Un lugar perfecto
Un anciano vino a recibirlas y abrazó a la pequeña con cariño.
- Hola señor Luis, ¿puedo pasar un rato con mis amigas en la corriente? - le preguntó quien asintió cediendo el paso por ellos.
Tan pronto como llegaron al pequeño arroyo que estaba en el patio trasero de la casa, Camila se quitó los zapatos y se sentó en una roca, sumergiendo los pies.
- ¿Qué está pasando? - preguntó Luisana, cansada de ese misterio, sentada a su lado.
- El señor Luís es un viejo conocido. Vengo aquí cuando necesito pensar- respondió cerrando los ojos y disfrutando de la sensación del agua fría.
- ¿Tiene esto que ver con Benjamin? - esta vez fue Micaela quien preguntó quitándose las botas y sumergiendo los pies.
- Yo estoy perdida. ¿Qué tiene que ver Benjamin con todo esto?
- Es solo que no quiero hablar de eso, Lu. Por favor, no quiero hablar de nada relacionado conmigo- dijo derramando algunas lágrimas al ver a sus amigas asentir con una sonrisa triste.
- Bueno, hablemos del bebé.
- ¿De que bebé? - preguntó Camila enfrentando a su confusa cuñada.
- Este bebé. - respondió ella señalando su propio vientre mientras Micaela la abrazaba con fuerza.
- Voy a ser tía. Voy a ser la tía Mica- gritó emocionada, provocando la risa de ambos.
- Y me voy a casar- informó Camila con una gran sonrisa recibiendo un abrazo también- Es un hombre desagradable, pero es mi hombre desagradable y eso es todo lo que importa- afirmó con una mirada apasionada.
Pasaron las horas y conversaron animadamente, lo único que quería Camila era olvidar ese conflicto de sentimientos que pasaba en su corazón.
Y con la ayuda de sus amigas, lo logró, al menos durante unas horas.
Almorzaron con Luís y su esposa doña Helena, pero tuvieron que irse porque se acercaba la boda.
Micaela, como era la responsable de toda la organización, no podría haber dejado su trabajo repentinamente, pero lo hizo, y si no regresaba con su prometida, pronto correría el riesgo de ser despedida.
Salieron de la chacra y tardaron mucho en volver, el camino era largo, pero se volvió extremadamente corto para la futura esposa.
Cuanto más se acercaban al hotel de nuevo, más pesaba en su mente y corazón la decisión que estaba tomando.
Tan pronto como llegaron, fueron bombardeados con preguntas y reprimendas.
Camila fue llevada rápidamente a su habitación donde un equipo ya la estaba esperando.
Apenas tuvo tiempo de respirar y se movió como en el modo automático de su vida.
Estuvo de acuerdo con todo y les dejó hacer su trabajo. Pasaron las horas y cuando se dio cuenta se quedó mirando su imagen en el espejo sin reconocerse. Pasó la mano delicadamente por la tela blanca, asimilando cada detalle. El maquillaje que tanto le gustaba hacer Sofia, su madrina, el peinado que le recordaba que era la elección de su madre, la tiara pequeña también.
Parecía una princesa. Una princesa de papel una marioneta en su momento de gloria. Allí estaba, la encarnación de los sueños de su madre.
- Estás linda- dijo una voz haciéndola volverse de cara a Andrea quien la miraba con una sonrisa emocional- Me alegro de que hayas tomado la decisión correcta- habló acercándose y dándole un beso en la mejilla. Camila guardó silencio, lo que hizo que toda la situación fuera aún más incómoda- Ya la hora- le advirtió tirándola de la mano y guiándola hacia el ascensor. Una vez que llegaron al vestíbulo se encontraron con pocas personas.
Felipe y Luisana corrieron a abrazarla.
- Van a arrugar su vestido- se quejó Andrea, frunciendo el ceño mientras su nuera ponía los ojos en blanco, lo que hizo que Camila dejara escapar una sonrisa en voz baja.
- Estas perfecta hermanita- dijo Felipe dándole un beso en la frente- Siempre estaré a tu lado- le susurró al oído mientras ella lo miraba confundida al ver que Luisana le enviaba un guiño. Ella asintió con la cabeza y salió del hotel subiéndose a la limusina que la esperaba.
Pero antes de entrar, Micaela se acercó corriendo y le entregó su ramo- No hay ramo sin boda- dijo sonriendo con tristeza- Buena suerte.
- No necesitará suerte, tiene a Carlos - dijo Andrea presionando a su hija para que entrara pronto.
Soltó un bufido y se sentó mirando las rosas rojas que tenía en la mano, eran hermosas, pero prefería las amarillas o las flores silvestres que su madre había vetado incondicionalmente.
Pero luego se dio cuenta, el pequeño trozo de papel escondido entre las flores. Lo tomó sutilmente sin que su madre se diera cuenta. Andrea estaba concentrada en la vista desde la ventana que ni siquiera notó cuando su hija leyó la notita y sus ojos se iluminaron.
Era la certeza que necesitaba, solo esas tres palabras para confirmar lo que ella sentía también, lo que siempre sintió.
Sabía que si tomaba esa decisión, comenzaría una gran pelea en su familia, pero ya no podría estar a la altura de los demás.
Él siempre la había animado a ser ella misma y ahora lo estaba haciendo de nuevo.
"Te amo.
B."Tres palabras, un sentimiento inicial e infinito.
Ha llegado el momento de que Camila Bordonaba tome sus propias decisiones.
Continuará....
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PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILA
ContoHistorias cortas de Pablizza y Benjamila Son historias de pocos capítulos las publicaré en esta sección No habrá maratones ya que son historias que no tienen muchos capítulos y serán actualizadas diariamente Pueden haber también historias que incl...