Capítulo 56: Sólo cuatro meses.

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Sólo cuatro meses

Bella.

Después de llevar a Anthony al preescolar regresé al penthouse, estaba algo preocupada por saber cual había sido la reacción de los empleados al ver a Edward pero no quería molestarlo pues quizá estaba ocupado.

Me dispuse a acomodar un poco la estantería, tenía algunos libros que ya estaban algo desgastados y que era necesario tirarlos, así que comencé a hacer un poco de limpieza mientras esperaba que las horas pasaran. Pero no duró mucho, pues comencé a marearme.

—Está bien, está bien— musité sentándome en el sofá, parecía que a esté bebé no le gustaba que estuviera mucho tiempo en movimiento.

Este embarazo estaba siendo un poco más complicado, solamente tenía algunas semanas y yo ya me sentía exhausta, no quería ni imaginarme cuando ya tuviera algunos meses.

.

Más tarde tuve que ir por Anthony al preescolar, parecía que Edward estaba teniendo un día algo ocupado y esperaba que todo estuviera bien, mi hijo —como comúnmente hacía— me contaba sobre su día mientras caminábamos por el pasillo del preescolar, varias mujeres que estaban ahí me miraron para después murmurar no se que cosas, ya podía imaginar sobre qué se trataba pero le resté importancia. Comenzaba a acostumbrarme a este tipo de situaciones, no era algo nuevo para mí, mucho menos con lo que acababa de suceder.

Cuando subimos al auto pude respirar un poco más tranquila, aún así odiaba tener los ojos sobre mí, nunca me había gustado ser el centro de atención pero mi vida ahora era así y de una u otra forma tenía que adaptarme, pues los reflectores la mayoría del tiempo estaban enfocados en nosotros.

Antes de llegar al penthouse compré una pizza, no me sentía con ánimos de cocinar el día de hoy, mi espalda dolía un poco y lo único que quería era dormir.

Comimos la pizza mientras veíamos una película en la televisión, deseosa esperaba la llegada de Edward. Quería saber cómo le había ido, aunque algo en mí me decía que todo estaba bien, lo cual quería creer.

Luego de comer, traté de ayudarle a Anthony con su tarea pero como de costumbre él se negaba, pues podía hacerla solo y no necesitaba de su madre, a pesar de todo me quedé ahí, simplemente observándolo. Me sentía tan orgullosa de mi pequeño, tenía por seguro que cuando él creciera sería un gran hombre.

No podía siquiera pensar en eso, pues me ponía tan sentimental más ahora con esta bomba de hormonas que me estaba provocando el embarazo. Sin siquiera darme cuenta de que hora era, la puerta principal cerrándose hizo que me sobresaltara en la silla, giré mi rostro hasta ésta, Edward caminó hacia nosotros, parecía tranquilo y eso me dio paz.

— ¿Cómo te fue? ¿Cómo reaccionaron?— salté rápidamente a cuestionarle, se acercó por completo hacia nosotros, dejando un pequeño beso en el tope de mi cabeza y alborotando el cabello de Anthony.

—Todo salió bien, los empleados me apoyaron, dijeron que estaban preocupados por mí, pensaban que ya no volvería. Me entendieron, eso me sorprendió demasiado, me imaginaba otro tipo de cosas— admitió escondiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, sonreí alegremente al escuchar aquello, eso me ponía muy feliz, era más que obvio que ellos lo entenderían, puesto que la mayoría de los empleados tenían también a su familia.

— ¡Te dije que todo saldría bien! No sabes cuanto me alegra, esto es un paso más— dije con emoción, sonrió acariciando mi cabello.

—Tenías razón, me preocupe demasiado... pero me alegra tanto que esto haya salido bien— musitó suspirando, sonreí nuevamente, tomando su mano.

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