Hello.
Aquí va otro.X
[LUISITA]
Hoy tengo libre de 10 a 11:30 ¿café?Luisita estaba en clase, pero más atenta al móvil que al profesor que hablaba sobre los puntos clave al desarrollar los personajes en un guion. Había pasado una semana desde la salida con Amelia, y desde aquel día siempre intentaban hacer un hueco entre las clases para verse o hablarse en persona un rato.
[AMELIA]
Claro.
Estoy en la biblioteca haciendo una pesquisa sobre Audrey Hepburn en los diarios antiguos.
¿Te espero aquí?La rubia sonrió, lo que no dejo de pasar por el radar de Marina, que le dio un codazo en las costillas.
-Auu, Marina. ¿Qué te pasa?
-Que te pasa a ti, con esa sonrisa tonta en la cara. ¿Amelia? – inquirió ya sabiendo la respuesta. En los últimos días su amiga no paraba de hablar de la morena.
-Si, pesada, he quedado para tomar un café con ella. Pero no te montes películas, que somos amigas.
-Lo que tu digas.
Cuando Luisita llegó a la biblioteca Amelia estaba sentada en el césped delante, fumando un cigarro y con los auriculares puestos. La rubia le saco una foto con el móvil. Su perfil bañado por el sol del fin de mañana, los rizos atados en un moño con algunos mechones le escapando y golpeando la cara. Era guapísima. El corazón de Luisita se aceleraba cada vez que se daba cuenta de lo mucho que le empezaba a gustar aquella morena.
Amelia noto una sombra le tapando el sol que antes bañaba su rostro, abrió los ojos solo para cerrarlos otra vez, no sin antes sonreír, Luisita estaba parada delante suyo, sonriendo divertida por haber atrapado su solecito matutino. La morena puso una mano en la frente para hacer sombra y mirar a la rubia que ahora sentaba a su lado, con dos cafés en las manos. Luisita tenía el pelo suelto, como casi siempre, estaba usando sus gafas redondas y una falda jeans con una camisa azul, el reloj en su muñeca izquierda y los muchos anillos en sus dedos. Estaba guapísima. Y el hecho de un corazón acelerado no asustaba a Amelia, ya no más. Estaba de acuerdo con lo que le estaba pasando, Luisita le gustaba, y sentir eso no le daba miedo.
-Hola guapa. – Le dio un beso en la mejilla antes de recoger el vaso de papel con su café. - ¿Bien?
-Hola morena. Bien ¿Tu?
-Muy bien. Gracias por el café.
Tomaron largos sorbos en silencio, hasta que Amelia sacó una carpeta negra de la mochila y se la entregó a Luisita.
- ¿Qué es eso? – Pregunto girando la carpeta de un lado a otro buscando información escrita.
-Ábrela. – Amelia le sonreía, acto seguido Luisita también le sonrió.
En la primera hoja estaba escrito en rojo "NETFLIX", los ojos de la rubia se abrieron como platos. Pasó a la siguiente "Maite".
- ¿Hiciste el casting?
Amelia asintió con algunas lágrimas. – Lo he conseguido.
Luisita se lanzó sobre ella y las dos cayeron en el suelo abrazadas. – Lo sabía Amelia. Te lo dije. Eres increíble. Ay, me muero de orgullo. Mi amiga toda una actriz de Netflix.
-Ay Luisita, es solo una participación, son como cuatro hojas de dialogo y luego se muere la pobre.
- ¿Y? Van a ser las mejores cuatro hojas que va tener esa película.
Volvieron a sentarse lado a lado, Luisita le secó algunas lágrimas a Amelia y se dispusieron a hojear al guion.
.En la semana que pasó se encontraron entre clases y Luisita se dispuso a ayudar Amelia estudiar una secuencia para el personaje. Era un papel pequeño, solo tres secuencias, pero pagaban bien y para la morena era más y más experiencia para llenar el portfolio.
-Maite, sé que no he sido el mejor novio, pero yo te quiero. Ella no significa nada para mi. – Dijo Luisita en tono serio antes de dar una calada al cigarro.
-Mira Juan, por mucho tiempo he estado ciega, por no querer ver lo que estaba delante de mis narices, eres un hijo de puta, no te quiero cerca de mí.
-Maite no seas así. Vamos arreglarlo. Cambiare. Te lo juro.
-No vas a cambiar Juan. Mira lo nuestro se acabó, por favor no me busques más.
-Anda, dale con la Maite decidida. – Luisita rompió el personaje.
Luisita y Amelia estaba ensayando las secuencias mientras tomaban dos coca-colas.
-Luisita la chica lleva cuernos mayores que el coliseo. ¿Ya era hora no?
- La verdad es que sí. ¿Estas preparada para la escena de cama? – Quiso saber Luisita, en el guion era descrita una única escena donde Maite y Juan estaban en una cama, bajo las sabanas, mientras se besaban.
-Ay, yo que sé, es un tío. Pero creo que el hecho de no estar del todo desnuda lo hace más fácil.
-Bueno, eso sí. Menos mal que no tienes que enseñar el culo.
Las dos rieron y otra vez volvieron a empezar a repasar las líneas de Amelia. Después de ensayada mil veces las líneas salían a Amelia con naturalidad y entonces se tumbaron en el césped para mirar al cielo. Estaba escrito en algún lugar en el destino que ambas se girasen a mirarse en el mismo momento, y que en ese preciso instante sus ojos brillasen, bajando a los labios una de la otra. Y Luisita cerró la distancia entre ellas. No fue un beso de película, no fue planeado, ni siquiera después de una cita, solo ocurrió. Después del primero siguieron otros besos más, besos mojados, llenos de ganas y de saliva.
La morena saboreaba la lengua de Luisita y le entregaba la suya para que la chupase entre los labios. Cuando la noche se hizo presente Luisita llevo Amelia hasta la entrada del dormitorio conjunto en que vivía y de esta vez se besaron en cada esquina, cada vez con más ganas, con Amelia presionando el cuerpo caliente de la rubia contra el suyo proprio. Luisita contenía el ímpetu de apretarse contra ella. Su cabeza le hablaba para correr, para alejarse de la morena. Pero su corazón la quería cerca, su cuerpo rogaba a gritos sus besos.
Al llegar a los escalones que daban en la entrada del edificio donde vivía Amelia las dos estaban con la respiración agitada y los labios hinchados de tanto besarse, pero las sonrisas radiantes. Habían dado el paso que tanto querían y para Amelia la necesidad de besar a la rubia había sido desbloqueada y era insaciable. Para Luisita un debate interno estaba formado, no debió pasar aquello, pero al mismo tiempo fue inevitable. La morena era adictiva y cada vez que Luisita se vía reflejada en los orbes miel de Amelia se perdía todo el intento de distanciarse. Sabía que era un risco, que caso Amelia descubriese su secreto nunca más tendrían la misma confianza, pero estaba segura que iban a ser unos cuantos besos más, un tonteo entre amigas y cuando acabase todo volvería a la normalidad y a los sentimientos platónicos.
X
Que os parece hasta aqui? Espero que disfruteis la lectura porque a mí estas dos me encantan.
Hasta luego!
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Tu y Yo y todo lo que vino después...
RomanceOne Shot? Es broma, no he podido hacer un one shot porque la historia se ha escrito casi que sola. Perdon, o no. Bueno, esa es la historia de una Luisita y una Amelia que empezaron la vida juntas de manera repentina y que no hay otra manera a que f...