Capítulo 34: Necesito que regreses.

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Necesito que regreses.

Bella.

Edward no se despegaba de Anthony, y con más razón ya que hoy era su viaje a Italia, sería algo extraño no tenerlo por aquí... un año completo.

Seguía algo molesta con él, pero toleraba tenerlo aquí... y eso era suficiente, por ahora. Anthony parecía gustarle estar en los brazos de su padre, pues estaba tan tranquilo.

Nunca hubiera imaginado a Edward tan paternal y estaba sorprendida, ahora me daba cuenta que nunca terminas de conocer a una persona por completo.

Me senté frente a él observándolos, Anthony movía sus manitas y piecitos, era tan pequeñito en los brazos de Edward, mi bebé era hermoso. Sonreí un poco recargándome en el respaldo del sofá.

—No quiero irme— susurró Edward, acariciando con su dedo índice la mejilla de Anthony, no sabía que decir. Él tenía que hacerlo, debía de ir a Italia, lo entendía perfectamente.

—Oh— fue lo único que dije, su mirada se enfocó en mí frunciendo un poco su ceño, aquí venían las preguntas.

— ¿Por qué te comportas de esa forma conmigo?— preguntó manteniendo el ceño fruncido, suspiré cruzándome de brazos.

—No lo sé, ¿te lo has preguntado tú?— enarqué una ceja, me miró fijamente por unos segundos para después apartar la mirada y enfocarse en Anthony.

—Sí, y no entiendo cuál es la razón— respondió después, jugué con los dedos de mis manos, no quería molestarme... sabía que ya había pasado algo de tiempo pero aún seguía afectándome un poco lo que había pasado, respiré hondo antes de hablar.

—La razón es que tengo miedo— confesé bajando la mirada, listo, lo había dicho, con un ágil movimiento levantó su cabeza, observándome nuevamente.

— ¿Miedo? ¿Miedo a qué?— me cuestionó, cerré mis ojos apretándolos un poco, levanté mi mirada.

—Miedo a demasiadas cosas...— me seguía viendo fijamente, tragué saliva continuando— miedo a salir lastimada, miedo a recaer, miedo a sentirme sola de nuevo... miedo... miedo a perderte— musité, nuestros ojos se encontraron.

—Bella, no me perderás— negó rápidamente, bajé la mirada al piso nuevamente.

—No podemos estar seguros de eso, Edward— torcí mi boca, y era la verdad. Todo podía pasar, aunque no quisiéramos.

—Pues yo lo estoy, quiero que te sientas segura... que entiendas que nunca lo volviera hacer, y que nunca volvería a hacerte daño— se levantó del sofá aún con Anthony en brazos, se acercó a mí.

—Confió en ti— susurré, me miró por unos segundos.

—Quiero que realmente lo sientas, Bella. Pasé por algo similar hace tiempo, y conozco ese sentimiento— confesó, fruncí mi ceño, ¿Tanya había hecho algo así?.

— ¿Pasaste por algo similar?— le pregunté rápidamente, él suspiró mirando a Anthony, mantuve mi ceño fruncido.

—Sí, hace seis años— volvió a mirarme, me extendió a Anthony quien dormía tranquilamente, lo tomé acomodándolo en mis brazos.

— ¿Cómo... cómo fue?— nunca había escuchado esa historia, Edward se sentó en el sofá entrelazando sus dedos y recargando sus codos en las rodillas.

—Fue algo muy inesperado a decir verdad, yo... yo estaba completamente enamorado, como nunca antes, Maddison era la chica de mis ojos, parecía un adolescente con su primer amor, nos comprometimos y todo iba de maravilla... bueno... en mi mente, un día después de trabajar algunas horas extras, llegué a casa en busca de Maddison, ella comenzó a actuar algo extraño y me impedía entrar a nuestra habitación, sin importarme lo que ella dijera lo hice, en ese momento pensaba que era un error, se estaba acostando con mi mejor amigo— sus ojos mostraron un toque de tristeza, estaba perpleja, nunca había imaginado que Edward estuviera comprometido o alguna vez enamorando, me era difícil de creer... pero ahora me daba cuenta que mis pensamientos nunca fueron ciertos.

Yours Donde viven las historias. Descúbrelo ahora