Capítulo 4

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PABLO

- ¿Cómo te atreves? - Grita.

Mi risa es tan fuerte que me llevo las manos a la boca.

- Nunca me tocarás. - sus ojos están medio cerrados.

Algo dentro de mí se ilumina.

¿Nunca?

- ¿Estás segura de eso? - Cruzo los brazos.

Mi sonrisa había muerto por completo.

- Absolutamente. - dice ella, en serio.

Eso es lo que vamos a ver.

Si ya estaba interesado, su reacción hizo que me volviera loco por ella.

- Tengo sueño. - bosteza.

Estuvimos estancados durante unas horas. Ya estaba oscuro.

- Aqui tienes, acuestate. - señalo la almohada improvisada.

Tiene miedo, pero apaga la luz y viene de todos modos.

- ¿Tú también vas a dormir? - me dice mirandome.

- Sí. - susurro.

La luz de la noche golpeó su rostro.

Yo la miro.

- ¿Que pasó? - frunce el ceño.

- Eres bonita. - Me encojo de hombros.

- No me mientas. - ella pareció ofendida.

- Lo digo en serio. - le aseguro.

Su expresión se suaviza y apoya la cabeza en la almohada.

- Siento lo de antes. - me sorprende cuando lo dice.

- Solo si me disculpas también. - Hago puchero.
Escuchar su risa hizo que valiera la pena estar encerrado con ella.

- Buenas noches, Pablo. - susurra.

También me acuesto y la miro profundamente a sus ojos.

- Buenas noches, Marizza.

Tan pronto como cierra los ojos, me doy cuenta de algo.

Estaba jodido.

Mierda.

Creo que me estoy enamorando.

***************


MARIZZA

- ¿Pero, qué significa esto?

Me despierto tan pronto como escucho una voz.

Suspiro y me estiro, abriendo los ojos.

Todos estaban ahí. Toda mi clase, incluida la profesora.

Ay Dios mío. 

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora