Capítulo 38: El mejor papá.

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El mejor papá.

Bella.

Almorzaríamos con los Cullen, ellos nos esperaban abajo en el pequeño comedor, estaba algo nerviosa pues conocerían a Anthony por primera vez.

Edward se asomó por la puerta, acomodé mi vestido y me giré viéndolo.

— ¿Estás lista?— preguntó caminando hacia mí, me di un último vistazo en el espejo, comprobando que no me hiciera falta nada. Rodeó mi cintura con sus brazos, suspiré viendo su reflejo en el espejo.

—Estoy algo nerviosa— admití acomodando un mechón de cabello detrás de mi oreja, él recargó su barbilla en mi hombro.

—Ellos amarán a Anthony, estoy seguro de eso— trató de tranquilizarme, me giré viéndolo a los ojos.

— ¿Y sí no es así?.

—Bella, ellos lo amarán, confía en mí— tomó mis mejillas entre sus manos, torcí mi boca haciéndolo a un lado.

—Bien, entonces hagámoslo antes de que me arrepienta— dije, soltó una carcajada saliendo de la habitación, Anthony estaba en el sofá conversando con Alfred, parecía que se habían llevado demasiado bien.

— ¡Mami! Alfred dijo que me llevaría a pescar con él— saltó del sofá emocionado, peiné un poco su cabello viéndolo con una sonrisa.

— ¿Ah sí?— pregunté, él asintió mirando a Alfred.

— ¿Verdad?— le cuestionó, Alfred asintió levantándose también del sofá.

—También le enseñé a Edward a pescar cuando tenía la edad de Anthony— miró a Edward, sonreí.

—Por favor, mami— hizo un pequeño puchero, rodé mis ojos asintiendo con la cabeza, era demasiado manipulador mi pequeño, pero no me podía negar.

—Está bien, pero ahora tendrás que conocer a tus abuelos— extendí mi mano hacia él, asintió tomándola.

—No te vayas, ¿okay?— con su dedito índice apuntó hacia Alfred, quien negó con una sonrisa, cada día me sorprendía más.

—No se irá, lo prometo— dijo Edward tomándolo de la mano, sonreí de nuevo, para ser tan pequeño comenzaba a ser demandante, era igual a su padre.

Bajamos por el ascensor hasta el segundo piso, en donde se encontraba el comedor, cuando las puertas se abrieron mi corazón comenzó a palpitar con fuerza, esperaba que no se atrevieran a hablar mal de mi hijo o hacer comentarios acerca, porque les saltaría encima.

Gracias al cielo no había demasiada gente en el pequeño comedor del hotel, caminamos hacia una mesa en donde ya estaban todos sentados. Miré a Anthony de reojo, pero él parecía muy tranquilo al igual que Edward, eran idénticos.

Tomé un bocado de aire cuando nos acercamos por completo, todas las miradas se enfocaron en mí al principio, para después enfocarse en Anthony.

Los ojos de Esme brillaron, y una gran sonrisa apareció en el rostro de Carlisle.

—Él es Anthony— musitó Edward viendo a nuestro pequeño quien también miraba a su padre.

Alice rápidamente se levantó de la silla, poniéndose en cuclillas frente a Anthony y sonriéndole ampliamente, mi pequeño me miró algo tímido, pero simplemente le sonreí.

—Hola Anthony, soy tu tía Alice— tomó sus manitas, una pequeña sonrisa apareció en el rostro de mi hijo, sólo esperaba que esto saliera bien.

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