Capitulo 8

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No hay peor dolor que ver el amor de tu vida casarse con otra. 

Pablo se mantiene en mi departamento vigilando que no huya. Lo peor es que ni siquiera me habla, solo se dedica a hablar por teléfono y estar con nuestro hijo.

Una mujer vino a tomar mis medidas, aunque había bajado un poco mi estómago, aunque tenía una pequeña barriga. La mujer que ni siquiera me interesó saber su nombre tomó mis medidas y hablaba en secreto con Pablo que solo me miraba con molestia, luego se fue, fuimos juntos a registrar al pequeño Benjamin con el apellido de su padre, no pude negarme aunque quisiera.

En este momento temía de Pablo.

Al llegar a casa me encerré a llorar en el baño, tenía rabia pero especialmente me dolía su actitud y más en saber que mañana lo iba a perder.

Muchas veces Pablo y yo hablamos sobre cómo sería nuestra boda.

Claro que nos imaginábamos con otras parejas, él me describía lo que quería y yo le describía la mía.

Siempre decíamos que el se casara primero el otro sería quien lo entregase.

La verdad es que siempre pensé que yo sería la primera en casarme y Pablo decía que él me entregaría al altar.

Bromeábamos de que el soltero debía emborracharse y arruinar la fiesta. Suspiro y de nuevo siento ese nudo en mi pecho.

Pablo conoció a Paula en la empresa que trabajaba antes, ella es la hija mimada del que era su jefe.

De inmediato ella hizo de todo por llamar su atención y al poco tiempo empezaron a salir.

Ella y yo tuvimos varios encuentros, uno que otro se salió de control y terminamos agarrandonos de los pelo, pero siempre era yo la que le terminaba dando una paliza.

Ella siempre fue posesiva con Pablo, quería que él hiciera todo lo que ella quería. Muchas veces él lo hizo, pero ella jamás logró hacer que nuestra amistad se desintegrara. 

Una vez estaba en un restaurante y la mesera le sonrió a Pablo, de inmediato Paula le hizo un escándalo a la pobre mesera que terminó siendo echada de su trabajo. Al otro día Pablo la buscó y le encontró un mejor trabajo en una oficina.

Mi amigo siempre ha tenido un gran corazón, sé que él jamás me quitaría a mi hijo pero sé que me haría mi vida a cuadros si no aceptaba ir a esa estúpida boda.

Me siento nerviosa, ha llegado el día de la boda de mi mejor amigo.

Quiero huir, quiero salir corriendo pero no puedo hacerlo.

Pablo me recoge temprano en la mañana, se ha cortado el cabello y ha quitado su barba. Luce más atractivo.

Llegamos a casa de sus padres, observo varias personas ir y venir de un lado a otro. Al parecer la boda es en el jardín.

-Vamos- Pablo saca la silla de bebé y camina hacia la casa. 

Me quedo un momento observando la casa de los padres de Pablo, es bien grande y su jardín es hermoso, siempre quise celebrar mi boda acá.

Suspiro sintiéndome cada vez más pequeña

No he visto a Mora ni a Sergio desde que salieron de mi casa. Sé que están molestos conmigo y me duele porque ellos son los más cercanos a unos padres.

De nuevo esa nostalgia se instala en mi corazón, he aprendido a vivir sin mis padres, los perdí hace mucho y me duele aún su ausencia. 

Entro a la casa y sigo caminando hasta salir al jardín y ver la decoración.

-¿Pero que?- me detengo al ver todo perfectamente decorado como la boda de mis sueños.

-¿Te gusta?- Pablo llega a mi lado y yo lo miro con rabia.

-¡Como pudiste robarme mi boda!- empiezo a golpear su pecho mientras mis lágrimas se deslizan por mis mejillas.

-Es tu castigo- dice tomando mis muñecas apartándolas- Ahora sube que ya están esperando para arreglarte- niego

- No- me suelto -No pienso participar 
¿sabes que? Vete a la mierda- me doy la vuelta dispuesta a ir por mi hijo e irme sin mirar atrás.

-Ni se te ocurra- Pablo camina detrás mío y busco a mi hijo.

-¿Dónde está mi hijo?

-Queras decir nuestro- Pablo llega a mi lado y me toma como saco de papas y sube las escaleras.

-¡Suéltame!- empiezo a golpear su espalda -¡No me hagas esto!- Pablo me deja en su alcoba, abre la puerta y dos mujeres me sonríe.

-Tendré a mi hijo a mi lado y evitaré que escapes- señala a las mujeres- Por tu bien arréglate que en una hora es la boda- me toma del brazo haciendo que entre y cierra la puerta dejándome con las dos mujeres que me sonríen en forma de disculpa.

Les pido un momento y entro al baño, lloro y grito lo que más puedo y luego me lavo el rostro.

Salgo fingiendo estar tranquila y me siento en la banquilla que han puesto las mujeres, de inmediato una se encarga de mi cabello y otra de mi rostro.

-Debemos aplicar buen maquillaje para borrar esas ojeras- dice y yo guardo silencio, solo cierro los ojos esperando que pase rápido este maldito día.

Las mujeres terminan de arreglarme y me sorprendo al verme en el espejo.

Parecia más una novia que una dama de honor. 

-Gracias- ellas asienten sonriendo y salen de la habitación. 

Me quedo observando, me siento hipnotizada.

Realmente me dejaron hermosa con un suave maquillaje y el cabello recogido hacia un lado.

Unos toques en la puerta me hacen despertar y me levanto para abrir. 

-Esto es para usted- un hombre me deja lo que parece ser el vestido que está medido en un forro enorme.

-Gracias

-Antes de ver el vestido me pidieron el favor que leyera esto- el hombre me pasa un sobre y le agradezco de nuevo cerrando la puerta. 





Continuará.......





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Espero que les haya gustado el capitulo. Mañana (sabado) es el capitulo final no se lo pierdan, quizás lloren un poco jaja

Bueno sin más me despido

Besos

Nos estamos leyendo

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora