✓ NIGHTSTAR, damian wayne

𝒕𝒉𝒊𝒓𝒕𝒚.⠀⠀a1

CAPÍTULO TREINTA.
A1.

Mary arrojó sus botas del traje dentro del bolso y luego arrojó esté dentro de su armario. Soltó un suspiro, su mente no dejaba de pensar en Damian, sus palabras habían salido con un tono que ella conocía a la perfección.

Se lanzó a la cama de espaldas, viendo el techo con melancolía. Se había emocionado pensando que el equipo volvería a tener a casi todos los antiguos Titanes, pero... Vaya desilusión.

A penas había podido dormir la noche anterior, no podía dejar de pensar en él. Volvió a levantarse, pero esta vez para salir de su habi y caminar hasta la cocina donde estaba su padre haciéndose un café.

—¿Qué tal la misión de la mañana, Starshine?

Él se sirvió el café en su taza.

—Bien —ella se sentó en la barra, apoyando su mentón en su mano y soltando un suspiro.

—¿Qué es esa cara? —se apoyó en la mesada, con su taza en mano.

—Papá.

—¿Mmm?

—¿A caso Dam...

Pero su pregunta fue interrumpida, ya que alguien llamó a la puerta. Dick se acercó a abrirla con su taza con café en su mano. Stella Rosso apareció del otro lado con una sonrisa y dos bolsas en manos.

Mary sonrió al verla, olvidándose de lo que iba a preguntar. Stella había comenzado a ser más cercana desde que ella se fue a Tamaran. Su padre le había dicho que Stella lo había comenzado a interrogar ya que había sacado a Mary tan repentinamente de la escuela, luego un día el padre de Stella estuvo en paligro y él quiso que alguien cuidara de Stella, entonces puso a Dick como su escolta, pero al final Stella terminó enterándose de que Dick es Nightwing y que Mary viene de otro planeta, incluido que es Nightstar. La rubia ayudó a Nightwing cuando él apareció muy malherido frente a ella, Stella cuidó de él y desde entonces, Stella ayudaba a Nightwing, Nightstar e incluso a Barbara Gordon con sus cosas.

Hablando de Babs, Mary puso una mueca al recordar también que ella había quedado lisiada y en silla de ruedas gracias al Joker, al final alguien llamado Jason se había ocupado de él. Mary no pudo creer que tantas cosas pasaron en un año que no estuvo en la Tierra.

—Hola, Mary —saludó alegre luego de entrar al apartamento, se acercó a abrazar a la adolescente.

Mary le devolvió el saludo gustosa.

—¿Ya almorzaron? —preguntó sonriente la rubia, acomodando sus gafas cómo pudo.

—No —negó Dick sin más, intentó darle un sorbo a su café pero se dio cuenta de la mirada que le daba Stella—. ¿Qué?

—No pienses en tomar ese café ahora.

—¿Por qué no?

—Porque si lo haces no tendrás el estómago vacío para comer la comida que prepararé —señaló ella con obviedad.