Capítulo 13: ¿Jugar con sus sentimientos?

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¿Jugar con sus sentimientos?

Edward.

Desde que había decidido ser el nuevo rostro de Dior, Bella pasaba demasiado tiempo fuera de la empresa, lo cual no me gustaba demasiado.

Mi madre me llamaba a cada hora, pero yo no le respondía, no quería hablar con ella, no me parecía que fueran tan irrespetuosos solo porque Bella no fuera hija de un empresario reconocido a nivel mundial.

Continué trabajando, la puerta de mi oficina se abrió con una rapidez, levanté mi mirada confundido por aquella acción, Tanya se encontraba con el cabello despeinado y su rostro no mostraba nada bueno.

Detrás de ella venía John quien la tomó del brazo. Me levanté, deteniendo a John, quería saber que quería.

—Está bien, John. Déjala que hable— respondí, él la soltó pero no se fue, se quedó ahí por cualquier cosa que llegara a suceder.

— ¿Qué quieres?— me dirigí ahora a ella, acomodó su cabello y su ropa, acercándose a mí.

— ¿En donde está Isabella?— miró a todos lados, me crucé de brazos, ¿eso era lo que quería venir a hacer? ¿Un drama?.

—Isabella no está, está muy ocupada en otras cosas— continué con mis brazos cruzados, ella enarcó una ceja también cruzándose de brazos.

— ¿Muy ocupada?, ¿acostándose contigo es estar ocupada?— sus movimientos eran rápidos, su rostro reflejaba enojo, decepción y podría decir que moría por golpearme.

—Eso no te incumbe, Isabella es mi asistente, ella trabaja para mí, deja de meterte en cosas que no te afectan— tomé su muñeca con fuerza, ella trató de soltarse de mi agarre pero le fue imposible.

— ¿Que no es de mi incumbencia?— sonrió con diversión— Es de mi incumbencia, ¡¿que van a pensar los medios si se enteran que te acuestas con tu asistente personal?!, ¿qué hay de tu reputación? No es muy difícil darse cuenta que te acuestas con ella, ¿acaso piensas en lo malo que sería si se dan cuenta de eso? Estoy muerta, Edward. Solo piensas en ti, en tu bienestar... ¿que no recuerdas que somos una pareja?— acarició mi mejilla con lentitud, aparté su mano con rapidez, no la quería aquí.

—Lo que te importa es tu maldita reputación, que te quede claro que yo no fui quien te dijo que abrieras la boca y le dijeras a cientos de periodistas que salías conmigo, tú sola te metiste en esto— espeté molesto, me quería culpar a mí de algo que yo ni siquiera sabía, mucho menos que era mi "novia".

—Eres un maldito, Edward. ¿Cómo te atreves a decir eso? ¿Cómo te atreves a decir que yo sola me metí en esto? Creí que tú me querías— susurró con la voz entrecortada, bufé cansado de sus malditos dramas, odiaba ver a una mujer llorar.

— ¿Acaso alguna vez te lo dije? Nunca lo hice Tanya, tú comenzaste a crear historias en tu cabeza, estas loca. Tú sabías que era para un rato, nada más, tú tampoco me demostraste lo contrario— me abofeteó, sus ojos mostraban furia, y su rostro igual, no lo podía evitar.

— ¡¿Estas diciendo que era tu puta de un rato?! ¿Eso es lo que me estás tratando de decir?— gritó molesta, restregué las manos en mi rostro.

—Tómalo como quieras, Tanya. Me tienes cansado, no estoy para soportar tus dramas— apreté el puente de mi nariz.

— ¿Quien te crees, Edward? ¿Crees que por ser el empresario más reconocido puedes jugar con cualquier mujer que se te ponga enfrente?— me apuntó con su dedo índice, fruncí mi ceño.

—Yo nunca he jugado con ninguna mujer, a todos les he dejado muy en claro que solo quiero sexo y ellas no se han quejado, tú eres la única que pensó otra cosa, nunca te demostré lo contrario, siempre te dejé muy en claro que era solo sexo... nada más— musité, ella negó con sus ojos llenos de lágrimas, amaba hacer un drama, eso era lo suyo. Tanya tenía fama de hacer dramas en público y hacerse la víctima.

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