Capítulo 6: Asistente personal.

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Asistente personal

Los días habían transcurrido en la empresa, poco a poco me iba acostumbrando al carácter de Edward, aunque aún se me complicaba un poco adaptarme del todo.

Los demás trabajadores eran muy amables, lo cual hacía que me sintiera bien recibida.

Hoy era la prueba de los trajes para Edward, la gala estaba aproximándose, yo también debía de buscar mi vestido... el cual, no tenía ni la menor idea.

Toqué la puerta de su oficina.

—Adelante— respondió con su voz firme, él estaba firmando unos papeles. Cuando me acerqué, apartó su mirada de ellos.

—Sólo quería recordarle que hoy es su prueba para los trajes, la cita es a las cuatro— musité mirando el mail que me había enviado la compañía.

—Bien, ¿sabe de qué compañía es?— se recargó en el respaldo, quería hacerme dudar, pero estaba segura de la compañía de diseño que él siempre usaba.

—Claro que sí, señor Cullen. La marca de la compañía es Dior— sonreí con un poco de orgullo, parecía que una pequeña sonrisa había aparecido en sus labios pero rápidamente la quitó, volviendo a ponerse en su modo serio.

—Perfecto, entonces a las cuatro nos vamos— dijo volviendo a concentrarse en los papeles sobre su escritorio, asentí y salí de la oficina.

Tomé mi teléfono y llamé a la compañía para confirmar la asistencia de Edward.

Muchos de los encargados de la gala casi me rogaban por hablar con Edward, pero él se negaba a atenderlos, pues los vería ese día y ahí respondería todas las preguntas que ellos tuvieran, aún así, me llegaban cientos de mensajes a mi correo.

Las puertas del ascensor se abrieron, un joven alto, cabello rubio el cual llevaba en una coleta, se acercó a mí, era algo apuesto.

—Buenos días señorita Swan— extendió su mano, ¿como demonios sabía mi apellido?. Confundida estreché su mano.

—Buenos días...— levanté mis cejas, él se disculpó y rápidamente me dijo su nombre.

—James Dunne— una sonrisa se formó en su rostro, sonreí también en forma de cortesía.

Iba a preguntarle qué se le ofrecía cuando Edward se paró a su lado mirándolo fijamente, James apartó la mirada de mí y le extendió la mano la cual él estrechó.

—Edward, he tratado de contactarte— palmeó su espalda, me senté de nuevo en mi lugar algo incómoda.

—Sí, lo siento James. He estado muy ocupado, tenemos varias colaboraciones— respondió con el ceño levemente fruncido, traté de enfocarme en otras cosas pero su conversación me distraía un poco.

—Tú padre me pidió que hablara contigo acerca de la colaboración que podríamos hacer— musitó James, Edward asintió y entraron a su oficina. Mantuve mi mente ocupada hasta que la puerta volvió a abrirse, saliendo James de ella.

—Hasta luego, Swan— me guiñó un ojo, sonreí algo incómoda por su acción.

.

Dieron las cuatro, me asomé en la oficina de Edward, él hablaba por teléfono pero sus ojos se enfocaron en mí.

—Aguarda— respondió, poniendo en silencio la llamada.

—Señor Cullen, es hora de ir a que se pruebe los trajes— comenté pegando la carpeta a mi pecho, él asintió y se despidió de la persona con la que hablaba.

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