Capítulo 22: Desastre.

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Desastre.

Bella.

—Necesito que me acompañes a mi casa, hubo un imprevisto— me pidió Edward sosteniendo el teléfono en su oído. Salimos rápidamente de la empresa, no entendía que era lo que estaba pasando, pero parecía que tenía una llamada sumamente importante.

John nos abrió la puerta del auto al vernos, condujo rápidamente por las calles de Nueva York, el tráfico estaba horrible era la peor hora para salir.

Comenzaba a marearme la manera en la que conducía John el día de hoy, eso me daba a entender que sí era algo muy importante.

Edward no soltaba su teléfono por nada, estaba constantemente respondiendo llamadas.

Llegamos a su casa, él se dirigió a su despacho, lo seguí con pasos rápidos, ¿qué mierda estaba pasando? ¿Por qué tanta urgencia?.

—Hablamos luego— colgó la llamada dejando su teléfono en el escritorio, me crucé de brazos recargándome en el marco de la puerta.

— ¿Qué pasa?— pregunté algo confundida, comenzó a leer un papel.

—Mi padre firmó un contrato con Jacob Black, él vive en Forks y está apunto de llegar, hablaremos sobre algunos puntos importantes.

—De acuerdo, entonces estaré en la sala para atenderlo cuando llegue— musité dándome la vuelta, me encaminé a la sala.

—  ¿Durmió bien, señorita Swan?— preguntó Alfred acomodando algunos libros en la gran estantería de madera, negué tumbándome en el sofá.

—La verdad es que no, mi mente estuvo pensando toda la noche, Edward ayer se comportó algo extraño cuando la gala terminó y ahora está actuando como si nada— sus cambios de humor me estresaban demasiado, parecía que le gustaba evitar cualquier tipo de pregunta de mi parte.

— ¿Extraño? Edward se estresa fácilmente, ayer llegó a terminar de trabajar. Se enfoca de más en el trabajo— respondió tranquilamente, no entendía cómo despertaba sin dolor de cabeza.

—Puede ser, debería de ir de vacaciones... no sé, dejar de pensar en el trabajo, la empresa va de maravilla— restregué las manos en mi rostro.

—Traté de convencerlo, es muy difícil hablar sobre eso con él, no crea que no lo hemos tratado, señorita Swan— levantó sus cejas, suspiré.

— ¿Alfred en que habíamos quedado? Ya te dije que me hables de tú, me haces sentir vieja y solo tengo veinticuatro años.

Soltó una carcajada—Disculpa, la costumbre.

Tocaron el timbre, me levanté del sofá caminando hacia la puerta de madera oscura, acomodé mi ropa.

Abrí la puerta para encontrarme con un hombre de tez morena casi rojiza, sus ojos eran oscuros los cuales se enfocaron rápidamente en mí, James estaba a su lado.

—Buenas tardes, soy Bella Swan— lo saludé extendiendo mi mano, él la estrechó, sentí un apretón, wow tenía demasiada fuerza.

—Jacob Black— sonrió mostrando sus relucientes y perfectos dientes, me hice a un lado para que pasaran.

—Bella, hacia tiempo que no te veía— James me miró de pies a cabeza, me sentí incómoda pues su mirada demostraba otra cosa.

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