Capítulo 47: En casa.

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"En casa"

Edward.

Guardé el teléfono en el bolsillo de mi pantalón cuando terminé la llamada, a pesar de estar lejos, me mantenía al tanto de la empresa, muchos de los empleados se contactaban conmigo para resolver algunas dudas.

Se asomó Bella, mirándome con una pequeña sonrisa la cual devolví.

— ¿Está todo bien?— preguntó entrando al salón, asentí pasando una mano por mi cabello.

—Sí, sólo cosas de la empresa— tomé su mano, entrelazando nuestros dedos— ¿En donde está Anthony?— pregunté después, con su mentón apuntó hacía afuera.

—Está encantado, Carlisle está con él— musitó Bella con un toque de alegría, sonreí besando su frente, al menos estábamos teniendo un momento agradable.

—Vamos— caminamos fuera del salón, saliendo de la casa, nada más poner un pie fuera, pude escuchar las carcajadas de mi hijo. Mi padre jugaba con él, mientras mi madre estaba sentada en el porche viéndolos con una sonrisa.

El día era soleado, nada comparado con la noche anterior, Bella se abrazó a mí, recostando su cabeza en mi pecho, acaricié su espalda con lentitud.

—Sigo sorprendida por el parecido que tiene Anthony contigo, Edward— la voz de mi madre hizo que nos separáramos y volteáramos a verla— También tiene rasgos tuyos, Bella... pero creo que esta vez ganó la genética de Edward— soltó una carcajada, sonreí viendo a Bella quien me dio un pequeño golpecito en el pecho.

—Quisiera decir lo contrario, pero es imposible no ver el parecido— se rindió dejando caer sus brazos a los costados, solté una carcajada atrayéndola a mí, abrazándola por la cintura y besando sus cabellos.

Recargó su espalda contra mi pecho, miramos la vista, todo repleto de verde, arboles por doquier, el sonido de las aves, el agua moviéndose en el lago, todo tan pacifico.

La risa de Anthony nos hacía sonreír, así era como quería ver siempre a mi hijo, sin tener que preocuparse por otras cosas que no fueran diversión y felicidad.

El viento hizo que los cabellos de Bella volaran por todas partes, el aroma a fresas inundó mis fosas nasales, amaba que usara ese shampoo, ese olor se había hecho parte de ella. Me separé de ella, entrelazando los dedos de las manos y caminando fuera del porche.

— ¿Adónde vamos?— preguntó con intriga al ver que poco a poco nos alejábamos de la casa, continué caminando hasta llegar al lago, en donde el viento se hizo más fuerte— Esto... esto es hermoso— dijo mirando todo con asombro, sonreí apreciando también la vista.

—Supuse que te gustaría ver esto— la miré de reojo, sus cafés ojos aún seguían observando todo y una pequeña sonrisa decoraba su rostro.

—Es muy bonito— su vista se enfocó en mí, solté una pequeña carcajada, nos sentamos en el césped, yo le contaba algunas anécdotas de mi niñez, y ella parecía demasiado interesada, a Bella le interesaba demasiado como era mi vida antes de conocerla y la entendía, no muchos sabían todo eso sobre mí.

—Ahora veo que también eras igual de inquieto que Anthony— soltó un pequeño suspiro, solté una carcajada— Me gusta estar aquí, estoy cansada de huir— dijo con un hilo de voz, me giré a verla. Su rostro estaba serio, mientras sus ojos veían un punto fijo cerca del lago.

—Lo sé, es desgastante estar moviéndonos constantemente... pero lo hago por su bien, ¿qué te gustaría hacer?— tomé su mano, sus ojos rápidamente me miraron con duda.

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