ੈ✩‧₊𝗡𝗜𝗚𝗛𝗧𝗦𝗧𝗔𝗥┃❛SOLO SE NECESITA UNA ESTRELLA PARA ILUMINAR EL CIELO.❜
Ser mitad terrícola y mitad alienígena no es nada fácil, solo vean a Mar'i Grayson. Su aventura contiene tragedias, luchas y desilusiones, pero t...
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Mar'i se encontraba sentada en el sofá del departamento, cambiando los canales de la televisión y agarrando con una cuchara el helado que estaba en el tazón blanco.
Eran las seis de la mañana, no había podido dormir muy bien, pero cuando despertó no encontró rastros de Damian, lo que la dejó aliviada, no quería que se desvelara por su culpa, él también tenía clases y no quería causarle problemas.
Su padre apareció, desalineado y soltando un bostezo. Se detuvo y miró a la chica, confundido de verla despierta tan temprano.
—Buenos días, pequeña princesa.
—Buenos días, papá —pronunció, metiéndose más helado a la boca.
Él se acercó y le dejó un beso en la cabeza, pasando de largo hasta rodear la isla que separaba la sala de la cocina.
—Te hará mal comer tanto helado, Mar'i.
Comenzó a prepararse su café.
—Es que quiero algo frío —se quejó ella.
Y fue cuando Dick se detuvo, dándose cuenta de algo.
—¿Cómo conseguiste helado?
—Ammh... —ella se quedó con la cuchara en la boca.
No podía decirle que Damian se lo había traído para bajar su temperatura corporal un poco.
Dick arqueó una ceja al ver que ella no respondió, y alguien terminó por llamar a la puerta, salvando a Mar'i, quién le regaló una sonrisa a su padre.
Este fue a abrir la puerta.
—Señor Grayson —saludó Milagro educadamente.
Él observó a las dos chicas que estaban frente a él, ¿qué demonios hacían en su casa tan temprano?
—¿Qué hay? —Lian tenía sus manos en los bolsillos de su chaqueta, le dirigió una sonrisa rápida y casi neutra al padre de su amiga.
Estaba tan desinteresada del mundo como lo estaba siempre, Milagro le dió un empujón con el hombro para que actuara más amable.
—¿Hola? ¿Qué...
—¿Podemos pasar? —lo interrumpió Milagro, y fue cuando notó que tenía una caja rosada pastel en sus manos y sobre ella un vaso con café.
—Milagro, son las seis de la mañana, ¿no sería mejor qué...
—Esto es para usted —Lian agarró el vaso de café y le extendió a Dick.
Rápidamente cambió de gesto y sus ojos brillaron al ver el café que le extendía la pelirroja.
—Pueden pasar. —agarró el vaso descartable y dejó que las chicas pasaran, cerrando la puerta detrás de ellas.