Capítulo 21: Cambios repentinos.

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Cambios repentinos.

Bella.

Regresamos a Nueva York, a lo cotidiano, trabajo, juntas, eventos, ofertas y estar en la empresa la mayoría del día.

Londres había sido muy bueno para distraernos de todo, a pesar de lo que había sucedido con los Cullen, los demás días fueron muy buenos, Edward siempre trataba de hacer cada día especial.

Mi correo estaba lleno de nuevos mensajes, parecía que otro evento estaba por venir, era otra gala pero esta vez serían invitados de honor por la empresa de Laurent Gathegi.

Entré en la oficina cerrando la puerta a mis espaldas, él estaba concentrado en su computadora.

—Tienes una invitación a una gala— dije recargando mi cadera en el escritorio, sus ojos se enfocaron en mí.

— ¿De quién?— preguntó no muy emocionado, sabía que a él no le gustaban esas galas.

—Laurent Gathegi— me senté levantando mis cejas, era una persona sumamente importante en la industria del comercio, sería algo bueno que él asistiera— Estas en la lista de invitados de honor, Edward estás con los hombres más importantes de todo el mundo, Caius Bower, Demetri Bewley, entre otros.

—Sabes que no me gusta ir a esas galas— volvió su vista a la computadora, suspiré rodando mis ojos.

—Edward, es una oportunidad... convivir con esas personas sería bueno, pueden ayudarnos a hacer de la empresa algo mucho mejor, viendo las críticas y lo que la gente piensa de ellos es muy bueno.

— ¿Cuando es la gala?— parecía irritado, pero tenía que ir, no podía hacer eso.

—El sábado a las ocho— anuncié, restregó las manos en su rostro para después asentir, sonreí con aire de suficiencia.

Continué trabajando, tenía que empezar a buscar lo que usaría y confirmar su asistencia a la gala, parecía que sería algo muy importante.

.

Bajé de dos en dos los escalones, di un brinco terminando de bajarlos por completo.

—De acuerdo, sólo avísame cuando todo esté listo... es algo urgente— escuché la voz de Edward quien parecía hablar por teléfono, me acerqué a él con pasos sigilosos.

—Bien, hablamos luego Kim... gracias— colgó guardando su teléfono en el bolsillo de su pantalón.

— ¿Todo bien?— pregunté cruzándome de brazos, él asintió con la cabeza peinando un poco su cabello.

—Sí, sólo avisaba que mañana iría a buscar los trajes para la gala— respondió simplemente, sonreí un poco besando su mejilla.

—Deberías de buscar algún vestido— tomó mi mejilla entre su mano, acunando mi rostro, bufé.

—No...

—No puedes negar, me obligas a ir a una gala a la cual no quiero ir, así que como mi asistente personal... te ordeno que irás conmigo— sus cejas se levantaron, suspiré asintiendo, tenía razón, no podía negarme después de obligarlo y convencerlo a ir.

—Bien, lo que tú digas— me hice a un lado, sonrió yéndose de la sala, me tumbé en el sofá encendiendo la televisión. No me gustaba mucho ese tipo de eventos pues sentía que no era lo mío en lo absoluto, esos vestidos extravagantes, los peinados perfectos y el maquillaje para nada desapercibido, hacia que me doliera la cabeza.

Escuché como tocaban la puerta, sin embargo Alfred no abría, confundida me levanté del sofá, apagando la televisión.

Acomodando un poco mi cabello abrí la puerta, en la entrada estaba Tanya con cara de pocos amigos al verme.

Yours Donde viven las historias. Descúbrelo ahora