𝒇𝒐𝒓𝒕𝒚-𝒆𝒊𝒈𝒉𝒕.⠀⠀i need you

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CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO.
TE NECESITO.

UNA SEMANA ANTES

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UNA SEMANA ANTES.

Lian estaba con su traje de Flecha Roja en Starling City, esperaba a Mar'i para entregarle unos papeles, mientras tanto practicaba lanzando flechas a unas latas de soda que había puesto sobre unos tachos tóxicos y sonreía orgullosa. Su rango iba mejorando. A estas alturas podía lanzar una flecha a una paloma que estuviera en la cornisa de un piso treinta.

—¡Oye! —la llamó alguien, era una voz que conocía demasiado bien.

La había escuchado gritar tantas veces en la cama que ya se sabía cada tono de su voz.

Volteó a ver a la castaña de piel trigueña y ojos negros, ella lucía tan sexy como siempre.

—¿Qué pasa, bebé? —saludó Lian, bajando el arco, sin soltarlo.

—¿Qué, qué pasa? —la castaña soltó una risa sin gracias y luego negó con su cabeza, antes de cruzarse los brazos—. No eres diferente a los demás después de todo, ¿no? Tu... —la miró de arriba a bajo, viendo el traje y no a ella,— ética de superhéroe sigue siendo lo primordial para ti.

Lian se puso seria.

—¿De qué hablas, Jessica?

—¡Tu le contaste a tu estúpido compañero sobre mís amigos! —le gritó, bajándose la capucha negra de golpe y mirando a Lian con enojo—. Creí que eras diferente a todos ellos, me dijiste que no te involucrarías en lo mío, que mí vida de villana no era de tu incumbencia. ¡Pero hoy llegó el puto de tu compañero y se llevó a Harriet y a Margo!

—Flecha Negra solo hizo lo que debía hacer, Jessica —la miró con desesperación—. Ellos mataron a un tipo, ¿qué esperabas qie iba a pasar? ¿qué los dejarían ir sin más? Tus amigos son de lo peor y...

—Pudrete —la de atuendo negro se le acercó y le soltó en cara—. Creí que podrías llegar a ser una de nosotros, pero no eres más que esto, Lian —la miró enojada—. Eres egoísta y mala persona, y me gustaba eso de ti, pero no cuando lo haces conmigo, eres tan fría y cruel, no sé cómo alguien podría llegar a amarte con tu actitud.

Lian era más alta que ella por centímetros pero por las botas era aún más, entonces la observaba desde arriba, sus ojos se habían cristalizado y miraban a Jessica con enojo.

—¿Y qué? Nunca le pedí a nadie que me ame.

Jessica soltó una risa sin gracia.

—Cuando te encontraré gritabas que me quedé a tu lado, porque no eres capaz de amarte Lian, ¿no? Piensas que te pareces demasiado a tu madre, y sé que me necesitas para seguir soportando esa carga contigo —hizo una pausa, mientras sus ojos brillaban ante las lágrimas que se le acumulaban—. Pero ya no seré tu soporte.

✓ NIGHTSTAR, damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora