Capítulo 6

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BENJAMIN

Llego a casa antes de que salga el sol, a pesar de que la ciudad está cargada, el edificio donde tengo un apartamento está vacío en el vestíbulo, así como en el ascensor y el pasillo. 

Abro la puerta y dejo las llaves encima del pequeño armario al lado de la puerta, pateo mis zapatos en una esquina y coloco la maleta al lado del armario.

Más tarde, puedo deshacer todo y guardarlo. Ahora solo necesito mi cama. 

No me molesto en encender las luces, ya conozco el camino como la palma de mi mano, así que me arrastro por el pasillo hasta la puerta del dormitorio principal, solo para tropezar con un cuerpo iluminado por la luz de la luna. 
Las cortinas del dormitorio están abiertas, revelando una tenue luz de luna que besa el cabello castaño de Camila en mi almohada.

Pero que diablos…?

Miro a mi alrededor y veo dos maletas grandes cerca de las puertas del armario. Camino al baño, tratando de hacer el menor ruido posible. El tocador, una vez vacío, ahora está lleno de cremas, frascos y frascos. 

Donde fueron a parar mis cosas ! 

Miro en los cajones del gabinete debajo del tocador, pero solo encuentro más cosas femeninas.

Noto en la papelera que están los dos frascos de loción de afeitar, junto con el aparato desechable y el frasco de enjuague bucal. 

¡¿Qué diablos es esto ?!

Siento una oleada de ira, pero pronto es reemplazada por un bostezo. Estoy exhausto, no he dormido en tres noches y honestamente ella podría haber destruido mi baño, no haría nada ahora.

Quizás cuando salga el sol y ya no me sienta como una basura humana o un trapo, pueda discutir sobre esta invasión. 

Me lavo los dientes antes de irme a dormir, uso el enjuague bucal que encontré entre sus cosas y entro a la ducha. Casi me duermo de pie a pesar de que el agua me golpea la cabeza. 

Una vez vestido con mi ropa interior, me caigo en la cama y me desmayo. 

                          ********

La oscuridad de los sueños disminuye a medida que escucho voces, a medida que me acerco a la superficie, las voces se funden en una. Me vuelvo y entierro la cabeza en la almohada, tratando de ignorarlo, pero la voz insiste en llamarme. 

Siento unas manos en mi espalda, acariciandome. 

- Déjame dormir. - murmuro. 

-¡Dormiste todo el día!

La voz aguda de Camila, despierta una parte de mi cerebro, pero no es suficiente para despertarme por completo. 

-Vamos, levantate' hice la cena

- ¿Qué estás haciendo aquí? - abro los ojos, viendo su cabello suelto. 

-No es porque decidiste poner fin a todo lo que me hizo venir- dice con ironía y se retuerce con impaciencia.

-En mi defensa, estaba enojado. 

- Eres un idiota, sí - me dice- ¡¿Quién te crees que eres?! ¿Terminar por carta?

-Me haces hacer cosas impensables
 
Me siento en la cama, estiro los brazos y escucho crujir las articulaciones. 

-Deberías haberte sentado y hablado conmigo, no haber escrito una carta terminando todo. 

La miro con la misma intensidad con la que ella me mira. 

-No me has escuchado durante todos los meses que quería hablar sobre la boda, ¿por qué me habrías escuchado ahora?

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora