Capitulo 7 (+18)

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BENJAMIN




Cuando conocí a Camila, no pensé que pudiera ser tan profundo como me siento hoy.

Ella era la hermosa mujer sentada en la cafetería en la que trabajaba. Su cabello era más largo, con los tonos de castaño más presentes en los mechones, recuerdo haber visto más de cerca las discretas costras de su rostro y la forma en que sus ojos son expresivos. 

Llevaba un abrigo negro que cubría casi todo cuando estaba de pie, pero por dentro, solo jeans azul claro, una blusa de punto negra y elegantes lentes de sol.

La admiré mientras atendía al resto de los clientes de la cafetería, ella solo charlaba con Felipe, tan simple, tranquila y hermosa.

No fue amor a primera vista, definitivamente no.

Pero algo me llamó la atención que ni siquiera sabría explicar, aunque lo intentara. Era como todo lo que la miraba decía: correcto.

Todo en ella se siente bien cuando la miro, incluso los círculos oscuros debajo de sus ojos cuando duerme menos de lo habitual, o su cabello desordenado cuando se despierta. Incluso la piel enrojecida de las tardes soleadas en la propiedad de sus padres. Todo en ella suena absolutamente correcto y real. Ella es mi punto de equilibrio, me tranquiliza en la medida en que no me permite acomodarme. Ella siempre está buscando algo, siempre con una nueva meta, un nuevo deseo y me anima a seguirla. 

Honestamente, iría a cualquier parte con ella. Es un sentido de pertenencia y confianza que me metería en problemas si se pusiera a prueba, porque definitivamente enfrentaría cualquier cosa y todo. .

-¿Por qué me miras así? - es lo primero que pregunta cuando abre los ojos lentamente en la cama. 

Después de arreglar las cosas para la noche, terminamos hablando hasta que nos quedamos dormidos ... Quiero decir, también hicimos otras cosas realmente buenas ... ¡El sexo es realmente bueno! pero no pude dormir mucho. No cuando tenía tanto en qué pensar, tener su cuerpo junto al mío alivió mi angustia, pero aun así me quitó el sueño.

Paso mis dedos por su cabello, pasando mi pulgar por su rostro. 

-Me gusta mirarte.

-Parece que tu cabeza está demasiado llena desde muy temprano - deja que sus dedos tracen el contorno de la cruz tatuada en el centro de mi pecho. 

- Estaba pensando en lo extraño que es amar - Juego con las puntas de su cabello, sobre sus hombros bronceados. 

Ella sonríe y pasa sus dedos hacia el águila en mi abdomen. 

-Espero que sea bueno, porque si inventas que vas a cancelar esta boda de nuevo, te voy a dar una paliza- me río- ¡Hablo en serio, bebé! - pellizca mi vientre. 

- ¡Oye! - aúllo de dolor y aprieto sus manos- ¡Deberías mimarme y no lastimarme, bruja!

Esboza una sonrisa diabólica y muerde mi brazo, haciéndome soltar sus manos más por el miedo que por la presión de sus dientes, haciéndola reír. 

-¡No trates de pelear conmigo, Benja! - pide con autoridad. 

-¡Me acabas de morder!- estoy tratando de contener mi sonrisa. - ¿Que diablos es eso? ¿Mi prometida es un perro?

-¡Eres un idiota!- me tíra una almohada a la cara- ¿Cómo puedes decir que me amas y luego compararme con un perro? ¡Soy yo ahora quien debería cancelar esta boda! 

Me río mientras ella trepa por encima de mí con nada más que piel bronceada.

Dios es testigo de que trato de ser un niño obediente, que trato de ser devoto, pero es difícil cuando eres un hombre con una típica erección matutina y una novia ardiente encima de tí.

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora