Capitulo 14

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Enjugando la lágrima que le resbalaba traicioneramente por la mejilla, Mia salió a la calle, donde fue inmediatamente envuelta por el viento frío y húmedo y los fuertes truenos.

Parecía que los elementos decidieron acabar con la existencia de su "hogar" y esto es un presagio de colapso.

Pero incluso aquí, en el aire, podía respirar profundamente y dejar de pensar en lo que estaba sucediendo incluso por un segundo.

Y entonces vio a Pablo salir de la casa de Guido, seguido por Tomas.

Quería llamar a los chicos primero, pero cambió de opinión cuando vio al dueño de la casa y se dio cuenta de que algo malo había sucedido nuevamente.

E ignorando la lluvia, corrió escaleras abajo hacia Guido.

- ¡Oye Guido, ábreme la puerta!puerta- dijo en voz alta, tamborileando con las palmas de las manos en la puerta.

- Mia, ahora no es el momento… - respondió, apenas abriendo la puerta.

- ¿Qué pasó? ¿Has peleado con los chicos? - dijo con horror, al ver una ceja partida y sangre cerca de la nariz, que inmediatamente se secó con una toalla.

- No ... - respondió Guido, pero la chica no quiso escucharlo.

Empujando ligeramente la puerta, Mia pudo entrar a la casa, entró en la habitación como si fuera de ella y, al encontrar un botiquín de primeros auxilios, se sentó en el borde de la cama.

- ¡Ven aquí!- ella ordenó suavemente. Guido solo obedeció. - ¿Me dirás qué pasó o no?

- ¿Para que tú también me odies? - la contrapregunta de Guido la tomó por sorpresa.

Mia se tomó su tiempo para responder y decidió curar sus heridas primero.

Mojando una pequeña bola de algodón en alcohol, desinfectó las heridas de las cejas.

-Te pegaré un pequeño trozo de gasa para que no fluya más sangre- dijo ella en forma de advertencia. Guido asintió con la cabeza. - Todo, ahora todo pasará.

- Gracias.

- Guido, ¿qué pasó?

- Si lo digo, entonces ya no serás tan amable conmigo.

- ¡Tonterías! - la chica estaba indignada- Simplemente no haces eso, porque no confías en mí. ¿No parezco alguien en quien no deberías confiar?

- Por supuesto que no. Te decepcionaré ...

- ¡Guido! Eres mi amigo de la infancia, no puedes decepcionarme. Además, ya sé mucho sobre ti- ella sonrió. - ¿Y si te puedo ayudar?

- Hice algo malo, Mia ...

- ¿Mataste a alguien? ¿O estaba intentando hacerlo?- preguntó la chica con cautela.

- ¡No, no podría hacer eso nunca en mi vida!

- Entonces no puedes decir que eres una mala persona.

- Traicioné a mis amigos ... Traicioné a Pablo ...

- ¿Qué hiciste?- le preguntó, pero no había absolutamente ningún desprecio en su voz.

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora