante de oro blanco con un diamante, por primera vez el era quien daría diamantes y se sentía bien. Ahora entendía porque a Donghae le gustaba dar obsequios.

—Lee Donghae ¿Quieres ser mi esposo?— Pregunta con una sonrisa, los ojos húmedos y la felicidad desbordandose en su interior.

—Sí quiero —Solloza y sorbe, su rostro bañado de lágrimas y su sonrisa asomándose.

Hyukjae toma la mano de su novio, coloca el anillo con cuidado y se pone de pie. Inmediatamente el otro lo abraza dando saltitos. Ese momento se siente tan feliz, íntimo y perfecto que sentía que podía morir en ese momento de alegría.

—Hyukkie —Llama Donghae sin apartar su rostro del hombro ajeno.

—Sí, amor —Pregunta en un susurro, tratándose las lágrimas y una gran sonrisa que no puede borrar, acariciando los cabellos castaños.

—¿Qué haré con el anillo que te compré? —Pregunta con tanta inocencia que Hyukjae puede imaginar el puchero en sus labios.

El menor solo ríe, lo sabía. Por eso se adelanto, porque Donghae se lo pediría en su aniversario. Solo sonríe y le dice que ambos llevarán anillos. Se quedan ahí, en medio de su departamento, rodeados de globos, velas y flores, abrazándose llenos de amor. Dándose cuenta que no necesitan nada más que a ellos para ser felices y que, después de tantos años Hyukjae por fin le había ganado el juego a su niño bonito, sería la única vez pero lo había logrado. Donghae comenzó su relación pero el la sello en un hermoso para siempre.

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Gracias por leer y tener paciencia, espero les guste el final de esta historia. Les agradezco por darle una oportunidad.

Les quiero y cuídense, nos vemos
😘🥰❤

My boyfriend is a Pretty BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora