Capitulo 2

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- ¡Hola Manuel! - escuchó la voz de Marizza.

Dándome la vuelta, vi a la chica pelirroja agitando la mano hacia él.

Era muy atractiva con un vestido rojo que le llegaba hasta las rodillas, los rizos le salían de los hombros y los labios pintados con lápiz labial escarlata se estiraban en una sonrisa.

Marizza estaba en compañía de una mujer alta y esbelta, con una espesa mata de cabello  dorado, que también estaba vestida con un costoso vestido de noche, que describía efectivamente su hermosa figura femenina.

- Marizza, ¿dónde están tus modales?

Le susurró a la chica, lanzando una rápida mirada a Manuel.

En respuesta, Marizza simplemente puso los ojos en blanco con disgusto, haciendo una mueca.

Esto hizo sonreír a Manuel.

Y luego se les unieron Pablo y su padre, ambos con elegantes trajes negros y pajaritas al cuello.

Manuel no pudo evitar notar la mirada interesada de su nueva amiga pelirroja al pulido Ken e inmediatamente  adivino que la chica estaba enamorada de ese chico.

Es una lástima que no le prestó poca atención a Marizza.

Pero la estrella de la velada era Mia, que llegó a cenar acompañada de su padre y su tío.

La chica llevaba un vestido largo dorado que fluía suavemente y abrazaba su esbelta figura, y su cabello rizado caía descuidadamente sobre sus hombros en suaves rizos.

Manuel se quedó momentáneamente sin habla, mirando a la chica, y ella solo le lanzó una breve mirada, convirtiéndose de inmediato en el centro de atención de sus amigos.

La cena dio paso rápidamente a una fiesta de bebidas alcohólicas caras y baile.

Manuel trató de no sobresalir y siguió de cerca lo que sucedía, y especialmente los movimientos de los principales hombres del balneario "paraíso": los hermanos Colucci, el alcalde Bustamante, los empresarios, Spiritto y otros ricos influyentes.

- Oye, ¿te mantienes al margen para no bailar?

-Casi ...- se encogió de hombros.

Manuel volvió a ver a Marizza junto a él, sonriéndole con encanto.

-Te vendría bien un poco de relajación. - sonrió la chica.

Y luego rápidamente tomó dos copas de champán de la bandeja y le entregó una copa al chico.

- Te ves maravillosa. - dijo Manuel, tomando una de las copas en sus manos.

- Gracias. - ronroneó en respuesta, y luego se puso seria.

- Noté que estás observando todo demasiado de cerca. Estas espiando ¿Eres reportero?

- ¡No! Por supuesto que no.

Manuel respondió rápidamente.

Marizza siguió mirándolo con atención y exigencia.

- Es que me interesa todo aquí ... - se encogió de hombros.

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora