𝒔𝒆𝒗𝒆𝒏𝒕𝒆𝒆𝒏.⠀⠀a normal day for the titans

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CAPÍTULO DIECISIETE.
UN DÍA NORMAL PARA LOS TITANES.

UN DÍA NORMAL PARA LOS TITANES

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3 SEMANAS ANTES.

Eran las once de la noche y Mar'i aún seguía practicando con el jo. Intentaba llegar a perfeccionar sus giros, aún le costaba girar sin chocar contra el suelo. Se sentía frustrada, había pasado tanto tiempo entrenando y solo pudo lograr unos cuantos movimientos, odiaba no tener su agilidad, su súper fuerza o su velocidad.

—Mar'i —la llamó el Sensei, parado en el otro lado del dojo—, ven. Quiero mostrarte una cosa.

—Sensei Sasaki —caminó detrás de él, hasta llegar a una repisa dónde habían adornos y un retrato de una joven—. ¿Quién es?

—Sasaki Aiko —respondió él con una sonrisa—. Mí hija.

Mar'i observó el retrato, la chica usaba el uniforme del Clan de la Luz, realmente parecía feliz.

—Es hermosa, ¿dónde está ella?

—Aiko fue asesinada hace dos años —explicó él, borrando la sonrisa del rostro de Mar'i.

—Oh, yo...

—No te disculpes, tu no fuiste.

—¿Qué le sucedió?

—Fue una misión —respondió—. Aiko lideró el escuadrón, se habían infiltrado guerreros de otro clan. Mataron a todos los del escuadrón de Aiko, incluida a ella —se acercó a la repisa y abrió un pequeño cofre, sacando un collar con una placa de oro—. La palabra tallada en esta placa es "Honor". Le pertenecía a Aiko. Siempre lo llevaba con ella, lo sostuvo en su mano antes de su muerte. Tu, Mar'i —la volteó a mirar—, me recuerdas a ella. Aiko era determinada, orgullosa y muy, muy, terca —Mar'i sonrió, conteniendo una risa—. Dick me contó muchas cosas sobre ti. Y por eso quiero que tengas esto —le tendió el collar con la placa—. Cargalo con honor y orgullo como lo hacía mí hija.

Mar'i lo agarró entre sus manos.

—Prometo que lo cuidaré.

(...)

PRESENTE.

CON MAR'I.

Mary caminaba por los pasillos de la escuela. Su primer día como estudiante de cuarto año, realmente se sentía extraño, el viernes sería su cumpleaños número catorce y en lo único que podía pensar era en que sus poderes habían regresado. El frío se había ido, lo que agradeció demasiado, podía volver a flotar y volar, podía hacer lo de siempre otra vez.

Al entrar al salón de Ciencias, sus nuevos compañeros la recibieron. Bueno, no la recibieron, todos estaban en sus mundos, charlando, gritando, quejándose, en silencio, leyendo, escuchando música, mirando por la ventana o molestando a otros. Mary caminó, esquivando el pie de uno de sus compañeros que se había sentado mal, agarró con fuerza la tira de su mochila y siguió caminando hasta casi el final de la fila de pupitres. Se sentó en el ante último, dónde estaban tres alumnos ya sentados, saludó con una sonrisa, recibiendo solo un saludo de vuelta.

✓ NIGHTSTAR, damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora