PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILA

Capitulo 3

Tomo mi móvil y le escribo a Pablo.

Mari: "En dos semanas es la inseminación ̈

Le escribo feliz. Hace unos momentos me programaron la cita y no puedo dejar de sonreír.

Pablo: "Me alegra pequeña, iré en unas horas "

Responde más rápido de lo que pensaba.

Mari: ¨Ok¨

Dejo mi celular sobre la mesa de noche y empiezo a buscar en mi portátil todo sobre el tema del embarazo.

Estoy ansiosa y no veo la hora de tener a mi bebé a mi lado.

Pablo llega tres horas después, al llegar a la cocina me sorprendo verlo con varias bolsas.

De inmediato me acerco y empiezo a husmear para ver qué había traído.

En unas tenia lo que son todo tipo de comida chatarra, niego mirándolo y sigo buscando. En otra hay dulces y aceitunas, cerezas y en otra botellas de licor.

-¿Qué?- pregunta irritado y yo lo miro levantando una ceja.

-¿Qué sucede?- cruzo mis brazos, desde que llego su comportamiento es diferente y lo conozco muy bien para saber que algo le sucede.

-Terminé con Paula- dice y me tomo un momento para reaccionar.

-¿En serio?- asiente y mira el reloj de su muñeca.

-Solo tienes dos minutos- dice contabilizando el tiempo y yo me levanto y empiezo a gritar, aplaudir y a bailar como si celebrara- Termino el tiempo- dice mi amigo y hago puchero, y lágrimas falsas dejando de celebrar.

-¿Cómo te sientes?- pregunto sentándome a su lado y observo que empieza a sacar las botellas de licor y las organiza, hace lo mismo con las demás cosas

-Bien. Supongo- encoge sus hombros y entra a la cocina y lo observo desde el mesón.

-Puedes dejar de hacer eso- digo irritada, Pablo tiene una horrible obsesión por la limpieza y el control, ahora lo tengo lavando los platos sucios que deje del almuerzo.

-¿Y tú puedes dejar de ser tan desordenada?- dice mirando sobre su hombro.

-Pabli- lo llamo y él se da la vuelta- ¿Parece como que me importará?- rueda los ojos y empieza a limpiar la cocina y yo le muestro el dedo del medio antes de salir e ir hasta la sala.

Mi amigo termina de organizar y se acerca con dos copas y una botella de vino.

-Señorita- sirve la copa y me la entrega y se sirve una para él.

-Vamos a celebrar tu libertad- le digo chocando la copa con la suya.

-Y a aprovechar que pronto no podrás beber- ruedo los ojos y sonrío con solo imaginarme embarazada- Vaya, sí que estás emocionada- dice y lo miro

Pablo me conoce y sabe que mis ojos brillan cuando algo me emociona demasiado. Sería tonto negarlo.

-Así es- digo y él empieza a buscar canciones en su celular para poner en el equipo de sonido.

Pablo y yo empezamos a reír por las anécdotas, la verdad es que siempre teníamos tema de conversación y cuando no teníamos, solo hablábamos del pasado.

Con la segunda botella decidimos empezar hacer estúpidos juegos, siempre era lo mismo.

Le sugerí hacer bailes, de eso que sale en TikTok, pasos iguales en pareja y lo único que hacíamos era reír por lo ridículos que nos veíamos.

Después mi amigo sugirió jugar Twister, pero este juego se activaba el tablero con la voz y era para que dos personas pudieran jugar sin estar moviendo la flecha y ella nos decía que hacer, un momento a otro el movimiento era cada vez más difícil e incómodo y sin poder sostenerme más terminamos rodando a un lado de la alfombra.

Todo pasó muy rápido, estábamos muy borrachos, el trago se nos había subido a la cabeza y no dejabamos de reír.

En un momento yo estaba encima del cuerpo de Pablo, de un momento a otro quedamos en silencio y nos miramos y al otro ya nos estábamos besando.

No sé quién empezó todo ni cómo terminamos en mi habitación desnudos, yo no podía coordinar mi cerebro, solo me dejaba llevar por sus grandes manos y sus caricias.

Pablo me hizo sentir como ningún otro hombre lo hubiera hecho en mi vida, tuvimos sexo desenfrenado, como si fuera un lobo hambriento devorando a su víctima.

Sinceramente jamás imaginé que mi amigo había mejorado tanto y sobre todo que su miembro había crecido de una forma que solo me hizo gritar y gozar como nunca.

Continuará.....