Capitulo 1

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5 años antes

Sonreí mientras veía a mi prometido
conducir por la autopista.

Él agarró mi mano izquierda, la cual estaba descansando sobre mi regazo, para llevarla a sus labios y besar el dorso de la misma. Ambos reímos, pues
yo amaba cuando hacia este tipo de
gestos románticos que me demostraba lo mucho que me amaba.

Estábamos emocionados y eufóricos por la noticia que recibimos en nuestra visita con la ginecóloga.

Pasé mi mano libre sobre mi vientre plano y conté los dias para que pudiera ser visible todos. Apretó mi mano pidiendo mi atención y giré mi cabeza hacia él.

-¿Cómo te sientes, amor?

-Feliz, emocionada, nerviosa -dije
con una gran sonrisa en mis labios.

-¿Le daremos la noticia a mis padres?- preguntó esperanzado.

No habíamos hablado de contarles a nuestros familiares y amigos de que seríamos padres, pues apenas Ilevaba unas semanas de gestación y no creía que era bueno estar diciendo a todo el mundo de que estaba embarazada.

Deseaba anunciarles la nueva buena noticia después de pasar el primer trimestre, el que se consideraba muy crucial en esta nueva etapa de mi vida.

-Creo que sí- murmuré, mordiéndome el labio inferior con nervios, ya que no queria romper su burbuja de felicidad.

-Marizza -reprendió. 《A veces, me olvidaba lo bien que me conocía》, pensé.

-Creo que es muy pronto para decirles- desvié la mirada para que no viera mi inseguridad en ellos-  ¿Podemos esperar que pase el primer trimestre?- pregunté, pues así me alistaba para la
negativa que sus progenitores darían.

-Está bien - suspiró, resignado- Ellos entenderán porque no les contamos desde el principio.

Asentí dudosa de que eso sucediera, pues los padres de Simón no eran fans de mi persona y cada vez que podían me lo dejaban muy en claro.

Siempre se opusieron a nuestra relación, ya que yo no encajaba en su snob y rica familia.

Ni ahora que levaba el anillo de su hijo en mi dedo anular, no aceptan la idea de que Simon se casara con un don nadie como yo.

Resoplé y puse mis ojos en blanco al recordarlos, pues siempre todo terminaba en discusiones y gritos.

Apoyé mi codo en el borde de la
ventana para mirar al frente. Amaba
a Simon con cada fibra de mi ser; nos conocimos en la universidad a la que asistíamos y compartimos algunas clases juntos antes de ser empujados a compañeros de estudio.

Cuando lo vi por primera vez, mi corazón empezó a latir como loco y sentí las típicas mariposas en el estómago, al igual que una conexión invisible que atraía mi cuerpo al de él.

Al poco tiempo estábanmos saliendo
oficialmente, pues nos dimos cuenta que teníamos muchas cosas en común y la atracción física que sentíamos el uno por el otro.

El estaba a punto de graduarse en Leyes, pues quería ser un exitoso abogado como su padre. Me faltaba un año más de estudio en la misma carrera, aunque había adelantado
algunas materias para estar al mismo ritmo que él, pero todavía me faltaban créditos.

Bostecé ruidosamente, pues llevaba varios días sin dormir. Las náuseas
empezaron hace unas hace unas semanas atrás provocando que lo poco que ingería lo terminara vomitando.

Tampoco lograba dormir lo necesario por la sensación de malestar en mi cuerpo, apenas cerraba los ojos y tenía arcadas secas que hacían sacudir todo mi cuerpo. Simón tuvo que obligarme
a ir al médico cuando vio que la situación era algo más que una simple influenza estomacal, así que me arrastró a consulta pues yo odiaba los doctores.

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora