El trueno retumbó espantosamente de nuevo.
Marizza, con los ojos muy abiertos, miró a Sonia, que estaba en la puerta y miró con enojo a su hija. - ¡Me asustaste!
- Te pregunté, ¿qué haces aquí? ¡Fuera rápido de aquí! Si tu padre te hubiera visto, ¡te habría matado en el acto!
Sonia literalmente agarró a su hija de la mano y la llevó fuera de la habitación, cerrando rápidamente la puerta con una llave.
- ¡Oye, duele! - Marizza estaba indignada, pero no de dolor, sino de rabia.
- ¡Ve a tu habitación antes de que venga tu padre!
- ¡Mamá!
- Mi ciela, lo siento, pero solo quiero mantenerte a salvo.
- ¿De qué? ¿Papá está involucrado en algo? ¿Sabes algo?
- No se nada.
- ¡Tu lo sabes!
- ¡Marizza!
- ¡Dime ya lo que sabes! - Sonia continuó mirando enojada a su hija. -Sé que Lucas estuvo involucrado en el tráfico de drogas. ¿Mi papá también? - Sonya miró enojada a su hija. - ¿Y Franco? ¿Bustamante también tiene algo que ver con esto?
- ¿No puedes gritar más? ¡Tu padre vendrá ahora, nos matará!
- ¡Mamá!- ambas entraron en la habitación de Marizza.
Y solo después de cerrar la puerta detrás de ella, Sonia se calmó y se sentó en la cama de su hija, aunque continuó temblando por el trueno atronador.
Marizza no pudo encontrar un lugar para ella.
- Mamá, ¿me hablarás o no? - pero la mujer no tenía prisa. - Tengo un amigo, es policía. Mamá ...
- No es asunto nuestro, mi ciela. No necesitamos interferir.
- Suenas como papá. - remarcó la chica con resentimiento.
- Porque eres tan terca mi cielo. Prométeme que te detendrás- Marizza frunció el ceño en desconfianza, sin obtener nada de su madre.
**********
Pablo y Tomas registraron casi toda la isla en busca de Guido, solo quedaba revisar su casa nuevamente.
Al notar la luz en la ventana, Pablo, apretando los puños con fuerza, comenzó a llamar a la puerta.
Pero no tenían prisa por abrirlos. - ¡Abreme Café!- Pablo ordenó en voz alta.
- Tranquilo, cálmate- le dijo Tomas. - Primero debemos hablar ...
- ¡Ábreme, Guido!
- ¿Qué pasa? - respondió el chico sorprendido, abriendo la puerta a sus amigos.
Llevaba una bata, su cabello estaba mojado y unas gotas caían de las puntas rizadas sobre sus hombros.
Pablo lo empujó en el pecho y entró.
- ¿Que está sucediendo?- Guido preguntó perplejo, mirando primero a Tomas, luego a Pablo.
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PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILA
Historia CortaHistorias cortas de Pablizza y Benjamila Son historias de pocos capítulos las publicaré en esta sección No habrá maratones ya que son historias que no tienen muchos capítulos y serán actualizadas diariamente Pueden haber también historias que incl...